Los récords son interminables y darían para escribir un diccionario del idioma del fútbol. Entre ellos el primer hincha del mundo que nació en el Decano. Artículo de Marca de España.

Hablar de Uruguay es hablar de un ‘paisito’ de sólo 3,5 millones de habitantes en el que todos entienden el idioma del fútbol. No son muchos, pero cuando juega la celeste, todos juegan ese partido. Porque están en todos lados, a todas horas y perseguirían al contrincante hasta el hotel si fuese necesario. Porque el «Orientales, la patria o la tumba» de su himno nacional no lo cantan por casualidad…

Ninguna selección de fútbol ha ganado tantos (19) títulos internacionales: 15 Copas América, 2 Mundiales y 2 Juegos Olímpicos.Ninguna ha jugado tantos partidos oficiales contra un mismo rival (el Clásico del Río de la Plata contra Argentina se ha disputado en 193 ocasiones). Y ninguna tiene en el banquillo a un ‘Maestro’ como Óscar Washington Tabárez (cuatro Mundiales y 12 años seguidos en el cargo).
Los récords son interminables y darían para escribir un diccionario del idioma del fútbol. Cómo no, lleno de términos que se pronuncian con acento uruguayo y que otros países han trasladado a su vocabulario:

Hincha


La palabra con la que muchos definen al incondicional aficionado de un equipo también nació en Uruguay. A comienzos del siglo XX, el Club Nacional de Football contrató a Prudencio Miguel Reyes para desempeñar las labores de utilero. Él era el encargado de que todo estuviese en perfecto estado de revista: preparaba las equipaciones, limpiaba las botas de los jugadores e hinchaba los balones, una función que le valió para ganarse el apodo de ‘El Hincha’. Pero era mucho más que eso. Con sus cánticos y sus gritos, pronto se convirtió en el principal animador del equipo ‘bolso’ y contagió su entusiasmo a toda la grada del Gran Parque Central.

Monumento histórico del fútbol mundial
El Estadio Centenario, principal sede del primer Mundial (algunos partidos se disputaron en Pocitos y en el Gran Parque Central), fue declarado por la FIFA Monumento Histórico del Fútbol Mundial. De esta forma se convirtió el 18 de julio de 1983 en la única construcción de este tipo que ostenta esta clase de reconocimiento.

Vuelta olímpica
La famosa ceremonia en la que se celebra un título con los aficionados surgió en París en los Juegos Olímpicos de 1924. La selección uruguaya, con nula experiencia en competiciones intercontinentales, fue invitada tras la exitosa gira europea del Nacional de Montevideo… ¡y ganó la medalla de oro! Era prácticamente una desconocida, pero Francia se enamoró de su fútbol y no dudó en animar a los charrúas. Tras ganar 3-0 a Suiza en la final, los jugadores realizaron una vuelta completa al campo para saludar y agradecer el apoyo del público durante todo el torneo.

Maracanazo
El recuerdo de aquella imborrable la final del Mundial de 1950. «Había 175.000 brasileños en el campo. Ganaban 1-0 y les servía el empate para ser campeones, pero remontamos con aquel gol de Alcides Ghiggia… Es imposible que algo así vuelva a suceder», recordaba en 2013 el ex futbolista uruguayo Rubén Sosa en una entrevista en MARCA.

4 estrellas… en vez de 2
Uruguay es la única selección que puede presumir de tener cuatro estrellas en su camiseta pese a poseer solamente dos Mundiales (1930 y 1950). ¿Y las demás? Se las ganó antes, en 1924 y 1928, años en los que se proclamó campeona de los Torneos Olímpicos de Fútbol en París y Amsterdam. Aquella competición, embrión de lo que hoy se conoce como Mundial, se disputó con la reglamentación de la FIFA y la propia institución le otorgó categoría de campeonato mundial de fútbol.

amp.marca.com

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