El venezolano, primera alta del mercado para el Decano, tiene una dilatada carrera por el fútbol de Brasil.

Ante la llegada de Rómulo Otero a Nacional, ya es hora de empezar a conocer un poco más de la carrera del mediapunta venezolano que a esta hora se convirtió en la primera alta del Decano en este mercado de pases.

Nacido el 9 de noviembre de 1992, en la ciudad de El Tigre en el estado de Anzoátegui, es hijo de otro futbolista profesional que militó en el fútbol venezolano a finales de la década de 1980′ y comienzos de la 90′. Luego de la muerte de su padre, vivió con Horacio Cárdenas, que supo ser zaguero en el fútbol de su país, y a quien Otero atribuye su estilo de juego.

Con 15 años entró a las formativas de uno de los grandes de Venezuela, el Caracas, donde creció hasta debutar un 3 de septiembre del 2009, Rómulo Otero debutó y jugó media hora con tan solo 16 años en el empate 1-1 entre Caracas y Llaneros de Guanare.

Luego de tres temporadas de ascendencia en minutos con el primer equipo, período en el cual salió campeón venezolano en 2010, sería en su cuarta campaña en la que eclosionaría definitivamente. Su temporada 2012/2013 lo tuvo como mediapunta titular, incluyendo una gran Copa Libertadores, donde disputó todos los minutos de la fase de grupos (etapa en la que su equipo fue eliminado).

Ya para el año 2013 asumiría el papel como subcapitán, que coincidió con su primera convocatoria y debut con el seleccionado de Venezuela, disputando media hora en la derrota de la Vinotinto contra Argentina por 3-0. Una operación por lesión en su pie izquierdo, realizada el 15 de abril, le privaría de jugar la Copa América en Chile, y se despidió del Caracas a mitad de año para jugar en el Huachipato del país trasandino.

Posteriormente, se tomaría revancha, integrando el plantel de su selección en dos Copas Américas, en 2016 (Estados Unidos) y en 2021 (Brasil). En total, su periplo con su país incluye 51 partidos; el último, un amistoso contra Guatemala en marzo de este año, siendo que no fue convocado a la Copa América de este 2024.

Se iría en condición de préstamo por un año con una opción de compra, debutando en la segunda fecha del Torneo Apertura 2015 con un tanto y una asistencia.

A pesar de algunos iniciales problemas en su pie lesionado, terminaría por ser la principal baza de su equipo en ataque, con una sobresaliente campaña anotando ocho tantos y entregando diez asistencias en 21 encuentros, en un Huachipato muy regular que finalizó noveno en la tabla acumulada de la temporada.

Su gran nivel en Chile le ganó su primera gran llegada a un club de nivel: el Atlético Mineiro de Brasil. El buen segundo semestre de Otero en la recta final del Brasileirão (dos goles y tres asistencias en 13 partidos) le valió que el Galo comprara su pase desde Huachipato.

El mediapunta contó con su estancia más larga en un club: cuatro años en los que no ganó títulos de renombre, ganando en dos oportunidades el estadual de turno en Minas Gerais, el Campeonato Mineiro.

Tras ello, Otero se mudaría a otra parte de Brasil, más concretamente a la ciudad de São Paulo. El 24 de agosto del 2020 aterrizó en calidad de cedido al Corinthians; en el Timão jugó 41 partidos en los que anotó cuatro goles y entregó dos pases para gol.

Luego de una etapa sin pena ni gloria por el fútbol mexicano en Cruz Azul, El Escorpión volvería al fútbol de su país natal para jugar en Aucas en la temporada 2023, para volver posteriormente al fútbol brasileño y jugar en su actual club: el Santos, que se encontraba en Serie B por primera vez en su historia.

Fue una de las piezas claves en el ascenso del Peixe para volver al Brasileirão. En el equipo campeón de la categoría jugó absolutamente todos los partidos del torneo, exceptuando uno debido a una suspensión por amarillas; en total, en los 37 encuentros en los que estuvo involucrado, fue titular en 26 de ellos, anotando cinco tantos y entregando dos asistencias de gol.

Por si fuera poco, Otero fue el autor del gol que selló el regreso del Santos a Primera División: un soberbio tiro libre que significó el 2-0 contra Coritiba.

A pesar de que su renovación estaba encaminada y hasta parecía un hecho, la situación ha dado un vuelco y las chances de que el habilidoso futbolista venezolano juegue en el Decano del fútbol uruguayo son reales y muy altas.

Un poco de su estilo

El mediapunta, a pesar de que en los últimos años centró su posición, se destacó por ser un futbolista de banda, con velocidad y punzada. Su buena calidad técnica en espacios cortos le hizo un hueco detrás del ‘9’, e inclusive como centrodelantero o interior por izquierda o por derecha.

Su apodo, el ‘Escorpión’, deviene de su pliegue en la parte ofensiva y su buen disparo de mediana y larga distancia, sacando latigazos desde posiciones variadas.

Sin llegar a ese nivel de talento puro o capacidad decisiva para crear números en materia de goles y asistencias, aportaría el buen juego interior que pierde Nacional sin Diego Zabala, además de sumar a un futbolista que tiene el recurso de la pelota detenida, algo que se echa en falta hace bastantes años.

Juan Lauz

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