Un 28 de diciembre, cuarenta y tres años atrás, Nacional obtenía su primera Copa Intercontinental al imponerse 2 a 1 al Panathinaikos en el partido revancha jugado en Montevideo.

Por desgracia, Estudiantes no había dejado un buen recuerdo en las finales intercontinentales y el campeón europeo, Ayax de Holanda, se negó a disputar el cetro mundial de clubes. Las gestiones para conseguir que Nacional disputara la final fueron extensas; parecía que todo se le complicaría a los tricolores y se le negaría el derecho de bregar por la Copa Intercontinental. Finalmente la UEFA autorizó al vicecampeón europeo Panathinaikos, de Grecia, a disputar la final.

Uno a uno, en «El Pireo», fue el resultado del primer encuentro; la revancha en Montevideo terminó 2 a 1, a favor de Nacional; la «Intercontinental» estaba en casa… Fue el 28 de diciembre de 1971. Actuaron en Nacional, que cerraba un año espectacular: Manga; Brunel y Masnik; Ubiña, Montero Castillo y Blanco; Cubilla (Mujica), Maneiro, espárrago, Artime y Mamelli (Bareño). Los dos goles los marcó Luis Artime.

La final frente al Ajax, se había ido por la borda, pero la Asociación del fútbol europeo, autorizó a su vicecampeón a concurrir a la final para defender los prestigios de Europa, frente a nuestro Nacional. El 15 de Diciembre enfrentábamos al Panathinaikos, el equipo que había sorprendido al mundo con su juego, en el Estadio de Karaiskaki, en El Pireo, donde Nacional ya había jugado y ganado, ese noche Nacional puso en la cancha a Manga, Brunel y Masnik; Ubiña, Montero Castillo y Blanco; Cubilla, Maneiro, Espárrago, Artime y Morales. Los griegos jugaron con: Olkonomoupoulos, Tomaras, Athanasoppoulos, Eletherakis, Kapsis, Sourpis, Fylakoris, Dimitrou, Antoniadis, Domazos y Kousas. Se trajo un resultado positivo, se empato de visitante, 1 a 1 con gol de Artime. Debíamos ganar acá, una misión totalmente posible.

Xosé de Enríquez


El 28 de diciembre, fecha que quedará en la memoria de todos los bolsilludos, fue ese día en que se coronaba el club de nuestros desvelos como Campeón del Mundo oficialmente, porque cuando no se disputaba ésta copa, Nacional se mostraba como el mejor de todos, en varias oportunidades. Nuestro Estadio Centenario, vería por primera vez a un club uruguayo coronarse con un título de tan alta alcurnia. El equipo presento una sola modificación con respecto al primer partido final, ese fue el ingreso de Mamelli por Morales. Entró con Manga, Brunel y Masnik, Ubiña, Montero Castillo y Blanco, Cubilla, Maneiro , Espárrago, Artime y Mamelli. El conjunto griego entro con: Olkonomopulos, Mitropulos, Athanassaopoulos, Eleftherakis, Kapsis, Sourpis, Dimitou, Kamaras, Antoniadis, Domazos y Kouvac. Con 2 goles de Artime, y sobre el final descontó el conjunto rival, Nacional levanto la copa, era hermoso ver como volaban por el aire bandadas de pañuelos blancos, que no querían que la noche terminara, querían celebrar por siempre. Se podría mencionar infinidad de repercusiones pero queremos recordar una, que resume no sólo lo acontecido en el terreno, sino que también habla de la situación en que se encontraba Nacional esa noche, que no sólo jugaba un partido de fútbol. El vespertino El Diario en una nota escrita por el Dr. Gualberto De León, bajo el titular NACIONAL EN LA GLORIA, en su notas finales dijo:

«… Además corresponde citar un hecho muy importante, al igualar Nacional con el Panathinaikos en Atenas, se echaron al vuelo una serie de apreciaciones malintencionadas, dirigidas quien sabe a qué inconfesables propósitos. Y a pesar de que todo ello fue destruido por las observaciones que permitió hacer el «tape» (gran verdad de la época actual) de cualquier manera se había creado un ambiente especial. Y Nacional, esa es la verdad , fue anoche motivo de una aguda observación por parte de las más altas autoridades futbolísticas, del mundo entero y por parte también, de críticos especializados de varios países de América.

A todos ellos, Nacional dió la gran lección , jugó como él sabe hacerlo. Con fuerza, con energía, con entrega, jugó con todo, como se dice vulgarmente, pero siempre dentro de las exigencias del «fair play», siempre dentro de lo que permiten las leyes de juego, respetando al adversario, respetando al árbitro, que es lo mismo que respetar al público aficionado y respetarse a la vez a sí mismo.
Nacional fue anoche un auténtico triunfador. En toda la línea, como tan sólo han sabido triunfar en la Copa Intercontinental los más grandes campeones del mundo.

