5 de mayo de 2025

Lucas Villalba y un momento inmejorable en Nacional.

En el momento en que Pablo Peirano decidió darle un voto de confianza como titular, Lucas Villalba no ha parado… como en la cancha. Las últimas actuaciones del extremo tricolor no parecen solo haber captado la atención de los hinchas, sino también la de Marcelo Bielsa.

Tres titularidades al hilo —su mayor continuidad desde que llegó a Nacional— y tres pases-gol son sólo el árbol del bosque o, para bien entendidos, el huracán que es ahora mismo el ex Montevideo City Torque.

Luego de no sumar minutos contra Bahía en el debut del actual entrenador del Decano, el propio Peirano le dió su chance desde el banco contra Danubio, donde asistió a Jeremía Recoba para abrir el marcador, y empezar su escalada hasta ser una de las piezas claves e inamovibles del once.

Nuevamente empezando el partido contra Miramar Misiones viendolo desde el banco, volvió a destapar el partido para Nacional, anotando su tercer tanto por Campeonato Uruguayo. Y en su prueba de fuego como titular, por Copa Libertadores y en Brasil, fue uno de los destacados del Decano contra Inter de Porto Alegre asistiendo en el segundo tanto.

Otras dos nuevas asistencias en la última fecha contra Cerro certificarían lo que ya es una realidad para todos los hinchas: la impronta en el ataque la marca Villalba. Eléctrico, veloz, despampanante, volátil, cambiante; gambeteador, técnico, hábil. Aún con alguna mala decisión de por medio en el camino. Algo fácil de corregir con el talento natural dentro de las piernas de este hijo de la naturaleza.

Aún cuando sus características puedan engañar (vertical y a veces un tanto impreciso), su fútbol se trama desde el pique inicial, sacando ventajas en la explosión en corto. Luego manteniendo su trayectoria en el tiempo, claro, pero con una facilidad brutal para sacarse hombres de encima en la corta. Y un golpeo de centro buenísimo, como aquel que llegó casi con la mano a la cabeza de Gonzalo Petit para que el juvenil convirtiera contra el Villero.

Porque sería imposible entonces que el ojo de la Selección y de Marcelo Bielsa no estuviera puesto sobre él sino fuera así. Wing potente, con una velocidad en el tiempo pocas veces vista en el fútbol local, pero no menos habilidoso cuando se trata de gestionar la pelota. Lo que se le corrige es algo por fuera a ello.

Un comienzo difícil 

Lucas Villalba fue una de las apuestas en forma de compra de fichas que realizó Flavio Perchman luego de asumir como vicepresidente y encargado del área deportiva. Una apuesta fuerte del 60% de la ficha por US$800.000, firmado por los próximos tres años.

Un perfil que llamó la atención por sus destacadas actuaciones en la Segunda División defendiendo al Montevideo City Torque, y aún más por lo que se decía: un wing finalmente ¡encarador! y ¡explosivo!

Un debut soñado en el clásico de verano, donde con tan solo unas horas de firmado, y apenas habiendo conocido a sus compañeros, entró desde el banco y selló el 3-1 final para vencer al tradicional rival, vino acompañado después de buenas y malas.

Una irregularidad entrando y cayendo del once con Martín Lasarte como entrenador que terminó en las últimas semanas con Peirano en la dirección técnica: hasta el momento siete titularidades por el Torneo Apertura (tres en las últimas cinco fechas), con 783’. Tres goles (River Plate, Cerro Largo y Miramar) y tres asistencias: produce un gol cada 130’.

Por Copa Libertadores, luego de disputar media hora de juego contra Atlético Nacional y menos de 20’ contra Bahía, disputó su primera titularidad por el máximo certamen continental en el mencionado encuentro en Beira-Rio, entregando una asistencia para el gol de Luciano Boggio.

Ahora, en su mejor momento desde su llegada a Nacional, los ojos que posan sobre el Galgo (como ya lo acuñan en las tribunas) ya no son solo los de la parcialidad tricolor o los de la prensa local: “Si Villalba repite un partido en Bahía como el de Inter van a empezar las especulaciones y el interés de los equipos, porque es algo natural”, mencionó Flavio Perchman en el espacio de la audición partidaria de El Bolso no duerme.

Y así como ahora se rumorea el seguimiento del técnico de la Selección Mayor sobre el puntero, él mismo se encargó de explicar, previo a vivir este momento, lo que pasa por su cabeza: ‘’Soy mucho de mirar para atrás y de ver lo que conseguí. Para mí es un montón pasar de la C (categoría en la que transitó jugando para Tacuarembó) a hoy en día estar jugando en el más grande de Uruguay”.

“A veces miro para atrás, me hago acuerdo de lo que pasé y viví, eso me da fuerza también para seguir motivado, logrando las cosas que quiero lograr, mis sueños, mis expectativas”, cerró en aquel momento, en diálogo para Ovación.

Juan Lauz

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