Por Recibimos y publicamos
16 Ene 2017
Capitán

De marcharse Nacional lo extrañará pero seguramente sería un hasta luego.

“Diecisiéte años Diego, dejále algo al club”- dijo un hincha danubiano luego de enterarse que Polenta iba a marcharse sin haber debutado en Primera División a tierras italianas ni bien culminara el campeonato. Diego, fiel a su estilo firmó un contrato comprometiendo al Génova, club que lo fue a buscar, a pagarle a Danubio todo el dinero ofrecido por el juvenil. En Maroñas, el hincha sentía tranquilidad ya que se presumía que el club en definitiva había hecho un gran negocio. En contraposición, la directiva sabía qué clase de jugador se había perdido.

En Génova, Diego no logró la continuidad que el pretendía, jugando tan solo un partido en dos temporadas. Polenta necesitaba minutos ya que jugaría el Mundial y Sudamericano Sub 20. El cuerpo técnico del seleccionado uruguayo le manifestó que necesitaba tener continuidad y ritmo para llegar en óptimas condiciones a ese entonces, por lo que Diego fue transferido a préstamo al Bari, equipo de la segunda división de Italia. A comienzo de temporada, Diego se había afianzado en el primer equipo, logrando ser el segundo capitán del plantel e incluso anotando una buena cifra de goles.

Pasadas las temporadas, no todo sería de color rosa para Polenta ya que el club le rescindiría el contrato, dejándole así el pase en su poder. Con el paso del tiempo, Diego barajaba un par de posibilidades para continuar jugando en el fútbol de élite, pero una llamada de Uruguay, más precisamente de uno de los dos grandes, le dibujó una sonrisa en la cara. Diego Polenta volvía a su país, pero esta vez, a vestir los colores de Nacional.

El hombre que lo llamó fue Álvaro Gutiérrez, técnico sucesor del puesto vacante que había dejado Gerardo Pelusso. Él le transmitió sus deseos de tenerlo en Nacional, ya que no solo incorporaba a un gran zaguero sino también a un hombre joven, con personalidad y carácter.

El hincha de Nacional sabía que tipo de jugador llegaba al club, un zaguero corpulento y potente, difícil de batir en el uno contra uno. Pero eso poco importaba, debía demostrar dentro del campo de juego.

En los primeros partidos de la temporada, Diego no fue de la partida ya que el técnico entendía que no estaba a punto físicamente. Mientras tanto, en la oncena titular se encontraba un futuro compañero y amigo de Polenta: Rafael García.

Diego y Rafa fueron los baluartes de la zaga. Hicieron un gran trabajo, para que Nacional lograra ganar catorce de quince fechas, algo inédito en el fútbol de nuestro país. Fue un año especial, ya que en la fecha doce, de la mano de Recoba, Nacional le ganaba de atrás y en los descuentos al eterno rival. Sin dudas la frutilla del postre.

Ese año Nacional se coronaría Campeón Uruguayo, midiéndose en la final nada más ni nada menos que con el equipo del año 13. El resultado final fue de tres tantos contra dos, siendo el “Colo” Romero, en el alargue, quién anotaría el gol definitorio.

Comenzada la temporada 2015- 2016, Gutiérrez había dejado el club ya que una irresistible oferta del exterior hizo que su salida sea inminente. Todo apuntaba a que Gustavo Adolfo Munúa, arquero y capitán recientemente retirado en la pasada campaña asumiría para encabezar el cuerpo técnico. Al principio, no fue fácil para Nacional ya que River de Argentina se había llevado a su capitán y máximo goleador del siglo veintiuno. Iván Alonso. Gustavo, no tuvo ninguna duda y le entregó el brazalete de capitán, nada más ni nada menos que a Diego Polenta.

A partir de ese entonces, el hincha empezaría a reconocerle como “Patrón”.

Esa temporada a nivel local había sido pobre, pero en el ámbito internacional el conjunto de Munúa logró destacarse por su juego por abajo y por su valentía en el terreno visitante, quedando eliminado en Cuartos de final de la Copa Libertadores en en la tanda de penales frente a Boca, en la mismísima Bombonera.

Diego había comenzado a hacerse un nombre y varios equipos de la vecina orilla planeaban tenerlo en sus filas. Equipos como River, Boca, Racing y Flamengo deseaban a Polenta pero el jugador manifestó que rechazaría cualquier tipo de oferta que se le presente ya que se encontraba feliz en Nacional y quería irse campeón.

En la segunda mitad del 2016, el “Negro” fue destituido de su cargo como DT tricolor debido a una mala seguidilla de partidos en el final del campeonato que le abrió las puertas a que Peñarol se hiciera del Uruguayo. Su reemplazo sería Martín Lasarte, un hombre de la casa, que buscaba ser Campeón Uruguayo por tercera vez con Nacional.

Y así fue, Nacional se hizo del título número cuarenta y seis a nivel local. Esta temporada será recordada por los incidentes dentro y fuera del Centenario que imposibilitó que el partido clásico se jugara. Polenta, consciente de la inseguridad en nuestro fútbol, le notificó al presidente su deseo de buscar una salida al exterior por el bien suyo y sobre todo, el de su familia.

Ofertas e interés por Polenta no faltarán a pesar de que hasta el momento nada oficial ha llegado a nuestro club. Tiene la suficiente jerarquía como para jugar en cualquier grande de Brasil y Argentina. River Plate parece el principal candidato para llevárselo.

A nosotros, solo nos quedarían palabras de agradecimiento. De marcharse Nacional lo extrañará pero seguramente sería un hasta luego.

Santiago Donamari




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