Toda la confianza que destila en la cancha no le aflora en la charla. Guillermo es un botija tímido. Con esa timidez casi intrínseca de los gurises sanos.

Quince minutos le bastaron para tener el apoyo de toda la hinchada. En su presentación, ante Atlético Madrid por la Copa Euroamericana, el zaguero demostró su clase desde el arranque del partido y se transformó en el jugador más firme del fondo tricolor, hecho que repitió en los partidos siguientes contra Racing y Rentistas. Al respaldo del cuerpo técnico se le sumaba ahora el del hincha.

Pero Guillermo no se considera inamovible “esto es Nacional, es un cuadro grande. Son todos buenos jugadores y todos tienen la posibilidad de jugar. Creo que si sigo haciendo buenos partidos puedo quedarme con el puesto, pero el plantel es muy grande y son todos buenos jugadores. Espero poder continuar en este nivel para seguir siendo titular” desliza.

De Los Santos repite la historia de tantos botijas uruguayos que desde chiquitos andan con su pasión metida abajo del brazo  “la pelota era mi mejor amiga. Siempre con ella para todos lados». Cuenta y hace un repaso de sus inicios, después de dejar el baby fútbol “de ahí a Cerro, a las inferiores. Luego el debut en el primero hasta este presente en el que, gracias a Dios, estoy en el plantel principal de Nacional”.

Su padre –Daniel- jugó y fue capitán de Cerro en la década de los 90. De ahí su vinculación con el equipo de la Villa. Pero su padre no solo fue la puerta de ingreso para el fútbol profesional, sino su gran referente “de él aprendí». Explica el zaguero “jugaba conmigo todo el tiempo y me inculcaba las cosas básicas. A medida que fui creciendo iba observando jugadores con la intención de sacar lo mejor de cada uno”.

Hoy tiene a su lado, como compañero de zaga, a Andrés Scotti “jugar al lado de Scotti es una tranquilidad enorme. Tiene una gran cantidad de partidos encima. Andrés te ordena, y lo único que tenés que hacer es cumplir tu función” opina De Los Santos.

En cierta oportunidad, cuando se estaba por concretar el pase del defensa a Nacional, tuve una charla con el “Indio” Morán, compañero y amigo de Daniel De Los Santos. El “Indio” me habló muy bien de las condiciones de Guillermo, pero consideraba que aún le faltaba hablar más en la cancha, requisito casi indispensable para un zaguero “sí, soy de hablar poco. Seguramente al tener un compañero de zaga como Scotti -o Pallante y Mieres en Cerro- que son muy experientes me he retraído en esa función. Pero a medida que pasan los días y se suman los entrenamientos y los partidos me voy soltando” reconoce.

A no dudarlo. Guillermo De Los Santos está llamado a tener un gran futuro con la camiseta más gloriosa del fútbol uruguayo. No solo por su capacidad sino por ese plus que termina redondeando a los grandes: la humildad y la ubicación. La vida de Guillermo ha comenzado a cambiar desde su llegada a Nacional. Él lo sabe pero no “se  la cree”.

En las últimas semanas ha comenzado a tener más exposición y de a poco va obteniendo el reconocimiento del gran público, no solo del futbolero  “son todas cosas que de alguna manera te hacen cambiar. Mi obligación es mantener los pies sobre la tierra para continuar el camino que vengo transitando”. Después de verlo jugar y haber mantenido una charla con él, tengo la convicción de que ese camino lo conducirá al éxito.

Ernesto Flores
decano.com

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