Cuando los jugadores de la selección de Jordania pensaron en no viajar para la revancha en Montevideo, me trajeron un recuerdo de mi niñez.
Finalmente y en apariencia todo quedó en un amague. Según informaron los medios unos siete jugadores de esta débil selección habrían solicitado no viajar a Uruguay para la revancha de la “Repesca” para el mundial de Brasil 2014. Tal vez apabullados por la derrota 0-5 como locales no parecen tener el temple que este deporte requiere ante situaciones especialmente difíciles. El hecho no se confirmó pero los uruguayos no podríamos haber hecho mucha bandera con el asunto. ¿Por qué?
Recuerdo que se estaban disputando las eliminatorias para Argentina 1978. La celeste había sido eliminada y la desazón había ganado al espíritu de todos los futboleros del pueblo uruguayo. El Mundial de fútbol añorado y a la vuelta de la esquina no nos tendría en sus canchas, las ilusiones se había evaporado, la Celeste no estaría en el Mundial de Argentina.
En esas circunstancias la selección Celeste debió jugar un encuentro sin nada para perder ni para ganar pues ya estaba eliminado. Pero en los momentos duros se ven los verdaderos héroes. Algunos como Rodolfo Rodríguez estuvieron a la altura de las circunstancias. A pesar del dolor de la eliminación dijeron y estuvieron presentes en ese último encuentro. El gran capitán Celeste no eludió la responsabilidad, no se fue para su casa. Pero hubo uno que estaba moralmente destrozado, con los brazos caídos y el espíritu quebrado. Fue entonces que pidió no participar de ese encuentro y su pedido fue aceptado. Con el tiempo ese renunciante se convertiría en el segundo goleador histórico del fútbol uruguayo detrás del gran Atilio García. Si, la figura emblemática de nuestro tradicional rival al igual que los jordanos pidió para no estar. Y no estuvo porque así lo solicitó el ex jugador.
Alejandro Luzardo
decano.com
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