En un partido muy duro, Nacional fue perseverante y se llevó el partido esperando errores del rival.
Con gol de Camilo Cándido cuando se jugaban tres minutos de la segunda etapa, Nacional se llevó una victoria tan difícil como merecida ante Boston River, producto de un juego que, si bien no fue vistoso, fue inteligente, con paciencia para leer los momentos del partido y obtener así un triunfo clave para lo que viene.
El partido se planteó muy claro por las ideas de ambos equipos en la primera parte. Boston River es un equipo al que le gusta tener la pelota, la posesión de la misma, y el intento de salida clara cuando encuentra la oportunidad. Ahora bien, de estas características, solo pudo cumplir las dos primeras, porque el mayor porcentaje de esa posesión, fue con pases del triángulo final, y en algún caso de sus laterales. Nacional propuso un trabajo de presión muy alta en los primeros minutos, casi sobre el área grande rival, y algunos metros más atrás luego, marcada cuando ambos equipos quedaron con diez hombres. Ese trabajo, más la buena marca en los duelos individuales, le permitió no solo no sufrir chances en contra, sino disponer de las más claras, sobre todo cuando las jugadas arrancaron en robos cerca del arco visitante.
Producto de un buen trabajo del Tricolor en ese sentido, sin tener un dominio abrumador, pero con el equipo prácticamente sobre la mitad de la cancha, el Bolso dispuso de ocasiones para abrir el marcador. Principalmente dos de Alfonso Trezza, al inicio, y en el final de esa primera etapa, y también por dos llegadas del ‘Pumita’ Rodríguez, con un remate en diagonal, y otro de cabeza. Nada cambió a este posicionamiento de ambos que desde los veinte jugaran con diez, por las expulsiones bien decretadas de Franco Fagúndez y Marco Mancebo, en una reyerta con empujones varios de ambos lados. Si queda en la polémica, para nosotros un penal sobre Leandro Lozano, cuando se jugaban los descuentos que el juez Antonio García no cobró, ni fue asistido por el VAR.
En el arranque del segundo tiempo, apareció la jugada de gol que valió el triunfo. Luis Suarez, ese que mantiene el olfato goleador a lo largo de los 90’, que sabe aprovecharse de cada pequeña gota de sangre que huele, encontró un error en la salida de Guzmán Rodríguez, le robó la pelota, quedó de cara al gol, y con un movimiento de cintura acostó al golero rival. Su remate, lamentablemente, dio en el palo, pero el rebote lo favoreció a Camilo Cándido, que, entrando por izquierda, anotó su segundo tanto consecutivo en el Parque Central.
La ventaja le permitió a Nacional tomarse con más calma los tiempos del partido, incluso modificó su posición en campo, y si bien no fue de los partidos más vistosos, pocas veces tuvo problemas en zona defensiva. Por virtudes del rival, por alguna impericia en los pases, y por lo poco que se usaron las bandas, las que no pudieron aparecer, fueron más chances claras, ya con un rival que estaba más expuesto por salir a buscar el empate.
Otra complicación que nos obligó a cerrar filas, fue que el tándem de Diego Rodríguez y Felipe Carballo estaba con amarilla, y esto hizo que la presión sobre la pelota en bloque adelantado, ya no fuera frecuente. Pero el Tricolor se paró bien, otorgó pocos espacios, tuvo un soberbio rendimiento de Mathías Laborda en el fondo para aguantar algunos enviones del rival, y con el paso de los minutos justificó una victoria, que se basó en un gran esfuerzo del equipo para otorgar y entregar otras cosas, cuando el partido no es el mejor con el balón.
En el futuro cercano está River Plate, el equipo que hoy pelea con nosotros el Torneo Clausura. No tendremos a Fagúndez lógicamente, pero el equipo ha mostrado que es más amplio, por plantel, y que hay opciones y rendimientos para afrontar un partido que, en este momento, tiene tintes de final.
¡¡¡Vamos Nacional!!!
Agustín Bermúdez
decano
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