Previsible y evitable

Nacional cayó 51-64 ante Biguá en el primer partido de la Liga Uruguaya. El encuentro fue suspendido por una agresión desde la tribuna.

El partido comenzó parejo, con un leve dominio del Bolso sobre el equipo de Villa Biarritz. Riley y Haller estuvieron intratables haciendo despegar el juego del equipo (ambos fueron los goleadores del partido con 18 puntos, seguidos por Mc Gowan de Biguá con 17).

400 entradas fueron las que puso Biguá a la venta para la parcialidad de Nacional. La tribuna visitante se vio totalmente colmada: camisetas, banderas, papel picado, fiesta completa.

La sociedad Muro-Pereyra mostró señales de que todavía necesita limarse para poder así sacar todo el «jugo» posible. Preocupa la salida del extranjero McCoy que dijo sentir un «crack» seguido de un dolor que ni siquiera lo dejó apoyar el pie. Haller la rompió, jugó 32 minutos, metió 18 puntos, y además bajó 5 rebotes. El extranjero Riley fue otro que brilló en la noche.

Desde el banco, Nacional no encontró mucha respuesta: Mujica (17 minutos, 2 puntos), Roselli (6 minutos, 1 punto) y Trasante (13 minutos, 0 puntos) fueron los elegidos para remplazar a los cinco iniciales, pero no marcaron diferencia el marcador. De Mujica lo destacable es que bajó 6 rebotes (2 ofensivos, 4 defensivos).

Los parciales fueron de 17-18, 19-15, 22-19, 0-5. El partido se suspendió cuando el resultado era de 64-51 a favor del local. Faltaban por jugarse 7 minutos y 42 segundos.

El equipo dio señales de mejora, si bien cuando el partido fue dado por finalizado el resultado era claramente favorable para el equipo de Biguá, se notó un buen manejo del equipo. Sigue faltando constancia, problema que vimos mucho la pasada temporada. Este Nacional suma también el problema de las lesiones, que se siguen acumulando y cada vez se complica más el tema sanidad.

El incidente que desencadenaría en la suspensión del partido, fue la agresión con una moneda, por parte de un hincha de Nacional, hacia Osimani. El jugador de Biguá tuvo su partido aparte con la hinchada desde el primer minuto: cánticos por un lado y gesticulaciones y actuaciones dignas de teatro por el otro.

Es injustificable la agresión, así haya sido mínima (una moneda), por parte de un hincha a un jugador, eso es claro. Pero tenemos a un jugador «profesional» como Osimani que días antes del comienzo de la Liga, posa junto a un inflable del tradicional rival, en clara clave de burla hacia toda la hinchada del Club Nacional. El hincha reacciona muy mal y lo agrede, perjudicando en realidad a su propio club, pero ¿no era evitable por parte de Osimani, jugador de la selección, aquella burla y tomada de pelo?

Por eso esta nota habla de «previsible y evitable». «Previsible» porque se sabía que la hinchada de Nacional no iba a elegir cánticos amistosos para recibir a alguien que se burla de ellos. «Evitable» por parte de Osimani. De no haber posado con el inflable, la hinchada rival no tendría motivos para estar molesta.

También hay que decir que hubo una tolerancia casi nula por parte de la terna arbitral (Richard Pereira, Andres Bartel y Claudio Cetta) ya que, sabiendo cómo venía la mano, fueron muy tajantes a la hora de definir el partido. Sin entrar en el tema de que tuvieron una pésima noche en su oficio, hablando ya del partido mismo, claro.

Hay que ser más «vivos» de nuestro lado, hinchar y hacerse sentir, pero sin infringir el reglamento. La verdad es que Nacional es una molestia para algunos en esta Liga Uruguaya que cree tener aires de NBA. No hay que entrar en provocaciones, dándoles así los resultados que buscan.

Ya debemos enfriar la cabeza y pensar en Trouville, el próximo rival tricolor. El rojo de Pocitos venció a Goes por dos puntos en su primera presentación en la Liga. El partido del martes será nuevamente en condición de visitantes. Le iremos informando los detalles, desde las páginas de decano.com

Martín Madruga.
decano.com