Por decano.com
13 Jul 2014
Barcia

Más allá de las incuestionables aptitudes futbolísticas, Leandro Barcia destaca por su condición humana. Su familia es en gran parte responsable de su formación.

La presentación de Nacional en Florida, ciudad natal de una de las mayores promesas juveniles del club, fue la oportunidad para realizar esta nota. Tras una rápida gestión por parte del directivo José López Rubio nos pusimos en contacto con los padres del hábil delantero, quienes tuvieron la gentileza de recibirnos en su cómoda casa del barrio Centro. "Hace cuatro años que estamos acá, antes vivíamos en el barrio Piedra Alta, cerca del estadio Campeones Olímpicos" explica Gerardo Barcia, padre de Leandro, que es gerente en el Supermercado Ta-Ta.

La familia se completa con Daniela Montero, la madre, que es docente, profesora de Informática en el Liceo 2 de Florida donde también es adscripta y los hijos, Diego el mayor e Irene que acaba de cumplir diecisiete.

"Diego es el más enfermo. Yo soy de Nacional - dice Gerardo-  y al primer hijo le transmití que tenía que ser tricolor, no había otra opción, por herencia Leandro -a pesar haberle tocado crecer en una época difícil, la del quinquenio- , también es hincha de Nacional".

"Varias veces lo tentaron para que se hiciera de otros cuadros" acota Daniela "hasta un potrillito le ofrecieron, pero no hubo forma"

"Vale aclarar que Irene es tan fanática como sus hermanos" agrega Gerardo, uno de los responsables de transmitirles el gen futbolero a sus hijos. Gerardo fue jugador de selecciones juveniles de Florida y vistió la camiseta del River Plate local, el mismo que defendió su hijo Leandro. El Club Atlético River Plate de Florida tiene el mismo diseño de camiseta y hasta igual escudo que el equipo "millonario" argentino. El padre de Daniela era vice presidente de este club cuando su actual yerno llegó como futbolista, por lo que es evidente que Leandro no podía jugar en otro lado que no fuera River.

Gerardo, el padre, jugó toda su vida como defensa y ocasionalmente de volante central. Sus dos hijos lo hacen como delanteros, el mayor, Diego, tuvo una breve pero exitosa carrera que lo llevó incluso a integrar selecciones juveniles del departamento, recientemente se recibió como Contador y ahí anda por el mundo en el viaje de su generación, tiñendo de rojo azul y blanco cuanta ciudad recorre y enviando constantemente a decano.com fotos con su bandera de Nacional desde todas partes del mundo.

Leandro fue campeón y goleador en todas las divisiones, su madre guarda infinidad de recortes de diarios locales que lo atestiguan y que ahora empiezan a mezclarse con comentarios y fotos de la "prensa grande" de Montevideo.

A los doce años le surge a Leandro la primera oportunidad de ir a probarse a Montevideo acompañando a un amigo de su generación, Javier Cabrera, actualmente en Wanderers. Gerado y Daniela prefieren que continúe con sus estudios, ya habrá otras ocasiones de tentar suerte en el fútbol de la capital.

Los Barcia nunca esperaron que uno de sus hijos se hiciera de una carrera como futbolista. Gerardo reconoce que "siempre jugó  bien y sabíamos de la posibilidad de integrar algún combinado local, pero no que estuviera en la primera de Nacional, eso era algo soñado, el anhelo de cualquier padre nacionalófilo, pero lo veíamos muy lejano".

Dada la realidad socio-económica de los Barcia, le sugiero a Gerardo que su caso no es el de tantas familias que sienten la necesidad de que su hijo explote futbolísticamente y se transforme en una tabla de salvación económica. Gerado Barcia aclara que para él "no es un tema de dinero. A veces pasa por algo pasional o de convicción o por el simple hecho de que "tengo más y quiero más". En nuestro caso teníamos claro que lo primordial era -y sigue siendo- el estudio. A diario le insistimos a Leandro que aún no ha ganado nada y que en la vida se debe ser humilde y perfil bajo, que ojalá le vaya bien en el fútbol, pero el estudio no lo puede abandonar. Si tenemos en cuenta las exigencias actuales de las ligas europeas nos vamos a encontrar con que se buscan futbolistas con preparación y hacen hincapié en que aquellos deportistas que tienen la posibilidad de avanzar en los estudios tienen un plus que les da la posibilidad de ser más rápidos al momento de tomar decisiones en el juego."