La Copa es de los albos. Sostenida por manos jubilosas y firmes por la fuerza espiritual que anima a todos quienes sienten simpatías por la casaca nacionalófila. Que, en esta oportunidad, se sienten acompañados por toda la masa deportiva vernácula por cuanto el triunfo obtenido anoche por el Club Nacional de Football no es un triunfo sólo suyo sino una gran victoria, una sensacional victoria, una trascendental victoria del fútbol uruguayo que sigue admirando al mundo a pesar de su declinación, con hazañas que sólo están reservadas a quienes han nacido para triunfar.
Nacional está en la gloria.
Salve Nacional.
Felicitaciones

Los héroes, de esta hazaña han quedado por siempre en agradecimiento eterno de nuestro club, y desde la tribuna siempre los recordaremos, con orgullo, digno ser mencionados entre las conquistas más queridas.

La oncena que salió a jugar la revancha ante el Panathinaikos de Grecia en el Centenario. Nacional aquella noche jugó con casaca de alternativa. Luis Ubiña, Manga, Angel Brunell, Juan Masnik, Julio Montero Castillo, Juan Carlos Blanco, Luis Artime, Ildo Enrique Maneiro, Víctor Espárrago, Luis Cubilla y Juan Carlos Mamelli.

Nacional 1 / Panathinaikos 1 
Fecha: 14 de Diciembre 
Cancha: Karaiskaki (El Pireo, Grecia) 
Juez: Favilli Netoo (Brasil)

Nacional: Manga, Angel Brunell, Juan Masnik, Luis Ubiña, Julio Montero Castillo, Juan Carlos Blanco, Luis Cubilla, Víctor Espárrago (Duarte), Ildo Enrique Maneiro, Luis Artime, Julio César Morales. 
Panathinaikos: Oikonomoupoulos (T.Vlakas), Tomaras (L.Vlakas), Athanassopoulos, Eletherakis, Kapsis, Sourpris, Fylakouris, Dimitrou, Antoniadis, Domazos, Kouvas (Deliyannis). 
Goles: Luis Artime (N), Fylakouris (P).

Nacional 2/ Panathinaikos 1 
Fecha: 28 de Diciembre 
Cancha: Estadio Centenario

Nacional: Manga, Angel Brunell, Juan Masnik, Luis Ubiña, Julio Montero Castillo, Juan Carlos Blanco, Luis Cubilla (Juan Martín Mugica), Ildo Enrique Maneiro, Victor Espárrago, Luis Artime, Juan Carlos Mamelli (Ruben Bareño). 
Panathinaikos: Oikonomoupoulos, Mitropolus, Athanassopoulos, Eletherakis, Kapsis, Sourpis, Dimitrou, Kamaras (Fylakouris), Antoniadis, Domazos, Kouvas. 
Goles: Luis Artime (2) (N), Fylakouris (P).

Ese equipo era impresionante
Por Víctor Espárrago

He tenido la suerte que en una institución que ha logrado tres Libertadores y tres Intercontinentales yo haya participado en dos de cada una de ellas y de alguna manera haber contribuido a la grandeza del club. Nacional me dio todo. Llegué al club en el año 6. Ya ese mismo años salimos campeones en lo local y luego vino lo de la década del 70 que quizás con el tiempo uno se da cuenta de la importancia que tuvo. Nacional es un club histórico, un club que ha dejado huella a todos los niveles y que incluso haciendo alusión a la selección ha aportado una innumerable cantidad de futbolistas, entre los que me incluyo. Fue increíble estar en el club, demás por la trascendencia que tuvo a nivel internacional teniendo en cuenta que somos un país de muy pocos habitantes pero que hicimos historia.

Viví muchas cosas con la camiseta tricolor, pero la Libertadores del ´71 se estaba buscando desesperadamente y no llegaba. Fue la primera vez . Se habían perdido un par de finales y parecía que estábamos embrujados para definir. Estudiantes de La Plata era un equipo sensacional y cuando logramos ganarle, dimos rienda suelta a todo, porque costó tanto que no tiene comparación con nada de lo que yo haya vivido. Fue una guerra deportiva. Vencer a Estudiantes era vencer algo más que un equipo de fútbol. Tenían experiencia, muchas mañas, leían muy bien los encuentros, eran super difíciles. Nos costó una barbaridad. Prueba de ello es que tuvimos que jugar un tercer encuentro en Lima. Pero ese equipo de Nacional era impresionante. Tenía figuras, hombres y nombres. Para la final Intercontinental con el Panathinaikos y uno con el correr de los años se va dando cuenta que para llegar a una final de Europa se tienen que «voltear» muchos muñecos. Teníamos quizás, todos, esa ignorancia de no saber a quien nos íbamos a enfrentar, pero para salir Campeón del Mundo hay que tener un gran equipo. También fue difícil y costó mucho, pero prevaleció la categoría de nuestro plantel. Estoy convencido que ese Nacional del ´71 fue uno de los grandes equipos del la historia del club. La historia misma lo dice.

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