Por Decano.com
31 Ene 2019
Decurnex

Existía un acuerdo pero de un lado decidieron no respetarlo.

Como siempre los periodos de pases son momentos de muchas tensiones, de varias idas y vueltas y eso no es ajeno al Uruguay, donde la famosa “danza de nombres” se hace presente en cada uno de estos.

Nombres que se filtran, ofertas que no llegan, deseos que no se concretan y disputas por un mismo jugador, son algunas de las características de estos momentos del año.
Justamente esto último fue el motivo por el cual se originó una brecha entre los presidentes de Nacional y Peñarol José Decurnex y Jorge Barrera.

Estos habían acordado un tope salarial con el fin de marcar el mercado y así ayudarse mutuamente a disminuir los abultados presupuestos de ambas instituciones. Todo hacía parecer que ese acuerdo de palabra iba por buen camino, llegaban algunos jugadores y estos lo hacían dentro de los parámetros “normales” que se habían acordado.

Pero llegó el día en que a las palabras se las lleva el viento y lo que fue un acuerdo quedó en un simple comentario al pasar. Nacional negociaba por un zaguero, lo tenía casi acordado y estaba dentro de lo que nuestro club como institución quería y podía pagar y también dentro de lo que ambos presidentes habían hablado. Pero no todo es color de rosas y algún teléfono sonó y ese zaguero que parecía llegar a Nacional se fue para la otra vereda a negociar. Luego el destino querría que por diferentes motivos este jugador no terminara en ninguno de los dos por una cuestión sanitaria, pero lo que si se había terminado era el acuerdo de palabra entre dos “caballeros” por mantener ciertos límites presupuestarios.

A las palabras se las lleva el viento, pero con Nacional no se juega.





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