Por Glen Kwidama
13 Mar 2017
relato
desde
ElParque

Esta vez la fiesta fue completa.

La llegada al Gran Parque Central fue ordenada, igual que la salida del partido suspendido ante River Plate por aquella medida gremial que a partir de ahora no nos permitirá jugar en nuestra casa.

Los dos vallados ubicados en la calle Urquiza ordenaron la llegada y evitaron la aglomeración de hinchas –con y sin entradas- en los accesos a las tribunas Abdón Porte y Atilio García. El ingreso que en partidos anteriores llevaba tiempo y malos humores se hizo sumamente ágil. Punto para el club.

Lo primero que llamó la atención a quienes no pasamos por el Parque desde el día de Nacional vs River, fue el crecimiento imponente de la estructura de acero sobre la que se construirán los palcos de la tribuna Atilio García. El esqueleto se ve imponente y nos hace soñar con como quedará nuestra casa en pocos meses. Nuestra casa si, esa a la que todos nuestros pequeños rivales envidian y desearían no verla crecer.

El partido nos deparó emociones que no estaban previstas. Racing hizo un muy buen planteamiento defensivo al que nos costó llegar y vulnerar. Los de Sayago se encontraron con dos goles impensados hasta por ellos mismos; el primero tras una estupenda definición de su goleador Líber Quiñones que ejecutó un tiro libre que se cometió por la acción del viento que frenó una pelota enviada hacia Esteban Conde; el segundo con un centro que el mismo viento la llevó hacia nuestro arco en una movimiento muy extraño.

Estaba fea la situación, pero había tiempo, temple y fútbol para darlo vuelta. Y la hinchada, una vez más, jugó su partido. Es que, lejos de sentirse golpeada por el transcurso esquivo del juego, “La Primera Hinchada” se hizo sentir. Y alentó. Y empujó. Y puso lo que hay que poner en partidos como estos.

En la cancha los jugadores respondieron una vez más. También el cuerpo técnico sobre la Delgado tomó buenas decisiones y logró cambiar el camino que había tomado el partido. Fue así que, una vez más, de atrás y sobre la hora se dio vuelta un resultado que fue adverso durante casi todo el transcurso del juego.

Hasta aquí, puntaje perfecto en el torneo local. Ahora iremos de cancha en cancha. Ojala los directivos tricolores encuentren la forma de facilitar que la mayor parte de nuestros hinchas puedan seguir al equipo en ese peregrinar. Tal vez facilitar la ida de los más pequeños -con entradas gratis para menores de 12 años por ejemplo- ayude a que la fiesta sea cada vez más en tres colores a pesar de no jugar en casa.

Sea como sea, allí estaremos. Como siempre.

Glen Kwidama
decano.com




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