Difícil, como el clima

En el final un gol de Federico Santander nos dio un triunfo que era indispensable para seguir peleando el Apertura.

Primer tiempo. Así como el clima fue la primera mitad: mal jugado, con vaivenes, con pelotazos que rara vez llegaban a destino. 

Dentro de ese panorama, Miramar Misiones lo hizo mejor, tratando de proteger su arco y lanzando a los rápidos y hábiles delanteros. Y lo lograron.

El local tuvo tres remates de riesgo sobre nuestro arco, y en la cuarta ocasión llegó la apertura. En ese lapso Nacional solo había tenido dos llegadas, ambas con remates de larga de distancia que se fueron desviados.

Para nuestra suerte, el empate de Carneiro llegó a los 40’, tan solo 4’ después de la apertura. 

Así al menos nos fuimos al vestuario preocupados, pero sin los nervios de estar en desventaja.

Segundo tiempo. Nacional salió sin cambios, pero con otra actitud y totalmente posicionado en cancha rival. Miramar se replegó y apeló a la salida en contragolpe.

Las llegadas no fueron claras, y nacieron de inspiraciones individuales más que de juego colectivo, aunque no dejamos de buscar las aspiraciones en cancha.

Sin embargo los minutos fueron pasando y el gol no estaba cerca. A los 58’ una subida de Polenta terminó con un cabezazo de Carneiro que pasó muy cerca. 2’ después, un zurdazo de Zabala exigió Lucero Álvarez.

Con el avance de los minutos, el equipo se fue adelantando y quedó mucho campo entre los zagueros y Mejía, y el rival tuvo sus llegadas en esas condiciones. La primera la salvó Manotas con un gran cierre; la segunda terminó en gol que fue bien anulado por offside, previa actuación del VAR. Iban 75’.

El equipo continuó buscando el desequilibrio y el gol llegó a los 85’, con una pelota que llegó al punto penal y fue mandada a guardar por Santander. Sin embargo había tiempo para sufrir un rato más, y lo hicimos.

Nacional ganó y sigue en la persecución, pero no logramos consolidar un buen rendimiento, y ya no son pocos los partidos oficiales de la temporada.