Nacional representa una filosofía de vida, la misma que tenía nuestro prócer, cuya bandera inspiró a los fundadores, la misma que llevó a los orientales a correr a los invasores.
Voy a salirme un poquito de lo que se está hablando hoy en El Talud, porque quiero hablar sobre cuál es la verdadera diferencia entre el hincha de Nacional y el del tradicional rival. La pregunta es esta: ¿Cuál es la diferencia entre el hincha “tricolor” y el hincha “manya”?
La cuestión no es tan sencilla de responder objetivamente, porque uno es hincha y el corazón tira, pero traté de ser lo más objetivo posible y elaboré una respuesta.
El hincha del tradicional rival es alguien orgulloso de su club por los títulos que ha ganado. Por ese motivo, cada vez que salen campeones colocan sus banderas en las ventanas, en los patios, en los balcones, etc. Pero el orgullo no es por la institución en sí, sino por los títulos que tiene. Por ese motivo, cada vez que el equipo no funciona, pierde o anda mal, se borran, les pasa a gustar más el béisbol que el fútbol, e incluso algunos le tiran piedras a los jugadores, técnico, etc., (como le hicieron a Da Silva luego de perder contra Defensor en el Franzini a pesar de que venían primeros en la anual y habían ganado el apertura). No hay nada más de lo que estar orgulloso, excepto de los logros deportivos. No cuentan con un estadio, tienen su sede en un lugar que no tiene nada que ver con sus inicios, son hijos de un club elitista que les ponía “la pata arriba” y solo les daba derecho a voz pero no a voto a quiénes luego terminaron fundando la institución en 1913. En definitiva, no hay nada que celebrar excepto los campeonatos que puedan lograrse.
El hincha de Nacional también se siente orgulloso por los títulos con los que cuenta, pero tiene otras razones también, y creo que la más grande es esta: fue el primer club que nació para hacer frente al dominio extranjero en cuanto al fútbol, siendo el primer club criollo de América y eso le infla el pecho al hincha. Al mirar hacia las raíces, ve el espíritu de lucha en esos jóvenes que en 1899 se plantaron al sistema. Nacional es mucho más que un club (que verdad es esa), Nacional representa la sana rebeldía, la lucha uruguaya, la garra charrúa frente a la prepotencia la burla y el desprecio extranjero, y eso tiene un significado muchísimo más profundo que sólo el deportivo, Nacional representa una filosofía de vida, la misma que tenía nuestro prócer, cuya bandera inspiró a los fundadores, la misma que llevó a los orientales a correr a los invasores. Nacional tiene su estadio en el mismo lugar donde Artigas fue proclamado jefe de los orientales, y tiene su sede en ese mismo predio (un lugar con un significado tremendamente profundo) y como si fuera poco, metido en el corazón del barrio la Blanqueada (barrio que en su nombre hace referencia al principal color de Nacional).
Ahí están las diferencias, por eso el hincha de Nacional nunca abandona, no se va, no se siente menos identificado porque el equipo pierde, ni más identificado porque gane, porque ser hincha de Nacional va mucho más allá de los resultados deportivos; ser hincha de Nacional es pertenecer a una escuela, a una filosofía, la de la independencia y la de la libertad.
Marea del Bolso
Trinidad, Uruguay
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