Último cambio

¿Cómo se fue dando el conflicto de los jugadores locales?

Obdulio Varela, capitán histórico de la selección mundialista del Maracaná en 1950. Dos años antes había liderado la primera huelga de jugadores en la historia del fútbol uruguayo. Tras siete meses sin actividad, se logró flexibilizar los contratos de los jugadores -en esa época esclavos de los clubes- y fundar la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales (MUFP). Encargada de velar por la integridad del trabajador, se aseguraría de que todos los que dedicaban su vida a practicar el Deporte Rey, pudieran hacerlo en condiciones dignas.

La Mutual pasa por un período de crecimiento para luego, en los años 90, verse atada por contratos de imagen y televisación aún vigentes, que no sólo llevan la mayor parte de las ganancias del fútbol uruguayo a bolsillos extraños, sino que permiten que empresas determinen horarios, lugares y fechas de los partidos. Esto genera un endeudamiento en la mayoría de los clubes, que se traduce en bajos sueldos -que no se pagan todos los meses-, vestuarios sin agua caliente, problemas serios de infraestructura y clubes que ni siquiera concentran. Hoy en día, con la Comisión Directiva del sindicato de su lado, los empresarios manejan a los futbolistas a su antojo.

Es en este contexto en el que nace el colectivo #MasUnidosQueNunca, reuniendo a más de 600 futbolistas profesionales de primera y segunda división. El puntapié inicial de este largo partido lo dieron los propios jugadores de la selección celeste a mediados del 2016, cuando se declararon públicamente en contra de los gerentes ocultos que manejan el fútbol uruguayo, a la vez que exigían la libertad de explotar su imagen como quisieran, sin intermediarios.

Luego de este pequeño levantamiento de los jugadores de la selección uruguaya, la idea de organizarse y pelear por los derechos de imagen, dejó de estar en el aire para convertirse en una realidad. Los principales voceros del movimiento son Agustín Lucas (Albion), Santiago “Bigote” Lopez (Villa Teresa), Michael Etulain (Danubio) y Esteban Conde (Nacional). Los jugadores que integran el movimiento reclaman la renuncia de la Comisión Directiva, presidida por Enrique Saravia desde 2015, por considerar que no respeta la voluntad de la mayoría de los futbolistas y clubes agremiados; es por eso que ante el reiterado pedido (juntada de firmas aparte) el colectivo ha crecido exponencialmente en el último año con muestras de apoyo desde los jugadores de la selección y pancartas exigiendo mejoras laborales en varios partidos, incluyendo el clásico. El 9 de octubre realizaron una multitudinaria manifestación frente a la Mutual.

El 27 de agosto de 2017, la selección mayor decidió no brindar declaraciones a la prensa antes o después de los partidos, medida que adoptaron los jugadores del medio local a la espera de que hubiera algún llamado a una Asamblea General Extraordinaria en la Mutual. Nunca hubo ninguna instancia de resolución, más allá de que MUQN -como se abrevia a veces-, presentara un pedido formal de asamblea el 17 de octubre, junto a 500 firmas avalando el documento y la decisión que levantó más polémica: Parar toda la actividad futbolística.

El pasado Viernes 20, ante la inoperancia -deliberada- de la dirección de Saravia, los futbolistas se hicieron notar ante la AUF a través de un comunicado que rezaba -entre otras cosas-: “…los jugadores del medio local intimamos a la AUF para que cese de forma inmediata el uso de nuestro Derecho de Imagen […] y se abstenga de suscribir acuerdos con terceros que impliquen la explotación del mismo.”

Actualmente no parece haber una salida clara al conflicto entre las partes: la directiva de la Mutual no da el brazo a torcer, la AUF se muestra inoperante y los futbolistas parecen determinados a seguir de paro cada fin de semana. Un panorama complejo, que evidencia una vez más todo el camino que falta recorrer si el fútbol uruguayo quiere posicionarse a nivel internacional, un camino que incluye -sin duda alguna- la mejora en las condiciones de trabajo de los futbolistas y que todo el dinero que generan y mueven los clubes, sea efectivamente destinado a mejorar el espectáculo.