Nacional hizo historia al ganar por primera vez la Liga Uruguaya de Básquetbol, tras una final infartante ante Aguada. Los protagonistas tricolores hablaron con el corazón y dejaron frases cargadas de emoción, orgullo y gratitud.
Nacional escribió una nueva página en su historia al conquistar por primera vez la Liga Uruguaya de Básquetbol, y lo hizo a lo grande: remontando una serie 1-3 ante Aguada y ganando el séptimo partido por 79 a 77 en un Antel Arena colmado de emoción.
Álvaro Ponce, el DT campeón expresó su emoción ante la victoria y también le brindó reconocimiento al rival. “Primero que nada, felicitar a Aguada, que es un cuadrazo y enalteció este título porque nos obligó a sacar lo mejor de nosotros”, comenzó el entrenador.
Consultado sobre qué fue lo primero que pensó al ver que Ernesto Oglivie le pedía el cambio durante el partido, Ponce no dudó en reflejar la frustración y al mismo tiempo la admiración por su jugador. “En el momento no me dio ni para calentarme ni para putear, porque ya es la enésima. Estaba desgarrado”, reveló, dando cuenta de las múltiples lesiones sufridas durante la temporada. “El médico me dijo que estaba desgarrado. Un corazón enorme. Entró igual por momentos a jugar parado, a dejar todo”, destacó sobre el panameño, símbolo de sacrificio.
Ponce resumió el espíritu de este Nacional campeón: “A pesar de las bajas de los extranjeros, que siempre se nos lesionaban, los nacionales dieron la cara siempre. Y lo terminaron ganando sin palabras. Este título es de todos: del plantel, la dirigencia y la gente que acompañó”, concluyó.
Otro de los que habló fue Patricio “Pato” Prieto, figura clave del campeonato y el alma del equipo, quien dejó en claro el espíritu colectivo: “Yo no gané nada solo. El MVP fue el equipo. Nos matamos toda la temporada”, expresó. Además recordó el largo camino que transitaron para llegar a la final. “Estábamos muy cansados. Sentíamos que no se nos daba, pero el equipo se lo merece”.
Sobre el final infartante, no ocultó su angustia y el deseo de que el encuentro finalizara. “Cuando Wilson tiró el triple sobre el final me tiré al piso. No aguantaba más. Fue mucho sufrimiento, pero lo merecíamos”, confesó sobre los agónicos segundos finales. Además afirmó: “Nacional siempre se caracteriza por sufrir en las cosas grandes que ha ganado. No podía ser menos”.
Consultado sobre cómo iba a festejar, aclaró entre risas: “No sé qué se va a hacer, pero seguro se festeja en familia. Estoy contento por haberle llevado la copa a la gente y a la institución, que nos ha dado todo. Se merecían una frutillita en la torta”.
Ernesto Oglivie, el panameño que jugó hasta lesionado también dio su testimonio: “Fue una guerra, supimos sacar este triunfo y lo merecíamos”, aseguró el extranjero, que jugó lesionado los minutos finales.
“Sentí un pinchón, ya no podía seguir, pero le dije al coach que iba a estar. El equipo me necesitaba”, afirmó. Y resumió el sentimiento del grupo: “Siempre unidos, siempre peleando. El equipo nunca se rinde”.
Mateo Sarni, campeón sudamericano y ahora campeón de la liga, expresó que lo vivió con el corazón en la mano. “Este es un equipo especial. Lo logramos por todo lo que trabajamos durante el año. No siempre el que se lo merece lo consigue, pero esta vez se nos dio”, comentó.
Sobre la hazaña de revertir un 1-3 en la serie final, remarcó: “Es inédito. Lo logramos como equipo, con huevo, pero también jugando al básquetbol. Fuimos los mejores todo el año”.
Sarni, que pasó por Aguada, Uruapan y otras instituciones antes de llegar a Nacional, reflexionó: “Me tocó un rol importante, pude aportar con mis características. Ganar dos copas en un año es una locura. Estoy muy contento”.
Con la emoción a flor de piel y un mensaje directo, Gastón Semiglia declaró con el corazón en la mano: “Quiero ver a todos los que decían que Nacional no tenía jerarquía, para toda la gente que no creía en nosotros y nos daban por muertos. Salimos campeones de los dos campeonatos”.
También hizo referencia a los que están siempre cuando las cosas no salen bien y a aquellos que no creían que conseguirían el triunfo. “A no olvidarse de los que nos dieron para atrás y a estar con la familia. Esto es un fiel reflejo de que cuando a uno le va bien está todo el mundo, pero cuando a uno le va mal, la familia y los amigos son los únicos que están”.
Y cerró con una frase que resume la esencia del tricolor: “Este equipo siempre dio todo, fue resiliente y es bicampeón. Que la cuenten como quieran”.
Finalmente Mãozinha, el gigante brasileño que se sumó durante la temporada, se emocionó al hablar del grupo y expresó su deseo de continuar en el club: “Es una mezcla de todo: alegría, emoción. Los muchachos trabajaron mucho y yo me siento parte de esta familia”, declaró el extranjero.
Y recordó una frase de su entrenador: “Lo primero que me dijo Álvaro fue que teníamos una chance de ganar, pero no iba a ser fácil. Y no pudo ser más difícil que esto”, expresó.
Para terminar, con una sonrisa, dejó una confesión para ilusionar a los hinchas: “Tengo muchas ganas de quedarme”.
Vanesa Baliero
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