Por Alejandro Luzardo
13 Feb 2017
análisis

El camino es largo y habrá más adversidades.

La madurez es asociada generalmente a la edad, pero este factor, si bien es importante, no es determinante. En el fútbol -como en la vida- han existido desde siempre jóvenes que en la cancha se comportan como jugadores maduros. 

Este plantel actual del Club Nacional de Football puede definirse –sin ingresar en exageraciones- como maduro. Dentro del concepto “plantel” involucramos además al cuerpo técnico, desde su principal responsable, el DT Martín Lasarte, al más joven, el asistente Sebastián Eguren.

Días pasados en una reunión entre Bolsos, un diseñador gráfico que pronto comenzará a colaborar con decano.com nos contaba que lo habían contactado desde el cuerpo técnico para solicitarle un trabajo profesional. En su afán por hacer llegar los conceptos con mayor fluidez, el cuerpo técnico tricolor solicitó la creación de un dossier en el que se incluya información vital del rival, desde datos individuales de cada uno de los futbolistas hasta tácticas y estrategias específicas del equipo al que enfrentarán en los próximos días. Para ello se apoyarán en fotografías, infografías y videos, todo con el objetivo de hacer más atractivo el acceso a la información del futbolista moderno.

Puede parecer algo mínimo, pero en este fútbol súper planificado, cada uno de estos detalles puede significar un triunfo o una derrota.

“Ser maduro significa encarar, y no evadir, cada nueva crisis que viene.” Fritz Kunkel.

El partido ante Danubio estaba controlado, el rival no podía agredirnos y nuestro arco estaba en reposo. Tanto que Conde pasó la mayor parte del tiempo haciendo movimientos para no perder calor de competición. Pero todo cambió en el 43’. Falta al borde del área, preciso remate y Nacional que entraba en crisis. Minutos después sobrevino la expulsión de Porras y para el entretiempo la crisis era más profunda.

Y en ese momento apareció nuevamente la madurez. La de Lasarte para mantener la calma en el peor momento; la de los jugadores para seguir buscando por el camino que el entrenador les había indicado y, por que no, la madurez de una hinchada que no se siente doblegada ante un resultado adverso. Entre todos, cada uno desde su posición, dieron paso a la madurez para resolver una crisis deportiva.

Estamos en el buen camino, pero este es largo y habrá más adversidades. Sigamos siendo un club maduro, adentro y afuera de las canchas.

Alejandro Luzardo




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