El Club Nacional de Football vuelve a cesar a un entrenador. A dos fechas del final del Clausura y con una ventaja de cinco puntos sobre su clásico rival, el Decano apostará a disputar las eventuales finales con un nuevo director técnico.
Nacional destituyó a Pablo Peirano, quien en 33 partidos consiguió 23 triunfos, seis empates y cuatro derrotas, alcanzando un 76% de eficacia y sumando 75 puntos de 99 posibles. Resulta extraño pensar que, estando por definirse una instancia tan importante, la dirigencia tricolor haya tomado esta decisión. Sin embargo, el factor determinante para poner fin a su ciclo fue la falta de juego mostrada en la mayoría de los encuentros, sumada a la escasa capacidad de resolución en partidos que, en los papeles, debían ser victorias claras para Nacional y no lo fueron.
Varios de esos encuentros resultaron claves para acercarse al primero en el Torneo Clausura: Danubio, Juventud de Las Piedras y, más recientemente, Montevideo Wanderers, en el último partido del ahora exentrenador albo. Las estadísticas muestran una mayoría de puntos ganados, pero dentro de la cancha se vio que el Decano salió adelante gracias a individualidades o jugadas puntuales. Peirano no logró establecer un modelo de juego acorde a la calidad del plantel, lo que derivó en empates con bajo nivel futbolístico y en cambios que no influyeron en el desarrollo de los partidos. El clásico perdido 3 a 0 fue el punto de quiebre: un equipo sin respuesta futbolística ni anímica.
El Tricolor atraviesa un ciclo de marcada inestabilidad. El hincha ya vio esta película varias veces. En 2020, el Bolso trabajó con tres directores técnicos: Gustavo Munúa durante el Apertura, Jorge Giordano hasta la fecha 13 del Clausura y Martín Ligüera. En 2023 volvió a repetirse la historia con tres entrenadores: Ricardo Zielinski, Álvaro Gutiérrez y Álvaro Recoba. En 2024, Recoba continuó hasta la primera fecha del Intermedio, cuando fue cesado en junio.
Así llegó Martín Lasarte, quien conquistó el Torneo Intermedio y la Supercopa Uruguaya 2025. Sin embargo, fue destituido en la novena fecha del Apertura 2025, dando paso a Pablo Peirano. Desde el comienzo, el entrenador asumió en un clima tenso: la salida de Lasarte se llevó también al capitán Diego Polenta, quien se retiró del fútbol. Además, su nombramiento fue producto de una decisión dividida dentro de la dirigencia y de la imposibilidad de concretar la llegada de Jorge Bava o Jadson Viera. Estaba claro que Peirano nunca fue la primera opción del club, que cesó a Lasarte sin tener asegurado su reemplazante.
Con más pena que gloria se va Peirano de Nacional, en una historia que, si reflexionamos como hinchas y amantes del fútbol, sabíamos que podía terminar así. Es un nuevo capítulo dentro de un ciclo dañino que el club arrastra desde hace años.
Solo resta agradecer al cuerpo técnico y desearle lo mejor en sus próximos proyectos. Pero también es momento de que los jugadores, quienes visten la camiseta y salen a la cancha, entiendan la situación crítica que atraviesa la institución. No se trata solo del cese de un entrenador: los futbolistas, por jerarquía y compromiso, deben esforzarse cada día por mejorar y comprender el peso de la historia que representan. Que vean y sientan que están en el tricampeón de América y del mundo.
Agustín Sartori








