Por Diego Ávalo
28 Abr 2024
Apertura2024

Nacional ganó con lo justo, pero una vez más fue notoriamente perjudicado por los jueces que se comieron un penal y anularon un gol por un roce.

En slow. Nacional salió a jugar ante Cerro con mismo esquema de siempre, ingresando Christian Oliva en el mediocampo y Mateo Antoni en el fondo. Cerro vino a esperar ordenado, pero no fue un equipo corto en cancha. Por el contrario los delanteros salían a presionar a los zagueros nuestros, lo que permitía encontrar espacios por el centro a espaldas de los volantes. Nacional tenía la pelota y la movía de lado a lado buscando esos espacios, pero la velocidad y la intensidad a la que lo hacía era realmente exasperante. Parecía un partido que estaba para terminar y liquidado. Me quiero detener en este aspecto, que a mí entender es crucial. Cuando un equipo tiene un plantel como el de Nacional, con solo jugar intenso y dejando todo en la cancha debería estar por encima del rival. Porque la calidad individual es netamente superior. Y creo que ahí es el gran debe del Tricolor. Los jugadores encaran los partidos con displicencia y a media máquina, y recién cuando el partido se complica o quedan pocos minutos sale con todo a ganarlo. Este aspecto es un tema mental, un tema de dicisión, nada tiene que ver con jugar bien o mal y eso es inaceptable en Nacional. Después un pase se puede errar, no pueden salir las cosas en lo colectivo, pero la entrega, la intensidad, meter, correr, no se negocia. Y últimamente los partidos se nos han compñlicado debido a que faltó todo eso en cancha. Pese a esto se veía que Nacional en cualquier momento podía concretar algún gol, y ahí vino la corrección del Var en un penal gigante que Tejera no vio, para irnos al descanso ganando 1 a 0. 

Con lo justo. El segundo tiempo comenzó como el primero. Nacional con la pelota pero con muy poca intensidad. Ante la más mínima presión del rival la pelota terminaba en Mejía. Pero no se veía por ningún lado el gol del villero. Por eso prácticamente lo hicimos nosotros. Una pelota que no tenía ningún peligro y que venía para ser despejada por dos jugadores nuestros terminó impulsada al área chica, y nadie fue a tapar el tiro que fue la única que Luis Mejía no pudo sacar. Y ahí vino lo que se reclama que debe estar desde el primer minuto, la rebeldía, la intensidad para disputar las pelotas, la velocidad para correr al ataque,y de a poco se fue llevando al equipo rival contra su arco. Hasta que vino otro penal gigante que nuevamente Tejera no vioi, y esta vez el Var también desestimó. Increíble. Por suerte en esa misma jugada vino el segundo gol para dar tranquilidad. Y este fue el problema. La tranquilidad se transformó nuevamente en falta de intensidad y de velocidad. Cerro con rebeldía y a base de pelotas quietas transformó a Mejía en la figura de Nacional sacando tres pelotas incréibles. 

Se ganó y punto. Lo dicho, se ganó con lo justo y nada más. La falta de intensidad y de actitud para encarar los partidos a morir es una gran preocupación. Y eso es una decisión. Porque jugar bien o mal depende de muchas cosas. De tus compañeros, del juego colectivo, de tener un buen día, de estar bien físicamente. Pero ser intenso, correr, meter y jugar cada pelota a morir es una decisión y una actitud innegociable que no puede faltar jamás. Y últimamente salvo a Carneiro, al resto les está faltando a todos. En cuanto al juego se buscó, se generaron algunos circuitos, pero falta mucho para ser un equipo competitivo. Capítulo aparte para los jueces que una vez más perjudicó al Decano. El panal fue cobrado por el Var cuando es una plancha gigante al lado del juez. Después hay un penal con una mano extendida y una pelota que iba al arco que no se cobró. Y para frutilla del postre en el final anula un gol por un roce mínimo. Para ganar hay que hacer tres o cuatro goles para que te cobren la mitad. Increíble. Lo bueno se ganó y se sigue prendido en la pelea. 

¡Arriba Nacional!

Diego Ávalo
decano





SEGUINOS

Crear una cuenta



Ingrese a su cuenta