Agradezco tu grandeza

A la hora de los mediocres yo agradezco tu grandeza. Se supone que al final de cada contienda hay un ganador y un perdedor.

Anoche Nacional perdió un partido, y perdió la posibilidad de avanzar en la Libertadores. Pero anoche también ganaron, además de Boca, los mediocres, los pequeños de mente, de corazón y de espíritu. Anoche ganaron Pavón y Orión, ganaron su pequeña batalla, obtuvieron su ínfima ventaja, lograron jugar contra un cuadro un poco más cansado y con un poco menos de titulares, ganaron su pequeña lucha contra el cuadro que sólo por ser el único que representaba al país, merecía otro apoyo de todo el fútbol uruguayo. Ganaron sus 15 minutos de gloria inútil y efímera, les hicieron una nota en la tele, en 2 o 3 programas de radio, posiblemente hayan publicado sus declaraciones en algún diario que tendrán guardado en la carpeta de recuerdos, a falta de mejores cosas para recordar, y ahora solo siguen con su eterna historia de no ganarle a nadie, de no ganar a nada.

Anoche ganó otra AUF sin pantalones. La que apaña cambios en el tamaño de las posaderas de los escasos espectadores para que se haga la fiesta del barrio, la que juega en la CSF el partido de los viáticos y las representaciones, mientras el resto del continente juega el de los horarios, las canchas y los jueces.

Anoche ganó la prensa deportiva uruguaya, la que iguala para abajo, la que dice que no dijo lo que dijo, la que da manija, la que se vendió al poder que acabó con nuestro fútbol, la que tiene una vara distinta según lo que se proponga medir. La prensa que porfiadamente dice que las cosas no son como los hechos y los datos demuestran que son. La que debería defender verdades que olvida vergonzosamente, y vergonzosamente repite cuando son rescatadas por medios extranjeros. La que da para atrás, la que cuando Nacional avanza dice que la Libertadores no le importa a nadie.

Anoche ganaron otros uruguayos que no somos nosotros. Los que festejaron con bombas húmedas y viejas, los que pagan entrada y se visten con colores ajenos, no para hinchar por, sino para hinchar contra; los que estando muertos, matan.

Anoche perdió Nacional, y yo le digo gracias. Por permitirnos amanecer con la frente alta y con una sonrisa que los que ganaron jamás podrán entender. Yo le agradezco a Nacional por ser un constructor, en un fútbol que se cae a pedazos, por el Gran Parque Central y sobre todo por la forma en que se hizo y se seguirá haciendo. Por asomarse una cabeza más arriba de la infamia cotidiana y ver más allá. Por responderle a tanta mediocridad llenando el Centenario como nadie lo hizo nunca. Por seguir teniendo vergüenza, deportiva e institucional.

Le agradezco a Munua por ser un tipo serio y un trabajador incansable. Le agradezco a los jugadores por su compromiso y entrega, por su esfuerzo, le agradezco a Papelito por saber interpretar y expresar tanto y tan bien lo que los bolsos sentimos y pensamos.

Le agradezco a Nacional por no olvidar nunca de donde vienen sus colores.

Y por su hinchada, la que mete, la que aguanta, la que construye. Por este milagro que es Decano.com, por acercar tanto a tanta gente que está lejos y mantenerla unida en este sentimiento increíble, que ya es un estado de conciencia.

Nada es fácil para nosotros, pero estuvimos cerca. Y es mentira que quedamos afuera, es mentira que ya pasó. Cada año estamos más cerca, estamos jugando un campeonato que todavía no terminó. ¿Quién dijo que perdimos? Todavía estamos acá, como antes y como siempre, todavía estamos luchando, y seguimos creciendo y siendo cada vez mejores.

Gracias otra vez, gracias siempre, porque en el partido contra los mediocres, los estamos goleando. Mañana como siempre, sale Nacional a la cancha; «hacia el campo van los albos», emoción y locura, abrazo de hermanos, porque la historia de verdad, la gloria de verdad, la verdadera hombría, se viste de rojo, azul y blanco.