Como los de antes

El juego del marcador central, el viejo «centrojás», se asocia -en nuestro país- con la raspada y el aliento en la nuca. Algo está cambiando en el Parque.

El eje medio de un equipo debe ser el el encargado del balance. Marca, posicionamiento táctico, anticipo y distribución prolija deberían resumir al «5» en un campo ideal.

Desde la segunda mitad del siglo pasado, Uruguay, urgido por reemplazar a los históricos caudillos, comenzó a gestar la figura del «temible centrojás». Alguien que infundiera más temor que respeto en los contrarios. Por algún motivo ahí nos quedamos. El mundo siguió avanzando y nosotros conservamos el cuchillo entre los dientes como distintivo de los mediocampistas.

Fue así que durante años, los medios uruguayos entraban a la cancha con amarilla. En el comienzo del nuevo milenio, afortunadamente, esta tendencia aparenta comenzar a revertirse. No en todos los equipos ni con la celeridad que quisiéramos por el bien del fútbol, pero estamos en el camino.

Diego Arismendi fue en el comienzo del Apertura, el único responsable de la marca en el mediocampo tricolor. Luego se le sumó Maximiliano Calzada. En lo que va del torneo, el «Mama» no ha recibido ninguna amonestación por juego brusco. Ni siquiera por faltas comunes. Es más, hacía 15 partidos que Arismendi no era observado hasta que llegó la amarilla ante Wanderers. Fue a los 11 minutos del complemento, por protestar. Luego no ha vuelto a ser sancionado.

Con toda esta información nos comunicamos con el «Mama». En primer lugar para felicitarlo, no solo por lo limpio sino por el buen nivel actual de su juego. Arismendi no se mostró sorprendido. Al contrario, nos señaló que «siempre intenté ser un volante de marca con buena fe. Voy fuerte a las pelotas pero nunca con la intención de lastimar a nadie» para concluir que «he tenido expulsiones, pero todas fueron en momentos puntuales y en situaciones de partidos calientes».

Diego Arismendi regresó del fútbol europeo con la intención de retomar su mejor juego. A juzgar por su desempeño y su comportamiento lo está logrando rápidamente.

Ernesto Flores

decano.com