Esa gente

Esa gente -que sos vos-, se mereció haber clasificado. Y por vos valió el 1-0, y como fuera.

Algunos titulares dicen que ganamos de carambola; la placa final dice 1 – 0 a favor de Nacional y eso es lo que de momento nos importa.

Después de llegar del Parque y con el partido repitiéndose en la TV se puede apreciar, con el corazón menos caliente -y el resto del cuerpo menos frío- que tan complicado fue el trámite. O como lo complicamos nosotros, en cierta forma.

En vivo y en directo no entendí los cambios, y en deferido tampoco, pero en la pantalla repaso las actuaciones individuales que ayudaron a mantener el 1- 0 y aprecio otra vez el aliento de la gente. Esa gente que ayudó a otra gente a llegar al Parque, también ayudó a cerrar el resultado. Esa gente, los hinchas, los de siempre, los que se levantan a trabajar y se desayunan con la realidad de la información que les invade día a día y hora tras hora para enterarse en un segundo sobre ventas, pases y negocios de jugadores y declaraciones de contratistas. Esa gente para la que no hay cláusula ninguna de rescisión ni porcentaje alguno más que el de gritar un gol con el alma.

La gente que en el entretiempo comenta jugadas y también sobre las últimas noticias, esa gente que espera, con amor y paciencia, ver el Parque terminado y termina de aplaudir al equipo para salir presuroso escapando del frío de la noche.

Esa gente que alienta, ayuda a otro bolso a alentar y confía, pero también opina y comenta porque no está ajeno a los avatares del vértigo de las noticias.

Esa gente -que sos vos-, se mereció haber clasificado. Y por vos valió el 1-0, y como fuera.

Lo único que esa gente seguro no merece, es que la subestimen.