Por Diego Ávalo
21 Oct 2020
Libertadores2020

Nacional venció a Alianza Lima por dos tantos a cero y clasificó primero en su grupo, jugando un muy buen fútbol.

Misma táctica y estrategia. Era el segundo encuentro en el que Jorge Giordano se presentaba como técnico de Nacional, y en esta oportunidad el entrenador repitió la táctica y la estrategia empleada ante Fénix por el campeonato local. Hubo algunas modificaciones de nombres y de posiciones. Agustín Oliveros ingresó como zaguero izquierdo. Y Rodrigo Amaral y Alfonso Trezza intercambiaron ubicaciones. Amaral estuvo a la derecha y Trezza a la izquierda, quedando ambos con pierna cambiada. Seguramente la idea era que pudieran encontrar espacios más en diagonal que por afuera y de allí el motivo de la modificación. Además, Amaral tuvo mucha libertad a la hora de atacar igual que el fin de semana, moviéndose por todo el ancho de la cancha. En cuanto a lo defensivo se vio un equipo muy agresivo, intenso y coordinado para marcar, realizando una presión alta sobre los intentos permanentes del conjunto incaico de salir jugando desde su propio arco. Esto dio mucho resultado. La pelota se robaba permanentemente cerca del arco contrario y se tuvieron varias jugadas de gol por este motivo. También se notó un equipo con mayor agilidad para mover el balón en ataque, y tratando siempre de ganar metros en el terreno de juego. El recurso de volver atrás para comenzar de nuevo se utiliza pero sin excesos, y se trata de avanzar en cada pase y triangulación. También se vio una diferencia a lo que estábamos acostumbrados en la salida desde nuestra valla. Ya no se sale jugando desde el fondo, si no que se busca jugar el balón arriba y tratar de recuperarlo cerca del arco rival. El primer tiempo tuvo a un Nacional muy superior a su rival, y de no ser por el arquero se hubiera convertido algún gol más. También es cierto que Sergio Rochet atajó un penal que podría haber complicado la cosa.

Se cuidó lo conseguido. En el segundo tiempo el equipo se replegó un poquito. La presión continuaba pero unos metros más atrás. Esto hizo que el balón estuviera más tiempo en los pies de los rivales, pero casi nunca pudieron llevar peligro al arco nuestro. Se intentó jugando de contragolpe, pero no se estuvo tan fino como en la primera mitad y eso hizo que el partido se emparejara un poco. Incluso las jugadas más claras de gol las tuvo el rival, aunque fueron pocas. Así se terminó el segundo tiempo. Con Nacional controlando y buscando de contraataque pero sin lograr convertir.

Gran partido y primer lugar. En esta ocasión se jugó muy bien, sobre todo en la primera mitad. Algo que ya comentamos en cuanto a la intensidad y coordinación para marcar. Se sale a presionar de manera conjunta y no con aventuras individuales como venía aconteciendo. Además, se nota mucha intensidad y dinámica, tanto para recuperar como para jugar. Se verticaliza mucho más y se arriesga más. Se dan pases a jugadores con rivales cerca, cosa que con Gustavo Munúa no acontecía. Eso hace que se rompan líneas con pases, triangulaciones y traslados. Esta vez el salto de calidad en ese aspecto estuvo por Rodrigo Amaral. Se lo vio algo mejor desde lo físico, y ni hablar desde el juego. Estando bien, es un lujo que nos damos los Bolsos.

¡Arriba Nacional!

Diego Ávalo
 




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