Nacional debía ganar para ampliar ventajas y quitar fantasmas, y lo hizo en una cancha difícil y ante un gran rival.

Imprecisos. Este partido no era nada fácil por lo que pasó en la semana, por el rival que tocaba, por la cancha en la que se jugaba y por lo que había en juego. Y el Bolso estuvo a la altura. Luis Suárez fue desde el arranque y Diego Rodríguez ingresó por el lesionado Felipe Carballo. La primera mitad tuvo muchísima imprecisión por parte de los dos equipos. Pases cortos, controles mal hechos, pases largos mal ejecutados. Si bien la cancha lucía bien de aspecto, el césped estaba alto y a su vez, el viento condicionó este aspecto. La única que tuvo el Bolso vino por parte de Suárez en una pelota que el golero encontró tras rebote. Nacional no logró generar circuitos por bandas, y se limitó a lanzar en largo a los carrileros, que no tuvieron una buena jornada. En el medio estuvo lo peor de la imprecisión y eso condicionó todo el juego de Nacional. La primera mitad fue pareja y el empate estuvo correcto. 

Se mejoró. La segunda mitad tuvo un repunte en el juego de Nacional debido al buen ingreso de Brian Ocampo que conectó de muy buena manera por derecha con José Luis Rodríguez en varias oportunidades. Así vino el gol del triunfo, luego de una apilada de Ocampo, habilitación al Pumita, y cabezazo de Franco Fagúndez. Por izquierda pasó Camilo Cándido como volante y también levantó su nivel. Leandro Lozano le dio más seguridad ayudado por el lateral, y a partir de allí, se comenzó a tomar control del juego y de la pelota. En el medio, el ‘Torito’ levantó su nivel y de a poco fuimos volcando la cancha hacia el arco rival. Hubo varias jugadas de gol que pudieron poner el segundo y liquidar el partido, pero la mala puntería, o la fortuna no permitieron que eso sucediera, y sobre el final el equipo de Liverpool se vino buscando el empate, que por suerte no llegó. 

Con personalidad. Se ganó un partido muy chivo por lo anímico, por la cancha en la que se jugaba y por el rival. Los fantasmas de la eliminación estaban sobrevolando, y el Bolso se sobrepuso con mucha personalidad. El viento y el campo de juego conspiraron para que no se hiciera un buen partido desde el juego, pero se consiguió un gran triunfo que nos permite ampliar a seis puntos la ventaja con Liverpool en la anual, y mantenernos expectantes en el Clausura. Ahora viene una semana larga para recuperar desde lo físico, y para trabajar con tranquilidad de cara a lo que se viene. 

¡Arriba Nacional!

Diego Ávalo
 

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