Por Alejandro Luzardo
27 Dic 2019
entrevista
Santi
Rodríguez

Conversamos con Santi Rodríguez, uno de los jugadores más queridos por los hinchas, pocos días después de la obtención del Campeonato.

Sábado en el Complejo Uruguay Celeste. No había pasado una semana desde que Nacional lograra obtener su 47º. título de Campeón Uruguayo. Nuestro entrevistado había tenido unos pocos días de descanso que repartió entre San José y Colonia. Ese mismo día -tanto él como Mathías Laborda- se incorporaban a la selección Sub 23 de Uruguay que en enero disputará el Torneo Preolímpico en Colombia.

Con Santi Rodríguez conversamos de sus primeros recuerdos con una pelota, su formación, sus vivencias de un año intenso y difícil con final feliz que lo vio debutar en Primera y también sobre sus sueños y anhelos.
 

¿Cuál es tu primer recuerdo con la pelota?

Me acuerdo que tenía tres o cuatro años y mi mamá, junto a mi papá y mi abuela, me regalaron la primer pelota. Hay una foto en casa que estoy sonriendo y con esa pelota.
 

¿Jugaste en algún equipo de baby fútbol?

Mi papá fue el que me llevó a Coami, el club de mi barrio. Jugué ahí los primeros tres años, luego en 2007 fui a San Francisco, después volví de nuevo a Coami, regresé a San Francisco, y en 2011, 2012 y 2013 terminé en Rincón de Carrasco.
 

De esos equipos, ¿hay algún ex compañero que siga jugando al fútbol?

De mi generación hay uno que jugó en San Francisco que está en Racing, en Cuarta División. Estoy en contacto con él cada tanto.
 

¿Cómo llegaste a Nacional?

Jugué el campeonato de selecciones en 2008, teníamos un equipo muy bueno y ganamos el torneo de punta a punta. Cuando jugué contra Liga Parque, que estaba el Pato López, él habló con el padre de un compañero y me invitó para venir a Nacional.

¿Qué entrenador te marcó en tu etapa de juvenil?

Gustavo Dalto, que ahora está en Danubio. Como persona más que nada.
 

¿Cómo te definís como jugador?

Un poco de delantero y un poco de mediocampista. Soy más atacante que defensivo. Me considero un jugador ágil, veloz y regateador.
 

De niño, ¿cuál era el jugador que mirabas?

Admiraba mucho a Juan Román Riquelme, y también a Cristiano Ronaldo por su sacrificio y trabajo. Mi padre lo admiraba un montón. Es muy profesional. Aunque con el que más me quedo es con Riquelme. Siempre miro videos de él.
 

¿Y a quién considerás ídolo de Nacional?

El “Chino” Recoba para mí es el mayor ídolo. Me acuerdo del gol de la remontada histórica en el clásico. Y también vi muchos videos de Ruben Sosa. Mi padre y mi tío destacan siempre a Fabián O’Neill.
 

¿Quién te dio la noticia de que empezabas a entrenar en la Primera de Nacional?

Estábamos en Cuarta División y nos dijeron que muchos íbamos a ser ascendidos a realizar la pretemporada con Eduardo Domínguez. Creo que fue el 31 de diciembre del año pasado que nos avisaron que teníamos que presentarnos el 2 de enero en Los Céspedes. Nos pusimos muy contentos.

¿A quién se lo contaste primero?

Al primero que le dije fue a mi papá y después a mi abuela. Luego se enteraron todos.
 

¿Qué fue lo primero que te dijo Domínguez en aquel momento?

Él me pidió para hablar y lo valoro muchísimo. Jugábamos un martes contra River argentino y el jueves anterior él me había dicho que iba a ir de titular. La verdad que no me lo esperaba y quedé impactado. Me puse muy ansioso, contento, era una mezcla de emociones. Los entrenamientos con Domínguez eran muy buenos.
 

¿Qué te pedía Domínguez en la cancha?

En el clásico de la Supercopa me pidió más que nada que cuando ellos tuvieran el control de la pelota, hiciera el esfuerzo de llegar con los dos volantes centrales para no dejar jugar a Guzmán (Pereira) y (Walter) Gargano. Ellos hacían jugar al equipo. A la hora de atacar me dijo que hiciera lo que hacía en los entrenamientos. Me sentí muy cómodo porque me enseñó muchísimo. Por ejemplo el no correr por correr y gastar energías sin necesidad. Me enseñó a ubicarme bien en la cancha.
 

¿Cómo viviste los clásicos?

En los clásicos por lo general el entorno lo ves y lo escuchás. La gente estaba un poco alterada por ganar. Con los rivales no había mucho diálogo. Estaba enfocado en hacer mi trabajo. Con respecto a mis compañeros, Palito (Álvaro Pereira) siempre estaba al lado mio, (Gonzalo) Bergessio ni que hablar. Él dice mucho con las acciones.
 

¿Quién fue el que te pregunto hace cuánto jugabas en Primera?

Fue (Gustavo) Lorenzetti en el vestuario. Cuando él llegó no me conocía y me preguntó eso. Quedó sorprendido y eso me deja muy contento.
 

