“Cuando estaba en Nacional casi que no tomaba dimensión de dónde jugaba”, dijo Rodrigo Amaral en esta entrevista.
Nota realizada por Nicolás Montalá @NicoMontala Nmontala@ole.com.ar para ole.com.ar:
«Toqué fondo y ahora quiero volver a ser feliz»
Rodrigo Amaral la rompió en el Sub 20 de Uruguay y fue la gran apuesta de Racing. Pero engordó tanto que lo bajaron a la Cuarta. Tras seis meses en el Tita, se mató a dieta y va por el sueño de jugar en Primera.
Un plato de más que llamó a otro. Y a varios más. Y casi todos los días. Una mala conducta alimenticia transformada en el hábito que lo arrastró al ostracismo, a un sobrepeso que dejaba su marca en la balanza y en su amor propio. Talentoso zurdo que descolló en la selección de Uruguay campeona del último Sudamericano y en la que disputó el Mundial, Rodrigo Amaral se sentía atrapado dentro de su propio cuerpo. Rehén de un exceso de peso que, atípico en el fútbol profesional, eclipsó su gran potencial técnico y lo inutilizó.
Pero el enganche de 21 años entendió que drásticamente debía tomar otro rumbo para que la pelota no siguiera alejándose cada vez más de él. Cambió el apetito insaciable de comida por hambre de superación. En el medio hubo un trabajo a conciencia en esos casi seis meses de entrenamientos -muchos con tristeza- que hizo, en gran parte, con la Cuarta División en el predio Tita Mattiussi. Y hoy, cuando se mira en el espejo, ve los resultados del sacrificio: una buena forma física, con diez kilos menos que en su peor momento y el deseo de darle de comer a su autoestima. Para eso se prepara en cada práctica con el plantel de Coudet.
¿Qué cambió en vos desde los trabajos en Tita a estar con la Primera?
Me cambió la cabeza. Pero va más allá del fútbol. En general, desde que tengo una hija (NdeR: Delfina, de un año) dejé de pensar sólo en mí. Ahora es ella, todo ella. Para seguir jugando tenía que modificar muchas cosas mías por dentro y por fuera. Lo supe cambiar y por algo ahora estoy acá, con el grupo.
¿De qué te arrepentís?
De las boludeces que hacía con la alimentación. No me cuidaba tan bien. Yo sabía que comía mal. Y lo seguía haciendo igual. Pensaba que no me iba a afectar. Hoy sé que si yo estoy mal, también lo estará mi familia. Quiero darle un buen futuro a mi hija…
¿Cómo fue entrenarse con la Cuarta sin hacer fútbol?
Cuando me dijeron que debía ir al Tita, toqué fondo. Nunca me había pasado eso. Hablaba con gente del club que me ayudaba en lo anímico. También mi familia, mi mujer, mi hija… Hoy mi mentalidad es seguir trabajando mucho sin perder la humildad, como me enseñaron.
¿Alguna vez te dieron ganas de ni ir al predio?
No, soy una persona que cumple horarios. Esto es un trabajo. Nunca me dio paja de ir a la práctica. Creo que no falté nunca, iba hasta los sábados. No tenía problemas.
¿Un día tuyo en el Tita en qué consistía?
Me entrenaba con un Profe y me iba a mi casa. Apenas llegué al predio tenía calentura. Pero después, con el paso de los días, fui dejando de lado a ese pibe enojado. Ahora soy otra persona.
¿Qué incorporaste?
Estoy más capacitado para pensar las cosas. Mi cabeza hizo un clic. Tenía que hacerlo yo solo. En realidad, tendría que haber corregido las cosas mucho antes.
¿Te reprochás mucho aquella conducta o ya diste vuelta la página?
Tengo calentura conmigo mismo. Si yo hubiera cambiado mi mentalidad en Nacional, hoy estaría jugando en Racing y con chances de ir a la selección. En Nacional me exigían y yo no daba bola, me hacía el boludo.
¿Llegaste al extremo de pensar en largar todo?
