Comer sin sal

En pocos días se jugará un nuevo clásico y no sabemos lo que ocurrirá con la tribuna “de la familia”, la Olímpica.

El próximo domingo 27 de noviembre se jugará un nuevo clásico del fútbol uruguayo cuando a las 17 y 15 hs Nacional y Peñarol comiencen a disputar tres puntos de trascendencia para el Campeonato Uruguayo; esto será en el cierre de la 13ª fecha del certamen.

Para la ocasión ya fueron fijados y comunicados los precios para las distintas tribunas así como también la operativa de venta. Entre los precios fijados están –como parece lógico- los correspondientes a la tribuna Olímpica del estadio Centenario, pero paradójicamente no está definido si la misma podrá habilitarse por razones de seguridad.

Los hechos

Como todos sabemos, este Campeonato Uruguayo es especial porque, para ajustarlo al año civil (a partir del próximo), este se disputa a una sola rueda por lo que, antes del inicio de la competencia, Nacional y Peñarol acordaron compartir la localía. Esto significa, acordar precios en común, otorgar beneficios a socios de ambos clubes y también compartir la tribuna más grande del Centenario, la Olímpica.

Para que esto pueda ocurrir en los tiempos actuales –muy lejos quedaron los clásicos de tribunas compartidas- es necesario un pulmón al medio de tribuna que separe las hinchadas así como también presencia de autoridad para evitar el contacto entre unos y otros a través del vallado divisor.

Pocos días atrás, el Director Nacional de Policía, Mario Layera, volvió a reiterar que la presencia policial dentro de los estadios está descartada. El Director sostuvo que para el clásico habrá doble vallado fuera del Centenario y que los oficiales realizarán un cacheo estricto a los concurrentes, así como también tomará otras medidas.

Ante esto, José Luis rodríguez y Juan Pedro Damiani en su condición de presidentes de Nacional y Peñarol respectivamente, manifestaron que sin presencia policial que garantice la seguridad en la tribuna Olímpica, están dispuestos a su no habilitación. Esto podría significar que, por primera vez en la historia clásica, el máximo partido del fútbol uruguayo se juegue con la mayor tribuna del Centenario desierta de hinchas. Sería como comer sin sal.