¿Qué sentiste cuando te lesionaste?

Después que me lesioné, y más que nada cuando volví, me costó volver a mi estado físico. Sentía que no tenía ganas de correr por el ahogo. Estuve dos meses sin entrenar, quieto. Antes de la lesión yo era de los que más corría en la cancha. Me costó muchísimo. (Rodrigo) Amaral y el profe (Nicolás) Maidana fueron muy importantes en el proceso de recuperación porque nos motivábamos para salir adelante.
 

¿Qué cambió cuando llegó Álvaro Gutiérrez?

Cambió muchísimo. Lo primero que pensé es que empezaba todo de cero porque con Eduardo venía jugando. Otra vez me tenía que generar el lugar y pelearla desde abajo. Tuve la suerte de que Álvaro me siguió poniendo de titular hasta que me lesioné. El primer día cuando llegó dijo algo que me marcó: “que cada uno va a tener que aportar, de donde le tocara, porque así íbamos a salir adelante”. El equipo agarró fuerza y se armó de atrás para adelante. Priorizó tener el arco en cero y empezaron a venir los resultados positivos.
 

¿Cuál fue el momento más difícil del grupo?

Si bien ganábamos, a veces no jugábamos bien. Jugar mal e igual ganar juega mucho en las cabezas de los rivales. En esos momentos hubo muchas críticas. El momento más complicado del año fue al principio. Los resultados no se lograban, por más que en la Copa Libertadores eran positivos. En Nacional tenés la exigencia de ganar siempre.

¿Qué cosas querés mejorar como futbolista?

Hay muchísimas cosas por mejorar. A veces se trata de imitar a los compañeros que son muy buenos para ciertas cosas. Por ejemplo con Amaral, que le pega muy bien a la pelota, a mi siempre me gustó verlo. Terminaba el entrenamiento y con el grupo nos quedábamos pateando al arco y haciendo algún trabajo extra con pelota para mejorar. Y también tengo que mejorar desde lo físico, la musculatura, y llegar al peso adecuado.
 

¿Cuáles son los objetivos deportivos personales para el año que viene?

Primero ver si sigo en Nacional. Buscar los mismos objetivos que traté de buscar este año, que son lograr títulos y la gloria, que es más importante que lo económico. Aunque tengo una familia muy grande y quiero sacarla adelante. Cuando miré la película de Nacional, la parte que más me emocionó fue cuando se recordó a los campeones del ´88. La gloria es ganar títulos, ganar la Libertadores acá, la Champions en Europa o un Mundial. Lo económico viene atrás.
 

¿Dónde te ves dentro de cinco años?

Espero estar en algún equipo de élite. También me encantaría estar en la Selección Uruguaya. Siempre está la esperanza.
 

¿Cómo te gustaría ser recordado cuando termines tu carrera?

Arranqué en Nacional y me gustaría terminar en Nacional. Obviamente ser recordado porque fui una buena persona y por tener buenos gestos. Y claramente por haber logrado muchos títulos.
 

¿Hay alguno en Formativas que diga que quiere jugar toda la vida en Nacional?

Lo que pasa es que el fútbol uruguayo está muy lejos de todo lo demás, aunque sí saca buenos jugadores. En el mundo hay muchos reconocidos. A los uruguayos nos conocen por los jugadores de fútbol. Es difícil pensar en estar toda la carrera en Nacional.
 

¿Cuál es el fútbol que más te gusta de Europa?

Si es por gusto, el inglés. Pero por mi físico sería muy complicado. Por mis características como jugador creo que el mejor fútbol es el español, que es más de posesión.
 

Hay fotos tuyas en Formativas festejando como Riquelme. ¿Era por él?

Sí. A mi padre le gustaba Riquelme y me pedía que festejara así.
 

¿Qué te dejó el clásico en Las Piedras que ganaron 5 a 0?

Ahí estaba con bronca acumulada porque habíamos jugado con Cerro el fin de semana anterior y llegué 5 minutos tarde porque tuve un inconveniente con la camioneta de mi abuelo, y el entrenador decidió dejarme afuera. A mi padre le dije que la iba a romper en el clásico por toda la bronca que sentí en esa semana. Además de hacer el primer gol, di tres asistencias. El año no fue bueno, pero ese clásico nos salvó.
 

¿Sos hijo del rigor?

Si a vos te hacen algo que no te gusta te va a molestar. Nunca falté a entrenar y tampoco a un partido. Estaba muy enojado y a veces cuando te dan una penitencia uno se preocupa más y rinde mejor.

La decisión de ir a la tribuna en el clásico de la final del Clausura, ¿cómo se tomó?

Con Progreso no había jugado y en la semana estábamos preparando todo para el clásico. Yo veía que no iba a estar y ahí dijimos con Agus Sant’Anna para ir a la tribuna si no estábamos convocados. Después le dijimos a Rodri Amaral y se prendió y Hugo (Magallanes) escuchó de rebote y quiso ir. Nos trataron muy bien.

Alejandro Luzardo
Fotos: Juan Pablo Flores




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