“Soy un agradecido al club”

Rafa García habló sobre sus inicios en el fútbol, el amor por su familia, su debut en Nacional, el cariño por el Cacique, entre otros temas.

El mediocampista de 31 años habló con Nacional TV en una nota muy emotiva en la que recordó su largo camino recorrido y señaló que todo lo que tiene es “gracias a Nacional”.

Los recuerdos de la infancia

Nací en Maldonado y ahí pasé toda mi infancia. Los recuerdos son maravillosos. De estar en la plaza del barrio jugando, ir a las 1 a la escuela, volver e ir de nuevo a la plaza hasta la noche. Por suerte no tenía responsabilidades; mi padre trabajaba en un taxi, mi madre en un edificio y nos cuidaba mi tía a mí y a mi hermano.

La relación con sus padres

La relación con mi madre ha sido espectacular siempre. Ha trabajado mucho por nosotros, por mi hermano y por mí. Nos ha enseñado mediante el ejemplo diario a ser responsables. Tuve la suerte de los padres que tuve.

Sus inicios en Baby Fútbol

Arranqué jugando al Baby Fútbol en un equipo del barrio de los siete a los diez años. Siempre salíamos segundos, es gracioso. Después fui a Deportivo Maldonado y jugué dos años de Baby. El fútbol de chico era diversión, el único objetivo era ese.

Los comienzos en Nacional

A Montevideo vine a los 16 años, con un señor que era cónsul de Nacional en Maldonado. Vine a probarme como cualquier chico del interior. A los tres días tuve la suerte de que me ficharan y me quedé viviendo en la casa del club hasta los veinte años. Ahí ya era otra responsabilidad, era consciente de que tenía que esforzarme día a día porque había un montón de chiquilines que competían conmigo.

Marcelo Gallardo lo hizo debutar

Después de hacer Formativas en el club fui a Durazno a jugar un semestre y a Rampla un año. A todo esto, mis compañeros de Nacional ya habían debutado en Primera. Seba Coates, Mati Abero, (Maximiliano) Pochola Calzada, Nico Lodeiro, Morro (Santiago García), Mauri Pereyra, (Alexis) Rolín. El Muñeco Gallardo agarró de entrenador y dijo que yo me quede en Primera División. Él me hizo debutar y ha sido todo muy lindo.

El amor por sus hijos

Mi primer hijo lo tuve a los 20 años, Lautaro. Mi segundo hijo, Valentín, lo tuve a los 28. Me considero un padre que trata de ayudarlos, pero no un buen padre. En muchas cosas soy muy egoísta porque le dedico mucho tiempo al fútbol. Trato de darles amor y el cariño. Ellos son un motor y una gran motivación para mí. Espero poder ayudarlos cada día más y dedicarles el tiempo que merecen.

Su forma de jugar

Hay muchos jugadores brillantes que se descansan un poco por sus talentos. Eso me permite a mí, no siendo brillante, tratar de acercarme y competir dando todo en la cancha. Trato de disfrutar y dar todo el esfuerzo posible. El objetivo siempre es ganar.

El amor por Nacional

Nacional es el lugar donde más cómodo me siento. Me gustaría jugar siempre acá. Cuando fui a México me rompí la rodilla; cuando fui a Tucumán me fue bien, pero seguía estando el pensamiento de volver a Nacional. No fui inteligente para cortar ese hilo y enfocarme en otro lugar. Siempre estaba con la cabeza en Nacional.

La gran amistad con Alexander Medina

El Cacique Medina me ayudó mucho en la parte deportiva e hicimos una muy linda amistad cuando fuimos compañeros en 2011. Ahí justo pasó lo de mi padre y él me apadrinó. Intentó ayudarme adentro y afuera de la cancha. Tengo un cariño grande por él y lo considero parte de mi familia. Lo quiero mucho.

Compañeros y entrenadores que le ayudaron mucho

El Chino (Álvaro Recoba) también me ayudó mucho. La primera vez que salí campeón ellos fueron parte fundamental. Les estoy muy agradecido. También tuve la suerte de tener compañeros como Diego Polenta, Tabaré (Viudez), Iván Alonso. Después hay personas como el Muñeco Gallardo que me han ayudado muchísimo. Martín Lasarte, Álvaro Gutiérrez. Son tres entrenadores que me han dado mucho.

Mensaje final

A Nacional le tengo mucho cariño. Tengo que ser muy agradecido al club porque me dio la posibilidad de trabajar y ser jugador de fútbol. Todo lo que tengo es gracias a Nacional, es literal.

Rodrigo Goldaracena