¿Juntos son cábala?

Son amigos desde que se conocieron en la Séptima División de Danubio y, siempre que jugaron juntos, salieron campeones.

Sebastián Rodríguez -flamante incorporación tricolor- conoce al capitán, Diego Polenta, desde que eran niños. Ambos comenzaron sus trayectorias como futbolistas en las divisiones menores de Danubio y un allegado a Sebastián nos confió que salieron campeones en todas las categorías juveniles en las que compartieron plantel.

A fines de 2010 y con 18 años, Sebastián debutó en el primer equipo del conjunto franjeado y al año siguiente emigró al fútbol europeo –más precisamente al Almería-. Tras jugar en el fútbol español y un fugaz paso por el fútbol suizo, decidió regresar al país. Al volver, entrenó con la Mutual y analizó la posibilidad de abandonar la práctica profesional del fútbol.

Sin embargo, se encontró casualmente con Pablo Bentancur en un shopping y este le dijo que le daría una nueva oportunidad (había sido su representante al inicio de su carrera).

De esa forma llegó a Liverpool pero allí encontraría un nuevo obstáculo: el técnico Luis Verzeri le comunicó que no lo tendría en cuenta. El mediocampista no bajó los brazos a pesar de que no era convocado ni para los partidos amistosos, hasta que un día se lesionó Paulo Pezzolano, jugó él en su lugar y no salió más.

Tras destacarse en el negriazul cumplió su sueño: llegar al club de sus amores. Llegó al primer entrenamiento acompañado de su amigo Diego Polenta y fue recibido por el directivo que insistió por su contratación, Antonio Palma.

decano.com