La familia Barcia ha acompañado a Leandro desde su debut en Cuarta, jugara o no, siempre estuvieron destacando su orgullo en cada partido. Las tribunas de todas las canchas de Montevideo supieron tenerlos siempre alentando a Leandro. La madre recuerda una ocasión, en un encuentro clásico en el que a Leandro le tocó quedar afuera del plantel y no dudaron en acompañarlo "hoy es cuando más queremos ir. Vamos a estar en la tribuna contigo apoyando a tus compañeros. Es así como debe ser".

"Nosotros somos unos enormes agradecidos a Nacional. Leandro llegó sin ser nadie y tuvo su oportunidad. No nos consta para nada los comentarios que a veces puedan surgir en relación a que haya acomodos con contratistas" relata Gerardo y continúa "Daniela consiguió a través de una prima de Rudy Rodríguez el teléfono de este, lo llamó y le comentó el interés de nuestro hijo. Rudy le contestó que fuera, que iba a tener la misma oportunidad de mostrase que el resto de los aspirantes"

La llegada

Leandro Barcia llegó a mediados de enero de 2011 a Nacional. Su madre lo recuerda así: "Nosotros nos habíamos vuelto de la playa y él se había quedado con unos amigos en Costa Azul. Le tuvimos que mandar con unos amigos nuestros los zapatos de fútbol que estaban acá en Florida. Esta gente fue quien lo acompañó en su primera práctica, ya que nosotros no pudimos ir y allí comenzó el día a día. En esa primera experiencia se encontró con Gabriel Araújo -el actual golero de Tercera- a quien ya conocía porque Gabriel estaba ennoviado con una chica de acá. Eso le dio la ventaja de tener con quien hablar y relacionarse desde el arranque", acá Gerardo interrumpe para agregar que "en ese entrenamiento armaron dos cuadros y Gabriel lo coloca en el equipo suyo, en el cual estaba Carlos De Pena, a partir de allí se harían inseparables. En ese primer partido Leandro hizo tres goles y Carlos dos por lo que quedaron en el núcleo seleccionado para el día siguiente. Y así se fue dando la cosa, día a día el grupo se iba reduciendo y a Leandro le decían "usted Barcia, vuelva mañana”".

Llegó el día en que Rudy Rodríguez -contra la voluntad de otros- anunció que le interesaba contar con "este chiquilín" en el plantel de Nacional. La resistencia de algunos radicaba en el hecho de que Barcia no había participado del proceso desde Séptima a Cuarta. Según cuenta Gerardo, Rudy Rodríguez le comentó a su hijo en más de una ocasión que "si hubieses venido dos años antes ya habrías explotado"-

La inserción

Leandro era jugador de River Plate de Florida. Cuando llegó a Nacional ya había debutado -con dieciséis años- en el primer equipo de la liga local y era campeón departamental. A pesar de estos antecedentes y del buen desempeño que llevó a Rudy Rodríguez a insistir en su contratación, el entrenador no le regaló nada. En los primeros seis meses fue suplente de Gonzalo Bueno recuerda su padre y Daniela complementa que "también estaban por encima de él Renato César y Nicolás López". 

"Recién cuando se va Nicolás y Gonzalo se asienta en primera es que Leandro comienza a ser titular en cuarta división" recuerda Gerardo. Cuando pasa a Tercera, la historia se vuelve a repetir, tenía a Pablo Rodríguez como entrenador, por lo que inicia su ciclo en el banco. Daniela cita un comentario que el mismo Pablo Rodríguez le hizo a su hijo: "Cuando yo entré, vos eras el último delantero Leandro, hoy sos el único indiscutido", y su esposo reflexiona que "le tuvo que ganar a todos los técnicos, demostrar a través del esfuerzo, y eso está bien. Para nosotros ese es el camino correcto, paso a paso y desde abajo, sin que nadie te regale nada. De esta manera se valoran más los logros".

