El puntero de la Cantera Inagotable sigue aumentando su cuota de minutos, a la par que ilumina los ojos de los hinchas.

Algunos ya lo conocemos hace un tiempito, cuando el gurí ya se divertía sobre los campos de Formativas, y quizás no nos sorprenda en demasía su grata aparición en Primera División, pero el caso de Bruno Arady no deja de ser un soplo de aire fresco para un Nacional que vuelve a tener una clara variante para cambiar partidos desde las bandas.

Sin ánimos de querer elevarlo por los cielos, a sabiendas de cómo funcionan los procesos juveniles, y con la certeza de que estarán de los buenos (y ojalá sean los que más) momentos y de los no tan buenos, donde quizás no entre tanto o, ya en el campo, el marcador no caiga en el engaño de su moña y se huela la frustración en el aire. Pero Bruno es de los muy buenos, y tiene pinta de que no será una irrupción momentánea en el primer equipo.

El puntero de diecisiete años, que ya había tenido participación en la pretemporada de 2024 disputando minutos en un amistoso contra Colo Colo, debutó a nivel oficial en toda una semifinal de Copa Uruguay a finales de noviembre. Unos 17 minutos que bastaron para ver todo lo que podía entregar el gurí: un dribbling corto inbancable, que, con su altura y tren inferior lo convierten en un jugador impredecible y súper explosivo. Unos 17 minutos en los que dejó claro que, aún siendo menor de edad, el chico al que retaban por tirar bicicletas en Rayo Rojo estaba listo para jugar en Nacional.

Unos meses después volvió a integrar una pretemporada, la segunda de su carrera a tan corta edad. Y le bastaron dos para convencer a toda una institución en Nacional como Martín Lasarte, que no ha dudado en darle pista en este Torneo Apertura.

Una gratísima aparición fugaz (tan solo ocho minutos de juego) fue su debut por Campeonato Uruguayo contra City Torque – curiosamente el mismo rival contra el que debutó por Copa Uruguay – le bastó, ahora sí, para convencer al hincha. Lejos de ser un puntero al estilo Alfonso Trezza o Antonio Galeano, el chico está enamorado de la pelota. Aquella tarde en el Centenario se cansó de pedirla al pie, lo que dió una nueva pauta de su juego: la personalidad con la que afronta el partido.

Diría su madre Fernanda para El País que “Bruno es una cosa… A la gente le gusta eso. A él le encanta y es su personalidad (animarse). No es de baboso”, apuntó.

A pesar de que no contó con minutos en el clásico por la segunda fecha, volvió a aparecer contra Progreso, donde anotaría su primer gol con la camiseta del Decano, y donde esta vez sumó 20 minutos en campo. Cuenta que volvió a subir contra Boston River, donde fue el primer cambio de Lasarte para ganar el partido, contando con casi media hora de juego.

Arady parece haber tomado la decisión correcta cuando estuvo muy cerca de firmar por el Feyenoord de Holanda a mediados de julio, y finalmente decidió quedarse en el club. Y tal parece que esa escala de minutos seguirá en aumento, hasta que estalle con su titularidad.

Juan Lauz

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