Ante la menor posibilidad, el hincha que vive lejos de la capital se ilusiona con ver a Nacional en su tierra.
Bastó que el Club Atlético Progreso manifestara su voluntad de llevar a Nacional al estadio Luis Koster de Mercedes para que sus habitantes –y todos los que están cerca- se ilusionan con ver a nuestro equipo jugando oficialmente en sus pagos. No es habitual que esto suceda, y menos aún por un partido oficial con todo lo que esto conlleva. Todos recordamos el maravilloso recibimiento que brindó esta misma ciudad unos años atrás. Fueron miles los que acompañaron, saludaron y vivaron a nuestros jugadores en interminables caravanas de hinchas.
No es igual, lo sabemos todos, ver al Bolso disputando un partido por el Campeonato Uruguayo que cualquier otra visita de cortesía. Nunca será lo mismo ver y alentar a Gonzalo Bergessio por los puntos que en un partido a beneficio, por más justa y altruista que sea la causa.
Nacional además es el club con más arraigo –mayor cantidad de hinchas y socios- fuera de Montevideo, y para nuestro club es una estrategia institucional llevar el “producto” a cada rincón del país. Pero, ¿están dadas las condiciones para que esto ocurra? En estos momentos y lamentablemente, no.
Para que estas cosas ocurran de la mejor forma, deben ser organizadas y planificadas antes del inicio de cada competencia, como sucede en cualquier campeonato de fútbol profesional. Además, cada equipo debería fijar el campo de juego donde oficiará de local sin posibilidades de ser modificado posteriormente por un acuerdo de partes. Esas condiciones deberían ser la base para terminar con los apuros, las suspicacias, los informes de ministerios –hasta los que nadie les pide- y cualquier otra ventaja que se quiera sacar y que alejan al fútbol de la esencia misma del deporte.
Alejandro Luzardo
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