Por Diego Avalo
4 Abr 2021
Finales

Con un Nacional mucho más sólido, con mejor juego colectivo y con mucho acierto en el juego aéreo, se ganó la primera final y se sacó una diferencia importante.

Muchísimo mejor. Nacional dispuso una figura táctica similar a la que usa normalmente, 4-1-4-1. Pero hubo retoques claros en la estrategia de juego. Lo más notorio fue la presión sobre la zona final de Rentistas con un equipo mucho más adelantado en cancha. Joaquín Trasante fue quien salió a presionar sobre quien tuviera la pelota con una dinámica y velocidad que hacía tiempo no se veía. Incluso hasta llegar al golero cuando la recibía. Pero no fue lo único, además tuvo respaldo colectivo en la presión. Gabriel Neves, que jugó de volante tapón delante de la línea de zagueros, cuando Trasante se adelantaba, él llenaba el espacio a sus espaldas, lo que permitió que no hubiera espacios ni jugadores sueltos para recibir. Además el resto presionó en conjunto y eso hizo que se recupera muchas pelotas cerca del arco rival. En cuanto a lo ofensivo, la primera y más notoria diferencia fue la salida de atrás con pelota por el piso. Rentistas esperaba abroquelado cuando Nacional la tenía y el cambio de estrategia ofensiva de Nacional intentando salir con pelota dominada le cambió los planes. Al segundo tiempo Rentistas modificó y salió a presionar más arriba. Pero además se buscó permanentemente el pase filtrado y la verticalidad. Es cierto que los dos goles vinieron por pelotas aéreas, y que no hubo jugadas claras de gol, pero la intención siempre estuvo y eso ya es un cambio muy notorio en el equipo. 

Algo más replegados. En la segunda mitad el equipo se replegó un poco. Además, el conjunto rojo, como dijimos, salió a recuperar más arriba. Esto hizo que tuvieran la pelota, pero con un Nacional firme en la marca, y con un bloque defensivo casi sin fisuras, nunca peligró el triunfo. Nuevamente en un córner, Mathías Laborda se despegó y logró un tercer gol de cabeza en un nuevo tiro de esquina excelentemente ejecutado por Brian Ocampo. Y ahí nos dedicamos a cuidar el resultado intentando salir de contragolpe, pero eso no se logró casi nunca. Sobre el final, Sergio Rochet salvó un posible gol en un tiro libre muy bien pateado que pudo haber disminuido la excelente ventaja que al final terminó marcándose en el resultado.

Gran ventaja. Nacional, como dijimos, mejoró mucho. Faltó algo más de juego asociado y generación de jugadas de gol. Pero en lo anímico la diferencia fue abismal. En lo defensivo hubo dinámica, velocidad y coordinación para recuperar el balón. Para destacar el despliegue de Trasante. Fue impresionante lo que corrió de principio a fin, de lado a lado de la cancha, yendo a presionar sobre la pelota. En ataque fue un gran partido de Ocampo que estuvo imparable por su sector, pero además fue artífice directo de los tres goles, con centros híper precisos y peligrosos en los córners. Como si fuera poco, colaboró con mucha intensidad y actitud en el control de la banda izquierda. Tremendo partido de Brian. Y nuevamente estuvo el capitán aportando lo de siempre, goles. En esta oportunidad fueron dos. Además, hubo un gran rendimiento en varios de los actores, como el juvenil Nicolás Marichal, que jugó con una pasta increíble; Mathías Laborda, que controló bien su sector y la atajada de Sergio Rochet sobre el final para mantener la ventaja. En definitiva, en líneas generales se mejoró, se sacó una diferencia muy buena para esperar tranquilos la segunda final que puede ser la que nos dé el bicampeonato. 

¡Arriba Nacional!

Diego Ávalo
 




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