Los goles consecutivos

En la primera jornada del Campeonato Especial, Nacional fue derrotado con dos goles consecutivos; en la segunda, obtuvo un triunfo de la misma manera.

Una de las “verdades” que existen alrededor del fútbol dice que un equipo está más vulnerable cuando anota un gol. El libro Los Números del Juego, de Chris Anderson y David Sally, dedica unas páginas al intento de desenmascararla. Teniendo discrepancias de método, decidí realizar mi propio estudio aplicándolo a Nacional.

Al chequear si un equipo es más vulnerable cuando anota un gol, traté de verificar también otra posibilidad: que el equipo sienta el golpe y reciba otro gol. La idea era responder la siguiente pregunta: cuando un equipo anota un gol, ¿está más propenso a sufrir uno o tiene una chance inmejorable de anotar otro? Seguramente el lector conoce casos prácticos de las dos situaciones. La segunda de ellas – anotar un nuevo gol en seguida – acaba de suceder dos veces a Nacional. Danubio nos venció anotando goles en los minutos 53 y 57; y el último domingo, contra Plaza, los goles en los minutos 59 y 60 fueron fundamentales para triunfar.

Para estudiar el tema y responder la pregunta fueron verificados más de 7.400 goles anotados en el fútbol uruguayo entre las temporadas 2005/06 y 2015/16. Para cada gol, se apuntó qué ocurrió primero: un gol a favor, un gol en contra o nada. En caso de dos o más goles en secuencia, se observó únicamente la primera ocurrencia – porque ella era el punto de inicio para una nueva observación.

Al poner los datos minuto a minuto en un gráfico, fue posible verificar que en los seis minutos siguientes a un gol, las ocurrencias de goles (tanto a favor como contra quien anotó primero) eran más frecuentes, en términos relativos, que en los demás minutos del partido. A este periodo lo llamé 6M.

Con base en un partido de 90 minutos y tomando la cantidad de goles anotados durante las temporadas ya mencionadas, la probabilidad de que un gol ocurra exactamente durante los minutos del 6M es de 12,43%. El estadístico Sebastián Acosta, con quien compartí los datos, tiene una discrepancia de criterio y prefiere tomar como base partidos de 94 minutos (46 en el primer tiempo y 48 en el segundo); con esta ampliación de minutos y el mismo número de goles, la probabilidad cae a 11,94%.

Lo cierto es que un 14,58% de los goles en el fútbol uruguayo ocurrieron durante el 6M. Este dato, combinado con los promedios marcados en el párrafo anterior, muestra de forma inequívoca que en el fútbol uruguayo el periodo 6M registra proporcionalmente más goles que los demás minutos del partido. Y la probabilidad de un equipo sufrir un gol (la “verdad” cuestionada) en el 6M es poco más de 1 punto porcentual a la de anotar un gol. Casi un empate técnico.

Nacional

Nacional es un cuadro grande y dentro del periodo de análisis obtuvo 5 de los 11 títulos uruguayos en juego. En el periodo de análisis, fueron anotados 982 goles en los 332 partidos de nuestro club; un 14,56% (146 goles) ocurrieron durante el 6M, promedio compatible con el fútbol uruguayo.

Estos números pueden ser desmembrados según la incidencia – y es bueno hacerlo, porque estamos tratando de un equipo específico y hay que diferenciar situaciones distintas de juego. El 6M puede iniciarse con un gol de Nacional o del rival. En la derrota contra Danubio, el equipo franjeado anotó su segundo gol durante un 6M iniciado con el primer gol de ellos; en el triunfo sobre Plaza, el tercer gol tricolor vino en un 6M iniciado en el minuto anterior con el gol de Sebastián Fernández.

Verificando los casos distintos y las incidencias luego de un gol anotado o de un gol recibido, ¿hay diferencias en la vulnerabilidad tricolor? La respuesta es sí.

Los goles recibidos por Nacional en las 11 temporadas fueron 367. En 41 ocasiones, los albos “vengaron” este gol en los seis minutos siguientes – es decir, 11,17% de las veces. Pero en tan solamente 19 ocasiones el rival anotó otro gol – apenas 5,17% de las veces. Precisamente fue el caso de Danubio. En este caso, la diferencia de números se explica porque los goles de Nacional en este universo son un número bastante más grande. Nacional anota 1 gol a cada 49 minutos y recibe 1 gol a cada 81 minutos. Con este promedio, son pocas las veces en las que el cuadro recibirá más de un gol, y aún menos las veces en las que estos dos goles sucederán con seis minutos o menos de diferencia. Entonces, no es que Nacional sea más “reactivo” que sus rivales al sufrir un gol.

Tomemos ahora el caso similar al sucedido contra Plaza, que es cuando Nacional anota un gol. De un total de 615 goles, en 43 oportunidades el equipo tricolor anotó otro gol en el 6M; de igual modo, sufrió 40 goles en el mismo periodo de tiempo. Si bien el número puede sugerir que en este caso la posibilidad de anotar o recibir un gol es bastante parecida (y ligeramente favorable) y que, en números absolutos, Nacional no se encontraría vulnerable (una vez que los nuevos goles anotados fueron más que los goles recibidos), en números relativos la cosa cambia de figura. Esto porque 6,99% de los goles de Nacional ocurren luego de anotar un gol, mientras 10,89% de los goles recibidos por nuestro equipo vienen en estas situaciones.

Contra Plaza el final de la historia fue favorable. Ante Danubio no. Nacional anota proporcionalmente 16% más goles en el 6M que en los demás minutos. Pero el dato referente a los goles sufridos es preocupante. Nacional recibió 367 goles y nada menos que 59 (16,08%) fueron anotados en el 6M. Esto significa que en cada minuto del 6M, el promedio de goles recibidos por Nacional es casi 35% superior al de cada minuto del resto del partido.

Manoel Castanho