Las virtudes

Es difícil para un padre destacar apenas algunas de las virtudes que ven en sus hijos, pero desafiamos a Gerardo y Daniela a que enumeraran algunas de ellas: "Leandro es muy frontal, perseverante, aplicado, ordenado, generoso y poseedor de un humor muy especial. Conserva su barra de amigos desde primero de liceo, lo primero que hace cuando llega a casa es juntarse con ellos"

Los pasos

"En su primer año de Cuarta, los parciales eran los sábados y muchas veces le coincidían con los partidos. Fue ahí que lo autorizamos a hacer un paréntesis en los estudios, pero con el compromiso de reanudarlos ni bien pueda.

 

Su primer partido en Los Céspedes fue un triunfo para todos nosotros. Que hiciera un gol fue una emoción", reconoce Daniela y continúa "después era cada vez un pasito más, el Parque, jugar en el Estadio, hasta que llega el día del debut en Primera contra Cerro Largo, encima compartiendo cancha con su ídolo de la niñez, el "Chino" Recoba". Aquí Daniela hace una pausa y nos muestra una foto al tiempo que agrega "todavía me reclama que yo le cortaba el pelo con "ese corte taza" ¡pero era él, que iba a la peluquería y decía "cortame como el Chino Recoba!""

Cosas a mejorar

Aprovechamos la doble condición de futbolista y padre y le preguntamos a Gerardo qué defectos le encuentra y que cosas debería mejorar Leandro para ser un jugador más completo: "Mejorar, muchísimo" comienza diciendo, "se lo digo constantemente, sobretodo -para mí- la precisión con la pelota. Me ha dicho que con el tema de la pretemporada notó que, a pesar de su intención de colocarle la pelota en el pecho o a la cabeza de Iván Alonso, el pase le salía corto o se le iba larga. Espero que con el tiempo agarre esa precisión, de lo contrario creo que va a tener que practicarlo mucho"

El presente

Leandro Barcia es -sin duda- una de las mayores promesas del actual plantel tricolor, Gerardo y Daniela viven esto de una manera muy tranquila, sabiendo que todavía no logró nada y que tiene que demostrar mucho. A pesar de esta declaración centrada y esperable, Gerardo admite que "tal vez, dentro de unos años, descubramos que no vivimos este momento con la exuberancia que lo podríamos haber hecho, pero prefiero el perfil bajo. Somos conscientes que la prensa hoy te ubica en el tope y mañana errás dos goles frente al arco y te matan".

Uno de los mayores temores que le asaltan en general al hincha es la presencia del contratista detrás del jugador. En este sentido, Gerardo explica que "ya estando en Cuarta aparecieron los intereses de contratistas, a lo que en principio nos negamos, hasta que un día apareció Flavio Perchman y nos dejó una excelente impresión como ser humano, un tipo muy frontal y derecho. Lo que nos terminó de inclinar a su favor era el hecho de que tenía una muy buena relación con Nacional. Yo soy un agradecido al club, jamás le pondría una traba a Nacional y lo digo hoy con total autoridad porque es una de las cosas que siempre hemos hablado con Leandro. Flavio es muy bien visto en la institución, a lo que se agrega su condición de hincha, por lo que nos volcamos por él y hoy es el representante de Leandro. Tenemos un profundo agradecimiento por Nacional, por lo que nunca optaríamos por un contratista que le haga daño al club" finalizó Gerardo Barcia

Nadie puede aventurar qué tan lejos podrá llegar Barcia en su carrera como futbolista, lo que sí uno se anima a predecir es que tiene las herramientas y el apoyo necesario para triunfar en la cancha más grande, la de la vida.

Ernesto Flores

decano.com





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