No estoy ahí, pero estoy. No tengo la entrada, no voy a ir caminando con mis amigos rumbo al Parque Central, me encuentro a 11.000 kilómetros de distancia, pero voy a estar.
Gritaré con tanta fuerza que no quedará vecino sin insultarme, gritaré con tanta pasión que mi voz llegará a la Abdón. No estoy ahí, pero estoy. Seguro que voy a estar con mi viejo saltando sin parar, como lo hicimos en la fría noche de 1980, cuando el humo de las bombas no nos dejó ver lo que hacían nuestros hermanos tricolores de la Colombes. Y el gol de Victorino nos hizo abrazar tan fuerte que nos convertimos en una persona sola.
Voy a estar con mi querida barra con la que dejamos nuestra voz en aquel zapatazo formidable de Eduardo De La Peña para empatarle a Olimpia. Y voy a estar con mi vieja, mi hermano y mi esposa como la noche que un tornado tricolor le pasó por arriba a Newell’s.
Voy a estar, como lo hice con mis hijos en la semifinal frente a Estudiantes de la Plata en 2009 para ser testigos del recibimiento más espectacular que una hinchada le haya regalado a sus jugadores. No estoy ahí, pero estoy. Sí, estoy, con cada uno de ustedes que tienen la dicha de ser hoy parte de otro gran paso de este Nacional esplendoroso, valiente, capaz de romper con los mitos uruguayos de que no se puede jugar al ataque siendo visitante. Gracias, Gustavo!!!
No estoy ahí, pero mi corazón si va a estar. Palpitando y emocionándose con cada pique del Pacha, con cada cierre del hombre de acero oriental (Polenta), con cada quite señorial del Mauri, con cada empuje del volante que parece una camioneta 4×4 (el Colo) y con cada pase profundo de ese luchador griego que es Porras. Voy a estar, para aplaudir de pie los movimientos de zorro de Papelito y embriagarme de fútbol con el talento del delantero que mejor define hoy en el fútbol sudamericano (el Diente).
Voy a estar con mi corazón y mi alma, para ayudarlos a todos a que no dejen de cantar ni un segundo. Los envidio, que maravilloso es ser de Nacional y tener la suerte de jugar con nuestros jugadores. Canten como nunca, que estar ahí, es de las cosas más hermosas de la vida.
Bolso desde la cuna
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