Con los jueces, errores son amores

Es un rejunte de ególatras que se odian entre ellos, pero actúan de forma cooperativa y corporativa cuando los señalan.  ¿El momento puede ser peor? Sí, sigan viendo.

Además del nuevo “orsai sicológico” y “el jugador busca el choque”, los tipitos tienen una escuela de mal funcionamiento llamado Colegio de Árbitros que se supone tiene el objetivo de mejorar el trabajo de sus afiliados.

Yendo al tema, el fin de semana pasado me fui al Complejo Del Campo a ver a la Sub 19 de Nacional. Me habían nombrado un par de valores que valía la pena seguir desde chicos.

Ya en la cancha me encontré con un arbitraje de “los que vienen” que fue aún peor que los que vemos. ¿Qué tan malos pueden ser? Mucho más. Había un Fulano haciendo de juez; se llama Julián Ithurralde. No tengo claro el nivel de miopía que tiene, si puedo tener claro sus muy malos modos, porque lo vimos todos. Peor aún verlo moverse en la cancha: no le atinó a nada, además estaba escoltado por un línea -que resultó llamarse Jonathan García- que actuó en todas las jugadas (sin exagerar) contra Nacional. Lo gracioso es que el DT tricolor en un momento lo miró y su respuesta con unos modos propios de sicario de Pablo Escobar fue: “si me mirás te amonesto y te vas”.

Pero faltaba lo mejor. El veedor de ese match se apellida Fedorzuck. Sí, pienso lo mismo que Ud que deben ser familiares, porque tantos Fedorchos en este bendito país no hay. En fin, si somos corporativos, también metamos gente a dedo, total… El tipito en un momento tuvo la gran idea de hablarle mal a un padre que estaba viendo a su hijo. Mal, no, pésimo, y luego, haciendo gala de su brillantez y excelsa educación, le dijo al padre “si querés, vamos afuera”. No, no lo invitó a ir a comprar tortas fritas o bolas de fraile. El padre muy tranquilo lo siguió, y Fedorcho no hizo otra cosa que agachar la cabeza y meterse al auto. Bocón y timorato.

Fedorcho siguió el cotejo desde el estacionamiento. ¿Se entiende? El veedor siguió la actuación de sus compañeros corporativos desde el auto, en el estacionamiento y encerrado.

Así pretenden hacernos entender que son laburantes y simplemente se equivocan como nos equivocamos todos. Bueno, no. Si los jugadores se equivocan todos los sábados pierden el puesto y posteriormente los contratos; si los técnicos se equivocan todas las semanas pierden el laburo y su imagen; si los dirigentes se equivocan todas las semanas tienen que agachar la cabeza ante los “dejá de robar la plata”.

Los únicos con carta libre para “errar” e invitar a pelear sin consecuencias son los integrantes de la corporación de AUDAF. Qué cantidad de repetidores hay en el Colegio de Árbitros.

El Viejo de Boina