Cerca de cumplir el primer año de gobierno, repasamos con el Dr. Alejandro Balbi la gestión realizada y los desafíos que nuestro club debe afrontar.
El encuentro fue, una vez más, en las oficinas de su estudio jurídico luego del almuerzo y antes de presentarse en los juzgados; donde lleva adelante parte de su trabajo como abogado penalista. Nuestro entrevistado lleva veinte años trabajando para Nacional y el fútbol, pero tan solo once meses en su máxima responsabilidad asumida en la institución. Cómo encontró al club, qué se ha logrado, qué falta, qué podemos esperar para lo que se viene; desde lo institucional hasta lo deportivo. De esas cosas hablamos con el Dr. Alejandro Balbi, vicepresidente del Club Nacional de Football.
¿Podrías hacer un resumen de lo que se logró en estos diez meses de gestión? ¿Fue más difícil de lo que te esperabas? ¿Qué cosas se han logrado y qué es lo que está faltando dentro de los objetivos fijados para el primer año?
Uno tiene muchos años en el fútbol, más de veinte años vinculado a Nacional. Obviamente que llegar a la vicepresidencia, que es el segundo cargo más importante en toda la estructura del club y después de una situación crítica, no es para nada sencillo. Esto no es una crítica a la administración anterior, sino que es un dato de la realidad que no podemos pasar de alto.
Un dirigente generalmente es una persona criticada por la prensa, por los hinchas. Cuando salimos campeones los fenómenos son los jugadores, los técnicos; y si perdemos la culpa es de los dirigentes. Cuando llegamos y abrimos el cajón, teníamos cero en caja y todos los créditos cedidos. Acá el presidente ha marcado una línea de frontalidad, que no manda a decir las cosas. Él va dos o tres veces por semana a Los Céspedes, cuando no había dinero para pagarle a los jugadores fue y se los dijo en la cara, cuando hubo cosas que no nos gustaron fuimos y se los dijimos a los jugadores; y eso es algo que el jugador valora mucho. Parte de estos meses de “éxito” es parte de eso; de que las cosas siempre se hablaron claras.
Nunca pensé que el club estuviera tan mal, había una estructura interna que estaba bastante dañada; no solo un tema económico, sino también administrativo, con áreas del club con las que no había buen relacionamiento. Entonces tuvimos que suturar algunas zonas y tomar decisiones poco gratas, como por ejemplo la de no renovar a varios futbolistas hinchas del club e identificados con el club. Me tocó llamar al Tata (Álvaro) González, a Carlos de Pena, que lo conozco de niño porque jugaba con mis hijos en el baby fútbol; pero acá lo más importante es Nacional y se los dije. No es ni los jugadores, ni los dirigentes, ni los funcionarios. Pasamos un verano muy complicado porque además tuvimos que conformar un plantel prácticamente de la nada. Lo otro que asumimos es el tema del Gran Parque Central, y que es la piedra en el zapato que tenemos hace tiempo.
En cuanto a la reestructura, ¿ya se terminó o queda algo por hacer?
Un club como Nacional necesita transformaciones permanentes, siempre los hechos van más rápidos que las realidades institucionales y Nacional tiene que adaptarse. Hoy el presupuesto de Nacional si no está equilibrado, pega en el palo, y eso en diez meses es un avance considerable. Tuvimos que soportar llamados, críticas, malos modales de empresarios, de jugadores, de hinchas que a veces tienen preferencia por un futbolista, por ejemplo. Había sueldos altísimos, muy impropios para el medio uruguayo. Nosotros disminuimos el presupuesto en todas las áreas menos en la parte de Formativas.
En estos diez meses no hubo casi discusiones con la gente de las otras listas que hubo en la campaña electoral, algo impropio porque he participado de directivas que se cagaban a trompadas. Nuestro objetivo primordial era, en aquellos pilares que nosotros habíamos puesto en la campaña, invertir en el presupuesto del plantel profesional. ¿Quién no nos criticó por haber dejado ir al Pacha (Alfonso) Espino? Si se hubiera quedado yo me pregunto si (Matías) Viña habría jugado. La respuesta es obvia, Viña no habría jugado.
