Cada uno puede tener su interpretación acerca de los incidentes suscitados anoche entre policías e hinchas tricolores. De uno y otro lado pueden tener explicaciones, pero nada justifica el abuso.
Nada justifica el abuso, pero puede haber algo que lo explique: el resentimiento. Desde hace años que venimos asistiendo, en mayor o menor medida, a reacciones -en muchos casos acciones directas- de la policía contra los hinchas del fútbol. Cualquier hincha, no hacen distingos entre credo, edad o sexo. Para muestra basta un botón -esta vez fueron varios «botones»-, a la salida del partido, en el terraplén que está frente a la salida de la Colombes contra América, un grupo de ¿agentes? del plantel de perros, se regodeaba con el espectáculo que estaban propinando sus compañeros de fuerza. Risas y comentarios del estilo «meta palo«, «pegue, pegue«, «palo y a la bolsa a estos pichis» se escuchaban claramente por quien acertara pasar por allí buscando una salida. Un signo inequívoco de provocación, que es uno de los rubros en que se destacan las fuerzas del orden. Esto es nada, comparada con lo que sucedió en el foco de la lucha.
No podemos desconocer que los desmanes se inicieron tras el no acatamiento de la ordenanza que señalaba que «la parcialidad de Nacional deberá permanecer 20 minutos dentro del escenario, mientras se desaloja a los parciales de Newell´s«. Tampoco es justificación el manifestar que «se cambiaron las medidas«. Si bien es injusto y traicionero ese supuesto cambio, la información que le llegó a los asistentes, dentro del Estadio, fue una sola, la de que la hinchada debía permanecer veinte minutos en la tribuna. Si la reacción de parte de los hinchas, pretendiendo abandonar de todos modos la tribuna, fue producto de la disconformidad con el exhorto o la intención fue emboscar a la hinchada rival, nada tiene que ver con el desenlace sufrido por el grueso de la hinchada. Esuvo mal el desobeceder, pero fue peor aún la represión.
Más de una vez hemos escrito en decano.com, que la Guardia Republicana no está capacitada -porque no recibe tal capacitación- para controlar público. Es una fuerza de choque que actúa como tal, no sabe disuadir -que es lo que se debería haber hecho- y se limita a ejercer su trabajo de represión. El gran inconveniente surge cuando de la represión pasan a la provocación para volver a reprimir. A veces me queda la sensación de que lo disfrutan.
Los incidentes captados la noche del partido con NOB por las cámaras de subrayado, no hacen otra cosa que ratificar lo escrito.Incluso van un paso más allá, cuando muestran la impunidad con que se manejan y la pretensión que tienen estos individuos de volver a tiempos que creíamos desterrados. Luego de agredir violentamente al fotógrafo Alejandro Moreira -quien no opone resistencia y es golpeado reiteradamente en el suelo- la emprenden contra el camarógrafo del noticiero. Lo amenazan e intentan obligarlo a que deje de cumplir su trabajo, argumentando que ellos están cumpliendo el suyo ¿Qué clase de funciones desempeña alguien que intenta, por todos los medios, que no queden registradas sus acciones? ¿Alguna ley lo ampara? El prohibir el registro de sus acciones ¿tiene cabida en un estado de derecho?
La policía tendrá sus explicaciones para dar, al igual que el Ministerio sobre el desempeño de sus funcionarios. Los supuestos causantes de los desmanes, los -en la visión policial- generadores de la violencia ya están pagando por su descontrol. Incluso en exceso, como si la humillación recibida y el ser agredido con palos y balas de goma no fuera suficiente castigo. Ahora, todo el resto, los incontables seres que, lo único que pretendieron fue intentar zafar de una situación -casi una emboscada- planteada por las fuerzas del orden ¿recibirán, en algún momento, explicaciones y disculpas por parte de alguien? De parte del «trabajador» que hostiga en el video, seguramente no.
Nota: El Club Nacional de Football acompañó con sus abogados la denuncia por las lesiones sufridas por su fotógrafo y puso a sus disposición los abogados de la institución. También se procederá contra quienes arengaron a concurrir con bengalas.
Ernesto Flores
decano.com
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