Por Recibimos y publicamos
11 Mar 2017
#HinchasQueJuegan

Los jugadores de Nacional dejan la vida en la cancha.

En tiempos de análisis tácticos me pareció importante compartir con los nacionalófilos una idea que vengo cosechando hace unos cuantos meses y que tuvo, hasta el día de hoy, como único ámbito de intercambio de opiniones las tribunas del Parque Central.

Cuando uno se traza objetivos claros y trabaja en función de los mismos, no se discute que los resultados deportivos son más propensos a lograrse, el fútbol es fútbol y claramente existen factores exteriores, entre ellos el famoso factor suerte – no me olvido que un simple penal nos dejó afuera de la Copa en la Bombonera – pero a medida que el trabajo y el sacrificio es mayor, los objetivos se logran más asiduamente.

Con el paso de los últimos años Nacional - como un conjunto de partes - se ha trazado objetivos bien definidos y ha hecho un trabajo intenso para lograrlos, los resultados están a la vista. El punto de discusión puede ser ¿Cuál fue el comienzo del mismo?, algunos dirán comienzos del milenio, otros creerán que a partir del primer período de Lasarte, o la era de Carrasco / Gallardo.

Personalmente quiero hacer énfasis en los planteles y la política de contrataciones que ha adoptado el Club en los últimos años para el logro de estos objetivos, en mi opinión, el gran acierto.

Los jugadores que forman parte del plantel principal los podemos etiquetar con las siguientes características: conocimiento de lo que implica jugar en Nacional, sentimiento de pertenencia al Club, experiencia Internacional y condiciones futbolísticas.

No voy a nombrar a cada uno de los integrantes del plantel principal, simplemente repasar aquellos que formaron parte del partido de ayer, pero es bueno saber que a absolutamente a todos podemos asignarle al menos una de las etiquetas antes mencionadas y existe una razón por la cual forman parte del plantel.

Para el Pacha Espino, Rafa García y Colo Romero Nacional es su segunda casa, saben lo que es tener la blanca puesta, están en el Club desde chicos, han salido campeones, ganado infinidad de clásicos, jugado varias Copa Libertadores pero por sobre todas las cosas son tan hinchas de Nacional como cualquiera de nosotros y es por eso que el orgullo es doble cuando cualquiera de ellos marca un gol o hace un buen partido. No me olvido de Arismendi, Rolín y Liguera que además de ser productos de la cantera e hinchas tricolores, han vuelto al club con experiencia y rodaje internacional, lo que les da un plus.

Están los Conde, Papelito, Fucile reconocidos enfermos de Nacional ¿Alguno duda de su condición? ¿O acaso no lo vimos llorar al Coco aquella noche en la Bombonera? Pese a que nunca habían jugado en Nacional su sentido de pertenencia es tan grande como el de cualquiera de nosotros. Llegan al Club con mucha experiencia internacional, varios ex selección y quizás a esta categoría de jugadores ha sido la que al comienzo les cuesta un poquito más de tiempo adaptarse, debido a que hay que acostumbrarse a jugar con tranquilidad para el cuadro que uno es hincha. Caso aparte el del Tata Gonzalez que llega a Nacional por primera vez por sus condición futbolística y de hincha y retorna como futbolista de experiencia internacional, fanático del bolso y sabiendo lo que es jugar con la casaca alba.

Luego tenemos a Polenta, Ramirez, Silvera, Porras y Aguirre, ellos fueron en principio una apuesta 100% futbolística, unos con experiencia Internacional y otros solamente con partidos a nivel local. Todos y cada uno de estos jugadores han recibido mejores ofertas económicas desde el exterior pero han decidido jugar para Nacional, y a medida que pasa el tiempo y los partidos se transforman en hinchas enfermos del bolso, si no miren al Capitán. No me olvido de su agradecimiento a la hinchada cada vez que jugamos de visita en el exterior.  

Tabaré Viudez es un claro ejemplo de cómo un jugador llega al Club por apuesta a sus condiciones y el paso del tiempo lo termina convirtiendo en fanático asegurando un segundo ciclo en el club.

Nacional ha hecho un trabajo fantástico en estos cuatro ámbitos, tenemos una de las mejoras canteras a nivel Internacional, y últimamente todos y cada uno de los jugadores que surgen de ella son verdaderos hinchas. Aquellos con trayectoria Internacional pero sin pasado en el Club ya no reniegan de su condición de hinchas y prefieren recalar en Nacional antes de una magnífica oferta del exterior o de volver en forma de agradecimiento al Club que los formó. Para los que realizan su segundo o tercer ciclo en el Club no hay que invertir ni un solo minuto en explicarles lo que es jugar para Nacional ni la clase de valores que hay que tener, lo saben más que nadie. Las distintas comisiones de contrataciones han tenido una precisión casi excelente a la hora de traer jugadores “outsiders” del mundo Nacional, se han ido incorporando pocos en cantidad pero de excelentes condiciones, a diferencia de otras épocas – y otros cuadros – que el énfasis era en la cantidad y no calidad.

Hoy le hemos puesto nombre personal a cada atributo, pero esta fórmula se viene repitiendo incansablemente con el paso de los últimos años: mayoría de jugadores formados en el club  +  hinchas de trayectoria internacional que cumplen su sueño y el de sus familias vistiendo la blanca + retornos de jugadores consagrados + contados casos de apuestas puramente futbolísticas sin previa identificados con el Club. Y lo mejor de todo es que estos ciclos seguirán sucediendo, quienes hoy en día son productos de la cantera volverán como jugadores consagrados.

Como lo decíamos antes, increíblemente a veces los resultados deportivos dependen del factor suerte, pero si seguimos por este camino, los resultados se van a conseguir de forma más seguida y de lo que podemos quedarnos seguros, es que todos los jugadores de Nacional dejan la vida en la cancha y juegan con el corazón.

Diego D’Amore




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