Recibimos y publicamos sobre la situación de Nicolás Lodeiro y la posibilidad de su llegada a Nacional

Llevo, como todos, varios días expectante con la resolución de la llegada de Nicolás Lodeiro a Nacional. Repaso mentalmente algunos de sus goles, especialmente el de aquel clásico en el que terminó usando su calzado deportivo de “zapatófono”. Pienso entonces que sería hermoso su retorno, ya maduro como futbolista, pero no en las últimas. Sería una linda oportunidad para los que lo defendimos, por ejemplo, de la crítica despiadada de los manyas (hinchas y periodistas hinchas) en sus tiempos de selección. Para Nico sería volver al club, no solo del que es hincha, sino del que lo formó desde muy joven. 

Entonces pienso que eso sería ganar. Ganar para él y para nuestro club anhelo. ¿Y si no se diera? ¿Habría forma de ganar, ambas partes, si no se diera y postergara al menos por una temporada más su retorno?

En ese caso, Lodeiro ganaría más dinero, y cómo en esos asuntos prefiero no opinar por terceros, no voy a ingresar. Pero, ¿y Nacional? ¿Hay forma de que en esta hipótesis, nuestro club salga favorecido? Solo se me ocurre una cosa para que ello ocurra.

Si Nacional le cerrara las puertas para más adelante, sería también una forma de poner un límite. Le estaríamos diciendo a nuestros exfutbolistas desparramados por el mundo -y los que son hinchas pero aún no vistieron la camiseta más gloriosa- que hay un límite, que a esta casa no se viene con la prejubilación aprobada por BPS.

Vuelvo entonces al principio: con esta situación de Nico Lodeiro es posible ganar o ganar. O porque estaríamos disfrutando a un profesional maduro pero sano, o porque pondríamos un límite a las condiciones de regreso de otros más adelante.

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