Entonces el fútbol es eso, a veces te sale bien y a veces te sale mal; y puse el ejemplo más notorio, porque hoy el mejor jugador de Nacional es Viña. Cuando tomamos una decisión tenemos un caudal de información que los periodistas y los hinchas no tienen, y que muchas veces no les podemos decir porque perjudicaríamos al club y al profesional. Todas las decisiones que tomamos fueron fundadas. Hubo gustos personales de los entrenadores, Iván (Alonso) fue el que nos ayudó a armar el plantel a principio de año y Jorge Giordano es una de las incorporaciones más importantes que hemos tenido, un fuera de serie que nos va transformando el club.
Seguramente algún hincha me mate, pero tendríamos que haber vendido a algún jugador para llegar más tranquilos a fin de año. Se optó por la parte deportiva, las ofertas que llegaron no fueron del agrado del club y seguimos pechugando porque el objetivo es salir campeón uruguayo.
Dijiste que estaría bueno equilibrar el presupuesto del plantel principal con Formativas, ¿qué es lo que está faltando o qué es lo que se quiere mejorar para los más jóvenes?
Nosotros tenemos un gran potencial en la Comisión de Obras; el ingeniero Francisco Maronna en Los Céspedes, por ejemplo. El fútbol ha cambiado, hoy muchos se preguntaban por qué (Gabriel) Neves ante Cerro fue suplente cuando venía descansado, y hoy arriba de la mesa están arriba los valores. Antes te miraban la rodilla y te decían si estabas para jugar, hoy la ciencia ha crecido tanto con los chalecos, con el GPS. Te marcan cuánto corriste, los niveles de sangre, la posibilidad de lesionarte. Nosotros tenemos un profesional que es el mejor del Uruguay como es el doctor Edgardo Barbosa, al que lo contrato Alejandro Lembo, que trabaja también en la Selección Uruguaya. Todo eso es lo que queremos incorporar al mundo de Formativas.
Hoy en día los jugadores del plantel principal están tomando clases de inglés y eso les va a servir no solo si van a jugar a Inglaterra, por ejemplo, sino también si viajan con la Selección Uruguaya. También el tema canchas porque como es el clima que hay en Uruguay tenemos que cuidarlas. A veces los técnicos de inferiores nos dicen que sufren mucho cuando van a jugar a otras canchas que no están en las mismas condiciones. Hay muchas cosas por hacer.
¿Cuál es el estado de situación actual del Gran Parque Central?
Lo primero que quiero decirles y trasmitirle al socio es que el comienzo de las obras en el Parque es inminente. Esta es una mochila muy pesada. Hay directivos que compraron un palco hace cinco años y no tienen ni la llave, y los directivos son parte del club. A mi manera de ver, mucho de lo que pasó con el Parque fue culpa de todos nosotros como socios de Nacional. Todo esto se generó en asambleas de socios muy pasionales, muy emotivas y que agarraron de rehén a Nacional. Obviamente sin dejar de lado los horrores de cálculos administrativos que hubo en el pasado.
Por decisión de la última asamblea se nos exigió que hiciéramos una auditoria operativa, la cual desde el principio quisimos encarar porque era un mandato que teníamos. Nos costó muchísimo encontrar auditores que hicieran ese trabajo, recién tenemos el informe primario de dos auditores que los socios van a conocer. Los problemas de plata se arreglan con plata y el problema del Parque se arregla con plata, y plata no tenemos. Hemos tenido muy buenas reuniones con los palquistas de todos los niveles y estamos buscando soluciones cercanas.
El club social, ¿viene unido al tema del Parque?
El club social va por un carril distinto. A veces te preguntan porque hay dinero para el club social y no para el Parque. La razón es que el interés comercial de los inversores es el club social y no el Parque. Según ellos, el club social es muy redituable. Claramente esto va a estar en asamblea porque tenemos claros los estatutos. Si podemos lanzar el club social, que estamos en las últimas preparaciones, indirectamente vamos a beneficiar todo lo que sea Parque. Si bien no se relacionan, tienen un punto de contacto. Hay inversionistas de Nacional con mucha experiencia en el rubro y con mucho estudio de la zona del Parque y de la sede. No tienen duda del impacto social de La Blanqueada para los socios de Nacional y para los que no son socios.
