Hoy no debe ser de los mejores días para hacer reflexiones luego de una nueva frustración a nivel internacional, pero hace días que tengo algo en la cabeza y tenía ganas de escribirlo.
Hoy no debe ser de los mejores días para hacer reflexiones luego de una nueva frustración a nivel internacional, pero hace días que tengo algo en la cabeza y tenía ganas de escribirlo.
Hace unos días me pasó una de las mejores cosas que le pueden pasar a una persona: el nacimiento de mi hija, por lo cual, entre otras cosas que uno reflexiona está el como transmitirle el amor por Nacional. Un amor que es una herencia que se transmite de generación en generación, que va construyendo una cadena de recuerdos e imágenes que han sido transmitidos de generación en generación para que cada uno que reciba esas historias, las viva como si hubiera estado presente.
En mi caso se remontan a principios del siglo XX, cuando mi bisabuela Natividad empezó a ir a ver a ese cuadro de fútbol de criollos, que usaban los colores de Artigas, que había nacido después que ella, un 14 de mayo de 1899. Ella fue la encargada de iniciar este legado. Ella le contó a mi abuelo las historias de los hermanos Céspedes, de la primera vez que Uruguay ganó un partido internacional gracias a esos jugadores tricolores , del primer tricampeonato uruguayo, así como también de las primera copas internacionales que iniciaron la leyenda del Campeón de Toda la Historia. A inicios de los años veinte llegó mi abuelo, quien tuvo el privilegio de ver el primer partido de la historia de los Mundiales en el Gran Parque Central, quien disfrutó del “Mariscal” Nasazzi en la zaga del Bolso, así como fue testigo directo de esos monstruos que le dieron a Uruguay el prestigio en el mundo entero. Pero sobre todo nos legó el recuerdo del enorme Atilio Garcia, las historias de sus goles, de sus récords. La historia de la Mayor Goleada Clásica de la historia, entre tantos otros recuerdos. El Tata fue periodista, pero siempre tuvo clara una cosa: “entre los del 13 y los presos, siempre somos hinchas de los presos”.
Mi viejo nació a mediados de los 50 por lo que fue testigo directo de las primeras Libertadores, de los 16 clásicos invictos, vio a Artime y, especialmente fue el encargado directo de trasmitirnos el amor por Nacional a mi hermano y a mí. Yo nací a principios de los 80, mi primer recuerdo es estar en brazos de mi madre y asustarme por un grito de gol en el estadio, tuve el hermoso recuerdo de ir con mi padre y mi abuelo a la final de la Libertadores del 88 así como ver de madrugada la final contra el PSV.
A principios del 93 se fue el Tata, se fue como debía, Campeón Uruguayo del 92 después de ver la apilada de Dely contra la Amsterdam. A mi viejo, mi hermano y a mí nos toco vivir esos años oscuros de mediados de los 90 que no hicieron más que reafirmar el amor por los colores. Un amor que lo vivimos partido tras partido, desde donde estemos, pero que tiene un sabor especial desde nuestras butacas en el GPC, porque en ese mismo cemento hace casi un siglo mi bisabuela lo llevaba a mi abuelo para trasmitirle el mismo amor por la camiseta Tricolor.
Este camino que se inició hace más de un siglo, hoy en setiembre de 2015 tiene un nuevo eslabón. Está en mi tomar la posta y poder transmitirle esta herencia a mi hija, hacerla sentir como si estuviera en el viejo GPC viendo debutar al “Mago” Scarone, que por su mente pase esa noche del 38 cuando debutó Atilio, que esté pegada a la radio una noche del 71 escuchando las noticias que llegan desde Lima. Así también para que sienta que está una madrugada del 88 rezándole a Tony Gómez que meta un penal en Tokio y seguro va a poder sentir el abrazo fuerte de su padre, su abuelo y su tío cuando un tiro libre de un tal “Chino” Recoba pasó la barrera en el minuto 94 y concretó la mayor remontada clásica de la historia.
Está en mí y en cada Bolso de este país transmitir esta herencia a las nuevas generaciones, hacerlas sentir como si hubieran estado en cada momento glorioso de esta camiseta y porque no también, en los dolorosos que han ido forjando el sentimiento que nos invade a más de la mitad de este país. Hoy como desde el 14 de mayo de 1899, NACIONAL NACIONAL.
Pablo_fasc
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