Va llegando a su fin el período de incorporaciones en Nacional. Más allá de conformidades o no, hay que acordar que se ciñó al planteo.
Gerado Pelusso dijo al asumir que en su equipo no iba a haber lugar para jugadores que anduvieran «con el pase en la mano y los zapatos al hombro». Debemos coincidir en que, mas allá del rendimiento -que se juzgará con el tiempo- los jugadores que hasta el momento incorporó Nacional estaban con contrato en sus respectivos clubes. No es un tema menor.
Antes de terminar la primera parte del año, y cuando ya se avizoraba un cambio en la conducción del equipo, todos coincidíamos en la necesidad de reforzar -o más revitalizar- el equipo con un jugador por línea. Las malas experiencias anteriores nos llevaron a preguntarnos por qué siempre teníamos que caer en la contratación de jugadores libres, que llegaban como última opción cuando ya habían cerrado el resto de los mercados.
Gerardo Pelusso -viejo zorro- incluyó dentro de sus pretensiones, aparte de la intervención directa en búsqueda o aprobación de los futbolistas- el que estos llegaran «en carrera». Y lo logró.
Sin entrar en juzgamientos de aptitudes técnicas, debemos considerar que, cada una de las nuevas incorporaciones fueron pedidas y/o aprobadas por el entrenador. Sabemos de las condiciones de Pelusso para sacar el máximo provecho a sus dirigidos y también conocemos -al menos en líneas generales- el perfil de futbolista que le agrada al entrenador.
Henry Giménez fue un jugador llamó la atención de Pelusso mientras jugaba en aquel River de Juan Ramón Carrasco. Tal vez era el más talentoso de quienes conformaban la línea de ataque del equipo darsenero y, probablemente Pelusso vislumbró en él alguna otra cualidad. En algún momento, alguien comentó que Giménez «cantó Bolso» y eso pesa.
El peruano Rinaldo Cruzado tuvo que negociar su salida de Newelle´s buscando -al igual que Giménez- conseguir rodaje nuevamente para poder congraciarse consigo mismo y lograr algo que es saludable esperen los futbolistas. Volver a sentirse jugadores. Hay que recordar que Cruzado es jugador de selección y fue figura en el NOB que arañó la Copa ¿Cuánto hace que no lográbamos una incorporación así? Se podrá especular en los dos casos anteriores que no estaban siendo tenidos en cuenta con asiduidad, pero nunca que «no jugaban» o estaban sin entrenamiento. A lo que vamos es que no habrá que esperar un semestre para que los recién llegados estén en condiciones. Además nopodemos olvidar la capacidad de motivación que tiene Gerardo Pelusso y, más que eso, el firme interés del técnico por contar con estos jugadores.
El otro caso, el de Jorge Curbelo, parece venido de otros tiempos. Pelusso quería contar con él. No era una alternativa, era un deseo del técnico, que nunca creyó llegara a cuajar. Titular indiscutido durante seis temporadas en el fútbol argentino, capitán, referente y líder espiritual de su equipo, lo último que quería «el Tomba» era desprenderse de Curbelo. Una delicada situación familiar, unida a la oportunidad única que se le presentaba al jugador de disputar Copa Libertadores con el equipo del que es hincha, hicieron el resto.
Los hinchas debemos abrirle una carta de crédito a los recién llegados y apoyarnos en la confianza que ha sabido granjearse Pelusso en su paso anterior por el club. No hablamos de admiración sino de confianza. El rendimiento de éstos y otros jugadores que estén por venir -aún falta arribar a una definición por Gustavo Munúa y de no cerrase un acuerdo con Jorge Fucile, se espera la llegada de un lateral- se juzgará en la cancha. Es ahí donde se ven los pingos.
Ernesto Flores
decano.com
Foto: tenfield.com.uy
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