¡Singular destino el del Club Nacional de Football! Hace su presentación en un escenario, entonces poco popular, con su bagaje netamente criollo. La prensa de la época saluda su aparición.

¡Singular destino el del Club Nacional de Football!

 Hace su presentación en un escenario, entonces poco popular, con su bagaje netamente criollo. La prensa de la época saluda su aparición con estas frases proféticas:

“Los jóvenes del Club Nacional merecen una palabra de aliento. Es menester que los sajones no usurpen el monopolio de las lides atléticas que vigorizan y dignifican. Nuestra raza en sus cualidades subjetivas a ninguna otra tiene que envidiar (…)”.

Esto se decía en 1899 como un vaticinio de lo que 25 años después ocurriría en Colombes, Francia.

Pero antes, Nacional, solo, realiza el milagro de 1903 y le da a Uruguay, como fresca flor de juventud, su primera victoria internacional, la cual ha adquirido la dignidad de un mito de leyenda.

Cuando se examine o se estudie la influencia ejercida por el desarrollo del deporte en la evolución de la estructura orgánica y espiritual de la República, aparecerá Nacional como uno de los factores esenciales de esa evolución.

Debió ser muy vigoroso el temple de nuestro club cuando supo recogerse con admirable entereza al perder a Carlos y Bolívar Céspedes y cruzar más tarde el año trágico de 1911(…)

Después, saturado de triunfos logrados en el lar nativo, se lanza a conquistar nuevos lauros por la vieja Europa y las grandes urbes de Centro y Norteamérica. Allí también las masas deportivas le rindieron el máximo de los homenajes.

Habrán de sentirse orgullosos hoy los que, hace cincuenta años, reunidos en la casa familiar del doctor Ernesto Caprario, echaron las bases de una institución que con el andar del tiempo habría de escalar las más altas posiciones en el fútbol mundial, sin embargo, entonces pocos habrán sido los que creyeron en el destino que el futuro le reservaría al Club Nacional de Football. Solo ese grupo de estudiantes presintió que con su gesto se abrían ilimitados horizontes, hasta ese instante circunscritos. Solo ellos previeron que el advenimiento del primer club criollo de América tendría consecuencias incalculables en el desarrollo deportivo del pueblo.

Solo ellos tuvieron fe. Acomodando su gesto al ritmo interior de sueños y esperanzas, en los cuales se hallaba sublimada la esencia de sus almas, dieron latido a un ser que con sus proezas hizo vibrar las multitudes estremecidas de apasionamiento y de emoción.

¡Honor, pues, a los que fundaron el Club Nacional de Football porque nos dieron una lección de optimismo, de audacia, de reciedumbre!

Roberto Espil

Presidente del Club Nacional de Football en dos períodos, desde 1946 a 1950.

Estuve desde el sábado dudando sobre qué decir o no decir sobre el partido que perdimos en Jardines y el actual momento deportivo, pero entonces reapareció un añejo boletín ordenando papeles dentro de unas cajas y preferí transcribir lo que dice su prólogo en lugar de algunas de las cosas que pensaba escribir. El prólogo se titula “Esencia y presencia de Nacional” y escojo quedarme con sus sabias palabras.

Para renovar la fe, simplemente basta con volver a los comienzos y a la esencia. Siempre.

Cecilia810

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