Por Germán Martínez
25 Ene 2019
Lectura

Lo que devuelve el deporte más hermoso.

El fútbol es muchas veces castigado socialmente por etiquetas, carga sobre sus espaldas los negocios que lo rodean, la corrupción y la violencia. Estos aspectos que también son parte del fútbol lamentablemente, forman una imagen negativa para una parte de la sociedad sobre este hermoso juego. De hecho, es muy difícil que alguien alejado a la pasión por este deporte le encuentre al mismo algo positivo, generalmente se ven reflejados comentarios despectivos o lo simplifican en un “son once tipos atrás de una pelota”.

Pero si profundizamos el análisis, si nos paramos unos minutos a distancia del fútbol vamos a poder ver que además de las etiquetas negativas vamos a encontrarnos con una de las acciones sociales más importantes.

Vamos a un ejemplo: hace pocos días en Inglaterra el club Cristal Palace abrió las puertas de su estadio para refugiar y brindar comida caliente y servicios de higiene a las personas en situación de calle que están padeciendo el crudo invierno que soporta Europa en estos tiempos. Es uno de los ejemplos más cercano en el tiempo y notorio, pero no el único.

Hace unas semanas Edinson Cavani organizó un partido a beneficio que realiza cada año al que llama “Un Salto a la Vida.”

Otro: la hinchada de Betis en diciembre llenó la cancha de peluches para que los niños necesitados recibieran su regalo de Navidad.

Pero miremos más allá del profesionalismo. Socialmente, el baby fútbol o fútbol infantil alberga más de 60 mil niños cada fin de semana, les brinda un espacio donde hacer deporte y donde encontrarse con amigos, formar parte de un grupo y hacer deporte. Ese simple hecho hace que varios niños tengan felicidad y momentos de diversión que en la rutina diaria les es muy difícil encontrar. Atrás de esos clubes hay padres trabajando honorariamente por sus hijos y por los que no lo son. Si, todo esto también es parte del fútbol.

Hoy en nuestro hermoso Nacional existe una comisión de Responsabilidad Social, gente que genera acciones y busca recursos simplemente para realizar acciones benéficas y sumar desde el club un granito de arena al bienestar de la sociedad. ¿Cuántas veces fuiste a la cancha con un alimento no perecedero para inundados? ¿Cuántas veces viste que el club de tus amores donaba un aporte a instituciones benéficas? ¿Cuántas veces escuchaste qué hay un partido a beneficio con grandes figuras? ¿Cuántas veces viste a tu plantel donar una camiseta firmada para beneficio de alguien necesitando una ayuda?

Por eso, más allá de la hermosa sensación que nos da sentir tanta pasión por un club, sentirnos que somos parte del deporte más importante del país y uno de los motores sociales más generosos para transmitir valores y solidaridad.

Germán Martínez




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