Si no largué todo fue por Delfina. Hasta hace poco quería dejar de jugar. Pero hablé mucho, me di cuenta de que yo mantenía la capacidad de seguir jugando, de demostrar. Cuando estaba en Nacional casi que no tomaba dimensión de dónde jugaba. Y las cosas se me dieron muy rápido: llegó la Sub 20, el Sudamericano, el Mundial y después Racing. Boludeaba, seguía en la misma. Ahora quiero jugar para poder irme a Europa lo antes posible.
¿Es cierto que tenés hipotiroidismo?
Me hicieron estudios y salió que no tengo ese problema. El problema era yo…. Mi alimentación era buena, pero me hacía el vivo… Comía más de lo normal. Pero no hamburguesas o panchos, como dijeron muchos boludos. Eso no lo hacía porque siempre supe de mi tendencia a engordar. El tema era que, en vez de comer una porción, comía dos. Exageraba.
¿Y ahora qué ingerís?
Ahora como lo que tengo que comer o, incluso, un poco menos. Se me achicó el estómago, me lleno enseguida. Me acostumbré a una alimentación después de la dieta estricta que le pedí a la gente de Racing. Bajé diez kilos.
¿Tenés que adaptarte a tu nueva figura para no perder fuerza en el roce?
Cuando hacía la dieta no me dejaban hacer fútbol porque podía joderme o lesionarme. Cuando empecé a comer más proteínas mejoré la musculatura para no sentirme débil. Me falta ritmo porque hace un año que no juego, pero si me dan 20 minutos en cada partido a eso lo voy a recuperar pronto. En la parte física corrí al igual que los compañeros en Orlando sin ningún problema. Antes me agarraban fatigas, me dolían las piernas, me acalambraba…
¿Sentís que tenés una forma de jugar para que los hinchas disfruten?
Primero tengo que disfrutar yo adentro de la cancha. Como te dije antes: toqué fondo y ahora quiero volver a ser feliz. Desde que jugué en Nacional que no volví a sentir eso. Hace mucho que no escucho “qué bien jugaste” de parte de mi familia. Jugar en Reserva no es lo mismo… Una vez que disfrute yo, me gustaría que el hincha se identifique con mi juego. Por acá pasaron pasaron muchos uruguayos y yo también quiero llegar a dejar mi marca.
¿Te hablaron de Rubén Paz?
Sí, mucho. Es muy ídolo acá. Ojalá pueda ser ídolo yo también, pero lo primero hay que ayudar al equipo.
¿Cómo te llevás con la intensidad que pide Coudet?
En el fútbol de hoy el enganche tiene que correr más que un cinco o un zaguero, por lo menos ocupando espacios. Ahora hay que presionar, antes eso no se veía tanto. En el Mundial Sub 20, cuando enfrentaba a equipos europeos, recibía la pelota y tenía dos tipos encima. Hay que jugar más de primera. En la pretemporada me acostumbre a presionar cada vez que perdíamos la pelota.
¿Quién es tu ídolo?
Me gustaron mucho el Chino Recoba, Luis Suárez, Rubén Sosa… Ojalá pudiera copiarle la pegada al Chino, je. Dicen que yo le pego bien, pero eso hay que demostrarlo adentro de la cancha.
¿Cómo tomaste que tocara River en los octavos?
River se está firmando como copero en Sudamerica pero no hay que tenerle miedo. Tenemos un buen equipo, mis compañeros lo demostraron en el semestre pasado. Los muchachos están bien.
¿Qué ves cuando te mirás en el espejo?
Que adelgacé tanto que hasta me cambió la cara, je.
El Amaral renovado es un refuerzo para Coudet.
ole.com.ar
COMPARTÍ ESTE ARTÍCULO:
UNITE A NUESTRA COMUNIDAD
Seguinos en nuestras redes sociales y enterate de toda la actualidad del decano del fútbol uruguayo
REDES SOCIALES
SUSCRIBITE A NUESTRA NEWSLETTER
No te pierdas ninguna novedad del decano