Risas, ruido de vasos, saludos cargados de algarabía que se repiten de un lado al otro del salón, bromas cruzadas… Todo parece indicar que se trata de una reunión familiar. Pero no lo es ¿O sí?
El grupo «Bolsolocos» nació hace nueve años con el objetivo de compartir un sentimiento, de llevar las charlas de fútbol y el amor por la camiseta más laureada del fútbol uruguayo más allá del ámbito estricto de la cancha. Y han cumplido su cometido con creces.
En estos años, no solo han crecido como grupo -a la par de sus estómagos en cada reunión mensual, a juzgar por lo experimentado en «panza propia»- sino que han cumplido con una de las leyes principales del hincha, apenas un escalón por debajo del aliento. Ser agradecidos con aquellos que nos dieron gloria y títulos. Es por esto que en las reuniones de este grupo, han desfilado 120 jugadores que ya no están en actividad pero cuyo recuerdo permanece imborrable para el hincha.
La lista es extensa y provoca un profundo reconocimiento y cierto grado de envidia hacia estos más de 20 compañeros bolsilludos que han homenajeado, entre otros, a Manga, Luis Artime, Carlos Camejo, Atilio Ancheta, Pocho Brunell, el «Zorro» Revelez, «Piolín» Cincunegui, Hugo De León, «Nacho» Prieto, Jorge Seré, Celio Taveira, «Cascarilla» Morales, Dardo Pérez, Darwin Dalmás, Ruben Sosa, el «Vasco» Ostolaza y Wilmar Cabrera .
Los «Bolsocos» nos habían invitado anteriormente a compartir una de sus reuniones, pero no habíamos logrado coincidir hasta el pasado miércoles, cuando tuvimos la oportunidad de conocer a un grupo de gente con una calidez extraordinaria, que en todo momento nos hicieron sentir parte integrante de su cofradía.
Llegamos temprano a un salón ubicado en La Unión. Una extensa mesa en la que se van alternando muzzarellas con los más variados complementos. Así como la comida, las anécdotas se suceden, como era de esperar. Tienen una nueva «víctima» sobre quien disparar sus recuerdos.No me quejo. Para nada, al contrario. Devuelvo algunos golpes. Yo también tengo lo mío. Disfruto escuchar sus experiencias con los grandes que ayudaron a forjar la historia del club. La que nos hace reconocibles en la cancha y fuera de ella. La parte humana de estas figuras también cuenta, en realidad es la que más cuenta.
Los «Bolsolocos» obtienen de sus invitados lo que dan, respeto, reconocimiento y cariño. Movidas como esta, pensadas en todo momento desde el «¿qué puedo ofrecer?» son las que ayudan a perpetuar el sentimiento nacionalófilo. Me sentí halagado de haber podido ser parte, al menos por una noche, de este grupo formidable.
Ernesto Flores
decano.com
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