Lasarte deberá encontrar los hombres y la formación para el mediocampo.
El mediocampo de un equipo es su motor, y su integración y su forma táctica son determinantes. Martín Lasarte ha manejado distintas alternativas para la conformación táctica del equipo a lo largo de su etapa al frente del conjunto tricolor. Cuando llegó continuó lo que venía haciendo Gustavo Munúa con un 4 – 2 – 3 – 1 y le fue bastante bien. Ganó el Uruguayo jugando casi todo el campeonato de esa manera. El siguiente torneo fue el Apertura y a partir de allí el equipo comenzó a disminuir su nivel y el técnico comenzó a probar otras formaciones. Terminó jugando con un 4 – 3 – 3, que siguió utilizando en el Intermedio, que también ganó Nacional. Hace un par de partidos se volvió al 4 – 2 – 3 – 1, salvo en el clásico, y no fue la mejor producción del equipo.
Lo primero que hay que decir es que teniendo los futbolistas adecuados, cualquier sistema puede funcionar. Concentrándonos en el funcionamiento del medio de la cancha, que es el motor de cualquier equipo, estimo que hoy en día el sistema que mejor se adecua a los futbolistas del plantel es el 4 – 3 – 3. Para utilizar dos centrocampistas y una línea de tres por delante, es necesario que los extremos de la línea de tres ocupen rápidamente posiciones defensivas a la hora de recuperar la pelota, formando una línea de cuatro volantes y realizando un bloque defensivo sin espacios. Y ahí es que creo que están faltando futbolistas para poder utilizar este sistema. Ni Tabaré Viudez ni Sebastián Fernández -quienes están siendo titulares esas posiciones-, sienten la marca, y si bien colaboran y ocupan lugares, en muchas ocasiones quedan los volantes centrales solos, sin ayuda a sus costados. Esto hace que la cancha quede demasiado ancha, y generalmente los costados se transforman en vías de ataque para los rivales.
A modo de ejemplo, esto fue lo que sucedió en el último partido ante Racing, en donde no fuimos capaces de cortar los avances en el medio de la cancha, o incluso más arriba, y un enorme porcentaje de los embates racinguistas llegaban por los costados y terminaban en el área tricolor. De haber tenido mejor puntería para definir nos hubieran empatado, o incluso pudieron haber convertido algún gol más. Quizás quienes mejor se adapten a esa función de «carrileros» por delante de la línea de centrales sean Leandro Barcia y Kevin Ramírez, pero ambos están pasando un bajo momento, y no han sido solución hasta el momento. Esto no quiere decir que, de recuperar el nivel, se pueda volver a ese sistema, que a la hora de atacar deja muchos jugadores en ofensiva y lo hace más peligroso para el rival.
Una variante
La otra opción para la zona central del campo sería una línea de tres volantes por delante de la línea de cuatro, y este creo es el sistema que para el nivel y las características actuales de los futbolistas tricolores es el que mejor se adapta, y el que mejor equilibrio le da al equipo. Cuando el contrario ataca, siempre hay al menos tres jugadores para no dejar espacios, dejando la cancha menos ancha. Uno de los tres se puede tirar a los costados a marcar las salidas del rival por las bandas, y atrás de él hay al menos dos futbolistas cubriendo. Incluso en algunos momentos pueden llegar a ser cuatro o cinco los futbolistas defensivos, cuando los dos delanteros por afuera colaboran ocupando posiciones de defensa.
El otro punto a analizar sería las características de los futbolistas. Sebastián Rodríguez comenzó su pasaje por el tricolor siendo un jugador con poca dinámica, y que no rompía líneas. Se le notaba un excelente manejo, y muy buena triangulación y desmarque en corto. Pero a la hora de profundizar o avanzar con pelota dominada la cosa no salía tan bien. Eso cambió notoriamente desde hace un tiempo. Comenzó a enfocarse en el arco rival, a meter pases punzantes y a imprimir velocidad y traslado a su juego, y eso lo transformó en una excelente opción para la zona central, porque además colabora, y mucho, en la marca. Se transformó en un jugador completo. El otro jugador que para mí es fundamental es Diego Arismendi. Jugador táctico y con un juego aéreo fantástico. Cuando él no está el equipo se resiente en ambos aspectos. Además es un jugador que le da temperamento al equipo. Quizás la carencia más grande es ese jugador que con su traslado veloz y controlado rompe líneas, o que llega a definir al área por sorpresa. Eso lo daban tanto Felipe Carballo como Santiago Romero, y por allí quizás hay un debe en el plantel. Ese rol a futuro podrá asumirlo Matías Zunino.
Lo dicho: todo sistema, y toda conformación del mediocampo puede lograr el triunfo y un buen rendimiento. Para ello hay que tener las características adecuadas en los futbolistas para poder interpretar y ejecutar lo planificado. Además esos futbolistas deben estar en un buen nivel, de lo contrario no habrá sistema táctico que funcione.
Diego Ávalo
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