Otro Mayo para la historia

Nuevamente miles de tricolores desafiaron al frío y a otras ofertas sabatinas para juntarse a proclamar la alegría de ser tricolor.

Apenas pasado el mediodía ya había ambiente de familia en el Gran Parque Central. Los tempraneros se fueron arrimando al escenario donde Natalia Bolani deleitó con un repertorio de tangos y milongas.

Mientras sonaba el rock de La Parca Chirla, a escasos metros se desarrollaba el campeonato de fútbol tenis, cuyos vencedores habrían de disputar la final contra la dupla compuesta por «Chengue» Morales y «Principito» Sosa.

Foto: Pasión Tricolor

El rock dio paso a las lonjas de la Comparsa Kalumyembe, que recorrió las instalaciones del templo tricolor a lonja y madera mientras sumaba a su paso improvisados bailarines. De la lonja al bombo, de rock y tribuna, porque la banda Secuáz alternó rock´n roll con cantos de la hinchada que fueron coreados por los -a esta altura- miles de concurrentes.

Foto: Pasión Tricolor

Una tarde espléndida era el marco perfecto para la fiesta del hincha. Los más chicos tenían varios juegos inflables de gran tamaño que ocupaban buena parte del espacio detrás de la tribuna Atilio García. Debajo de la misma se encontraba la Plaza de Comidas, muy bien surtida, con panchos, hamburguesas, torta fritas, empanadas, chorizos, pizzetas y refrescos.

Una de las atracciones más visitadas fue el «fotobox», donde se brindó la posibilidad de fotografiarse junto a la Copa Libertadores de América. Una interminable cola fue la constante para llevarse este hermoso recuerdo.

Mientras, a la conducción que venía llevando adelante Javier Moreira se le sumó la compañía de Maxi De La Cruz. El reconocido humorista volvió a brillar en el Mayo Tricolor -como la había hecho sobre las tablas en anteriores ocasiones-, respondiendo al llamado de sus colores.

Muestra de fotos en el stand del Colectivo 7411

Luego de la actuación de «Amaría», Maxi y Moreira recibieron en el escenario a los perdedores de la final de fútbol tenis…Chengue y Sosita, que fueron aclamados por el público bolsilludo. Sosita se vio obligado a permanecer sobre las tablas mientras recibía un homenaje por parte de la organización. Se proyectaron varios goles de su extensa trayectoria mientras Ruben desgranaba anécdotas con su habitual locuacidad.

Otro de lo homenajeados de la jornada -que desconocía el reconocimiento que se la haría- fue el querido «Cardocito», funcionario y motor del Parque Central. Cardozo recibió su plaqueta visiblemente emocionado de manos de la organización, que también tenían una para entregarle a Miguel Rodríguez, intendente del Gran Parque Central, que al momento del reconocimiento no se encontraba en el predio.

La conducción siguió a cargo de Javier Moreira, pero ahora se le sumó Facundo Ponce De León, ambos animadores presentaron al plantel de básquetbol que habrá de disputar el Metropolitano 2014, buscando ascender nuevamente a la Liga. Luis «Gallo» López dirigió unas palabras a la hinchada y fue objeto de una cerrada ovación como reconocimiento a su lucha constante por el club.

Una vez más, como lo han venido haciendo desde la primera edición del Mayo, la murga Los Del Parque dijo presente con su repertorio bolsilludo, en el que no podía faltar el «cuplé del mentiroso», dedicado al equipo del año 13.

No le fue fácil a la gente de Cordero ReVelde contener la impaciencia de la gente, ávida por escuchar al Gucci y Martín Quiroga, pero la banda de los hermanos Rodríguez capeó la ansiedad del público y se los metió en el bolsillo con su versión rock del tango «Nacional», esa producción dedecano.com que ya es un himno tricolor.

Foto: Pasión Tricolor

Antes del cierre a cargo del Gucci, Quiroga y Chico Martin, tuvo lugar el último y más que merecido homenaje del día. A un multicampeón y goleador con la camiseta tricolor. Campeón uruguayo en 1980, campeón de la Libertadores y la Intercontinental del mismo año, goleador del Campeonato Uruguayo 1979, de la Copa Libertadores y la Intercontinental de 1980 y figura de esa final ante el Nottingham Forest: Waldemar Victorino recibió el cariño de toda la familia tricolor.

Después sí, no aguantaba más, quería al «asesino del sabor» y se largó la plena.