Recibimos y publicamos, el malestar del hincha de Nacional ante reiterados «errores» arbitrales

No esperen acá leer palabras bonitas o conceptos fascinantes. Soy un hincha, poniendo en letras lo que le pasa. Porque ayer sentí furia. Sentí como te hierve la sangre y lo que eso genera en uno y en los demás.

¿Qué es lo que te está pasando? Y mirá, es un poco fácil y otro tanto complicado. Acá resulta que una “gremial” (las comillas son pertinentes, porque ante algunos hechos actúan como unidad y son muy corporativos, pero ante otros, son traidores, malos compañeros, falsos, arteros y discriminadores), por agresiones recibidas te para el fútbol, con cierto derecho. Pero ¿qué pasa cuando ellos son los generadores de violencia?

Hace unos 300 años que no le cobran un penal a Nacional en clásicos, es un hecho. No por falta de jugadas que lo ameriten, sino porque; “el jugador busca el choque”, “no hubo “contacto”, “no hay intención de golpear”, “no le pegó un jugador sino un asteroide”, “la mano no estaba extendida, sino que por un instante el jugador quería ser golero”.

Hace unos 300 años que el reclamo es el mismo y el tema de conversación es el mismo. Ahora bien. ¿Yo cómo le explico a los demás lo que termina pasando? Y…podría ir de lo más sencillo a lo más difícil. Pero prefiero resumirlo de la siguiente manera. Vos trabajás toda la semana, te privás de absolutamente todo para juntar unos mangos y comprarte esa moto que te lleve más rápido y cómo al laburo. Te la afanan. No está bueno, ¿verdad?

Así se siente el jugador que entrenó toda la semana, superó una lesión complicada y entre algodones llega al partido de su vida. Efectivamente juega el partido de su vida. Y casi consigue el resultado esperado, añorado, merecido. La distancia entre el resultado y el hecho está dado por un “error”. El juez, el que debe impartir justicia, el que debe ser neutro, otra vez se come un penal clásico.

Entonces te pasan todos los demás por adelante. Los 300 años sin penales, los 4 del verano, las rojas, los feres, los cuñas, los sacarelo. El jugador, que puede recibir un premio o no por el resultado clásico, que puede tener una renovación o no por ser jugador clásico, que puede ser campeón o no y se lo birlan.

Luego hablale al Dt que puede perder su laburo y su reputación porque alguien le “erró” y también hablale al dirigente que pasa de ser un estadista al “dejen de robar la plata”.  Y hablemos de que esto del VAR además de ser carísimo, le da doble laburo a los jueces y con eso el ingreso extra.

Y en fin lleguemos al hincha, al que paga la fiesta. El que contó las monedas para comprar un entrada y al final del partido se siente robado.

¿Quién es el violento? Conteste usted señor Ignacio Alonso. Contesten ustedes corporativistas de AUDAF. Porque nosotros ya no entendemos. De acá en más, son los responsables de lo que pasa. Nacional y su gente hizo todos los intentos de todas las maneras aceptadas. La pelota está en su cancha. Acá nadie quiere ni pide ser beneficiado, simplemente que entiendan que es horrible sentirse robado. De que es espantoso perder el laburo, o la reputación porque ustedes sencillamente “no lo vieron”. Se les paga para eso, y cada vez más.

Quien en cumplimiento de sus funciones comete errores tan grandes puede ser pasible de mala praxis, sumarios, despidos, etc. Que acá corra igual. Porque hasta acá llegamos. Son responsables de lo que pase de ahora en más. Y ni se me ocurre poner “no voy a dudar de la honorabilidad”. No acá hay un tema recurrente y permanente. Y sí. Yo me siento robado.

Soy Chelo. Socio de Nacional.

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