Por Ernesto Flores
21 May 2020
Aníbal
Paz
cumpleaños

Aníbal Paz late en cada pecho tricolor que hoy festeja un nuevo cumpleaños de quien fuera el dueño del arco tricolor durante casi 15 años.

Un 21 de mayo de 1917 nacía Aníbal Paz, por lo que hoy cumpliría… no, esperá, Aníbal late en cada pecho tricolor que hoy festeja un nuevo cumpleaños de quien fuera el dueño indiscutido del arco de Nacional durante casi 15 años.

Llegó a Nacional proveniente de Bella Vista, a donde había llegado a su vez desde Liverpool, el cuadro de su barrio, aquel Belvedere que lo vio revolcarse en el patio de la escuela, porque Aníbal, ya de chico soñaba con ser arquero.

Llegó 1938 y Paz, de apenas 21 años, es convocado a la selección que disputaría el Sudamericano en Perú. Aníbal no jugó ningún partido del Sudamericano –aunque sí lo hizo en el retorno, en unos amistosos en Chile- pero ya sacó “chapa” de grande, y no pasó un año para que el club más grande del país se fijara en él al momento de buscar el sustituto para Eduardo García.

En esos partidos con la selección jugados en Chile, el capitán celeste observó atentamente el desempeño de Paz y pensó “A este Aníbal hay que traerlo de cualquier forma” y logró que Nacional lo contratara. Aquel capitán de la selección no era otro que Roberto Porta.

El 25 de marzo de 1939, el joven Paz hace su debut en un Nacional, que iniciaba el camino de mayor gloria deportiva que haya tenido un equipo uruguayo en el ámbito local, el Nacional de Quinquenio de Oro, que lo tuvo como una de las grandes figuras de ese elenco de estrellas. El debut de Paz es en un amistoso ante Wanderers que termina empatado en un gol y será también frente al bohemio que Aníbal se estrena de manera oficial en el arco bolsilludo. El 16 de abril de 1939, por el Campeonato de Honor, Nacional derrota a Wanderers con Aníbal Paz en el arco. Desde ese día transcurrirían 14 años, 470 partidos con 340 victorias y 61 empates y una colección impresionante de trofeos: campeón de la Copa Río de la Plata Dr. Ricardo Aldao en tres oportunidades, campeón de la Copa Escobar Gerona en 1945, nueve veces campeón uruguayo, siete Copa de Honor, tres Copa Competencia y el Campeonato Cuadrangular AUF en 1952.

Los clásicos

Aníbal Paz disputó en total 47 partidos clásicos, de los que ganó 25 y empató 6. En una entrevista realizada por Carlos Cocchi para Estrellas Deportivas, Paz recordaba su debut en estos encuentros. “Era por el Torneo de Honor, una tarde que hacía un calor infernal. Cuando entré a la cancha y vi aquella multitud, me asusté. Pensé para mí: “Yo acá voy a hacer cada macana que ni se sabe”. Empezó el partido y de entrada me tiraron cuatro o cinco centros a los que salí bien. Entonces me agrandé y no tuve más problemas: ganamos 2 a 0”.

Paz tuvo infinidad de alegrías clásicas –entre ellas, nada menos que la tarde de la mayor goleada- pero también le dolió la pérdida del que habría sido el sexto uruguayo consecutivo, hecho del que se consideraba responsable al ser a él a quien le cobraron –injustamente- el penal que Obdulio Varela transformó en el empate transitorio en una final que, a la postre, terminaría ganando Peñarol.

En el mismo fascículo de Estrellas Deportivas al que hacíamos alusión, Aníbal le relata el hecho al periodista con estas palabras: Muchos deben recordar el penal que me cobraron en un clásico por pegarle una patada a Ortiz. Pero lo que nunca se dijo fue la verdad de lo que sucedió. (…) Fue una pelota larga que yo detuve sin problemas y además se le cobró offside a un rival. Me agaché para poner la pelota y que uno de mis compañeros cobrara la pena, y en ese momento sentí que me pegaban un terrible puntapié desde atrás. Se me caían las lágrimas de dolor. Me di vuelta y allí estaba Ortiz (…). Entonces no pensé nada. Le lancé un tremendo puntapié. El saltó y le pegué en la planta de los pies. Después cayó revolcándose y el juez cobró penal. Se equivocó, porque la pelota no estaba en juego y lo que correspondía era que me expulsara a mí, pero no cobrar penal: Pero eso no importa. Lo cierto es que por ese gol perdimos el campeonato y yo fui el culpable.

Nacional, un sentimiento

“Nacional es toda mi vida. Fue donde recogí mis mayores satisfacciones. Donde obtuve mis mejores conquistas. Donde me forjé definitivamente como jugador y como hombre” cuenta Aníbal. Y su agradecimiento a Nacional no quedó solo en palabras, lo demostró con hechos –al igual que todos sus compañeros- al inicio de 1943, cuando es llamado por el presidente tricolor, el Dr. Rodolfo Gorriti para renovar el contrato. Paz, que el año anterior había sido campeón invicto pidió un aumento de $ 200 para la renovación. Para su asombro, Gorriti le respondió “Vos estás loco”. Aníbal pensó que el presidente consideraba que era muy poco el aumento solicitado, pero Gorriti continuó: “Estás loco porque es demasiado. Tengo un déficit de $ 80.000 y te pienso rebajar de $ 1.400 a $ 1.200 y el sueldo queda igual al que tenés”. La esperanza de Aníbal, de al menos pasar de los $ 40 semanales a $ 60 se desvanecía, nada podía ser peor, pero por Nacional todo esfuerzo era poco. Pero esto no terminó ahí. El presidente continuó “Además quiero que seas vos el que encabece la lista de los que acepten dentro del plantel”. Para el inicio de la temporada 1943, el equipo campeón aceptó la rebaja salarial e igualmente alcanzó el título de ese año, cerrando en el Quinquenio de Oro.

El puesto de arquero

Mucho se ha dicho, desde siempre, de lo injusto que es el puesto de arquero. Aníbal decía que “El arquero es el único jugador que trabaja en la cancha individualmente. Puede corregir errores de sus compañeros, pero no tiene quien corrija los suyos salvo casos excepcionales”, pero Paz minimizó los errores de la mejor manera: observando y aprendiendo. “Tito” Besuzzo, arquero de Wanderers fue una fuente de inspiración para “el canario” Paz.

Para Aníbal Paz “El golero tiene que hablar a sus defensas porque él está mirando de frente y la defensa viene hacia atrás. La defensa no puede ver cómo está la situación en el área. Entonces el arquero tiene que ser el dueño del área”. Paz puso en práctica esta premisa como pocos. A su habilidad técnica le sumó un coraje y unos reflejos reconocidos por todos sus rivales.

“Canario” eterno

Aníbal Paz, “el Canario” era nacido en Montevideo, pero cada vez que salía de su casa a practicar a la cancha de Liverpool en el verano, su madre le insistía que usara el sombrero de su padre para protegerse del sol, lo que lo hacía víctima de las bromas de los muchachos de la cuadra, que al verlo venir exclamaban “Mirá, ahí viene un canarito, mirá el sombrero que usa”. Así le quedó para siempre el apodo. Fue “el Canario” en la cancha y para la tribuna, el mote que se transformó en reverencia, el arquero que, tal como había hecho Andrés Mazali veinte años antes, re inventó el puesto.

El 21 de marzo de 2013, Nacional abrió las puertas de su sede para recibir a miles de hinchas que se acercaron a darle un “hasta luego” al hombre con cuyo apellido empezaba el credo dominical durante 14 años.

Ernesto Flores




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