¿El plan de Los Céspedes está en marcha?
El plan de Los Céspedes siempre tuvo vida propia, y aún en los peores momentos, creció. Dentro de la estructura administrativa que hicimos están mucho más claros los procedimientos y los jerarcas de cada área y eso ha hecho que los mismos procedimientos sean más lineales, cortos, y que haya responsables.
¿Corrió riesgo la continuidad de Álvaro Gutiérrez?
En directiva jamás se habló de su continuidad. Podemos tener discrepancias con el técnico, las hemos tenido, pero ningún dirigente manifestó lo anterior, siempre hubo charlas frontales. Tenemos claro que el plantel lo hace él, lo que pasa es que nosotros también somos los que le brindamos el material humano, deportivo. Los jugadores que vinieron, vinieron por la aprobación de Álvaro.
En el periodo de pases de mitad de año, entre Iván y Jorge vieron más de cincuenta jugadores adecuados a las circunstancias económicas que Nacional podía contratar. Álvaro, cuando asumió, estaba con un plantel que él no había conformado. Para el primer periodo de pases trabajamos de esta forma: Nacional a través de sus profesionales le daba al DT dos o tres nombres por puesto solicitado para reforzar, nombres que surgían del scouting que hace el club y que están acordes a las necesidades deportivas, a las posibilidades económicas del club y a los requerimientos del cuerpo técnico que finalmente da o no su ok. De esta forma lo que se intenta evitar es que, una vez que el DT no sigue, te quedes en el plantel con jugadores que no pasaron por el análisis del club.
Recuerdo que con el Pitu (Barrientos) tuvimos largas reuniones con Álvaro mediante videos, también cuando se decidió la contratación de Sergio Rochet, que nadie lo conocía, en la casa de Alonso con todo el cuerpo técnico. Hubo que tomar decisiones valientes porque se le rescindió a (Marcos) Angeleri, a (Joaquín) Arzura, se acordó de la salida de (Esteban) Conde. Si se quedaba Arzura, Emiliano Martínez no hubiera debutado. Si se quedaba Kevin Ramírez, Thiago Vecino no hubiera jugado. Entonces son decisiones que hay que tomar valientemente.
¿Molestó la salida de Kevin Ramírez?
Lo de Kevin molestó a nivel grupal, deportivo, pero al presidente y a mí no porque sabíamos que quería irse; y le hizo un bien a Nacional. Si se hubiera quedado, habría tapado a otro jugador, y en mi opinión futbolística, él no encajaba en el equipo.
¿Falta mucho para concretar los acuerdos con Thiago Vecino y Brian Ocampo?
Estamos en lo último, solo faltan detalles. Quiero destacar que son dos personas distintas porque Brian es un chico muy callado y Thiago es más comunicativo, muy profesional. Fue fundamental la voluntad de ambos de querer quedarse en el club. Son ejemplos que yo quiero destacar porque normalmente la mayoría de los jugadores te dicen que se quieren ir. Por suerte Álvaro les ha dado oportunidades a los dos y creo que se han establecido en el plantel. Las conversaciones con Casal han sido beneficiosas más allá que faltan detalles menores.
¿Cómo viene el relacionamiento con las autoridades del arbitraje?
Creo que nosotros tuvimos muy mala suerte en el Apertura. El punto de explosión fue el 4 a 4 con Fénix en el Capurro. En ese momento la hinchada debía sentir la voz de las máximas autoridades del club, pero estos temas es mejor hablarlo con las autoridades y no con la prensa. Ahora el Colegio de Árbitros cambió; cambiaron las autoridades, cambiaron algunos miembros de la Comisión Técnica, hay una nueva estructura arbitral. Los jueces deben seguir profesionalizándose. Hoy el tema arbitral está más globalizado, lo que pasa acá repercute en el exterior. Nuestra consigna es que para las finales del Campeonato Uruguayo haya VAR, que si bien ha sido muy criticado, es como un seguro. Por lo que nos ha dicho (Ignacio) Alonso y las autoridades de la AUF, para las finales el VAR va a estar.
En tres meses ya estamos en una nueva temporada, ¿cuál es la idea del proyecto?
Cuando vos tenés proyectos macro avanzás a pesar de si los resultados deportivos son buenos o malos. A nosotros nos vendría muy bien salir campeones uruguayos porque nos acomodaría en un montón de aspectos, pero el objetivo inicial que teníamos es seguir bajando el presupuesto. La idea es jugar con un 75% de jugadores del club y estamos bastante cerca. Hay que tener paciencia con los juveniles, años atrás hemos puesto a algunos que pintaban bárbaro y por dos partidos malos se vinieron abajo. La camiseta de Nacional pesa 100 kilos. Vos sos jugador de Nacional las veinticuatro horas, siempre les digo que si mañana chocan en el auto, por ejemplo, choca el arquero de Nacional, no choca Sergio Rochet o Luis Mejía.
¿Podés adelantarnos algo del proyecto de Iván Alonso y Jorge Giordano para mejorar la competición internacional?
Es muy ambicioso, con ellos dos tuvimos una grandísima sorpresa por la dedicación que le están dando al club. Están tratando de mejorar toda la estructura del club y sobre todo esa grieta que tenemos a nivel internacional. Entonces ahí tenemos dos lecturas que son bastante contradictorias.
Fuimos a jugar contra el Inter, escuchamos lo que pagan sus sponsors por estar en la camiseta y te dan ganas de morirte. Lo que gana Paolo Guerrero, Nico López, etc. Ellos, a su vez, se quejaban del Palmeiras y del Flamengo. Pero, por otro lado, sabemos que Colón de Santa Fe e Independiente del Valle llegaron a la final de la Copa Sudamericana. Colón e Independiente del Valle no son mucho más que Nacional, ni tienen mucho más presupuesto. Entonces, si nos quedamos con lo de Brasil, nos cruzamos de brazos y no hacemos más nada. Pero si nos quedamos con lo otro quizá tenemos que empezar por ganar la Sudamericana. El plan del proyecto es muy técnico, tiene una carga horaria de trabajo importante, una infraestructura más amplia y con trabajo intenso en áreas como la ciencia.
¿Qué cambió en el día a día de Nacional con la llegada de Jorge Giordano?
Le habíamos echado el ojo hace un buen tiempo, pero estaba dirigiendo a River y a los que son entrenadores les cuesta ese paso a secretario técnico. Pero es una persona que hizo muchos cursos en el exterior, es docente y tenía una preparación que nos parecía ideal para el cargo. En Los Céspedes encontramos un desorden importante cuando asumimos. Jorge atacó muchos temas y se ha mejorado mucho. Hoy el fútbol es tan parejo que no hay que regalar nada, y nosotros entendemos que hay que entrenar, descansar y alimentarse bien. Si una de esas tres patas te falta, el buen rendimiento es más difícil de obtener. Para los dirigentes es fundamental tener funcionarios que no esperan que vos lo llames para solucionar el problema. La verdad que estamos muy contentos con él.
En el final, ¿un mensaje para el hincha?
El mensaje final para el hincha es que noto un triunfalismo desmesurado con el presente deportivo, y me parece que, más allá de que en el correr del año ganamos un título oficial como es la Súper Copa, nada más ni nada menos que frente a Peñarol en una final, pero el objetivo es el Uruguayo y tenemos que ganar sí o sí el Clausura; que estamos bien perfilados pero no está dicha la última palabra, y si es posible la Anual. Hay que tener mucha mesura porque el fútbol uruguayo es muy parejo y la verdad es que no estamos para dar ventajas para nadie, ni subestimar a nadie.
Alejandro Luzardo
Fotos: Juan Pablo Flores
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