Por Pablo Fascioli
2 Nov 2017
1988
final
Tokio

Aún hoy al revivir esa gesta inigualable se sienten los nervios de aquel día.

Sábado 10 de diciembre de 1988, esa tarde cumplía años mi amigo Fernando. Uno de esos amigos de la escuela que con los años uno pierde el contacto pero que ese cumpleaños en especial quedó en mi memoria por la fecha que se celebró. Me acuerdo de esa tarde como si fuera hoy. Yo tenía 7 años cumplidos exactamente un mes antes. Papá me dejó en el cumpleaños y me fue a buscar con mi hermano que todavía no había cumplido el año. Volviendo a casa me volvió a recordar que esa noche jugábamos contra el PSV por la Final del Mundo y que era algo muy importante que íbamos a vivirlo juntos.

Nacional se ganó el derecho a disputar la Final Intercontinental al ser Campeón de la Libertadores. El rival sería el poderoso PSV Eindhoven de Holanda, el cuadro de la Philips que le había ganado la Final de la Copa de Campeones de Europa al Benfica, por penales. El PSV era prácticamente una selección del mundo, tenía la base de la selección Holandesa campeona de Europa, sumado al capitán de Bélgica, la nueva joya de Brasil como lo era Romario, entre otros.

Nacional luego de salir Campeón de la Libertadores enfocó todas sus energías en la Final Intercontinental dejando de lado el Campeonato Uruguayo que sería ganado por primera vez por Danubio. En ese campeonato se jugaron los partidos mayoritariamente con suplentes, para cumplir con el calendario.

Nacional viajó a Tokio haciendo escala en Los Ángeles. Al llegar se hizo evidente que el gran favorito y a quienes apuntaban todas las cámaras era el PSV. La organización le brinda las mejores canchas de entrenamiento, la prensa solamente buscaba a sus jugadores, etc. Mientras tanto el plantel de Nacional se fortalecía más y más, siendo conscientes que estaba en ellos demostrar que dentro de la cancha eran 11 contra 11 y que no importaba nada más.

Y llego el día (o la madrugada del 11 de diciembre para los que estábamos en Uruguay). A pesar del deseo de algunos uruguayos el día en Tokio era soleado, frío pero soleado y sin nieve como había sucedido un año antes. Nacional salió a jugar con camiseta Puma gracias a un contrato que se había hecho para la final. Los once que iniciaron el partido fueron Jorge Seré, Tony Gómez, Felipe Revelez, Hugo De León, José Luis Pintos Saldanha, Jorge Cardaccio, Santiago Ostolaza, Yubert Lemos, Ernesto Vargas, Juan Carlos De Lima y William Castro. El director técnico continuaba siendo Roberto Fleitas.

Primer tiempo

El partido empezó parejo. Mi viejo y yo sentados en el living de casa vimos como a los 7 minutos del primer tiempo “Pinocho” Vargas arrancaba por la punta derecha, intentaba el desborde, lo marcan y la pelota se va al córner. Suben todas las torres de Nacional, esas que tanto rédito habían dado en la Libertadores. Viene el centro levantado por el “Pato” Castro pasado al segundo palo, sale mal Van Breukelen y la pelota le cae en la cabeza al “Vasco” Ostolaza. Gol de Nacional, abrazos y gritos en casa. El partido empezaba de la mejor manera.

A los 10 minutos un error de la defensa del PSV deja una pelota corta y Juan Carlos De Lima encara al arquero y al eludirlo le hace un claro penal que el juez colombiano Jesús Díaz Palacio no cobra. Era el segundo gol y prácticamente definir el partido cuando comenzaba. El partido continuó siendo dominado por Nacional que esperaba y contragolpeaba dejándole la pelota a los holandeses. En la última pelota del primer tiempo, nuevamente Juan Carlos De Lima tuvo el segundo gol y la sacaron en la línea. El primer tiempo terminó con la sensación que Nacional se podría haber ido con algún gol más de ventaja. Los holandeses no eran el cuco que todos decían.

Segundo tiempo

La segunda mitad comenzó de manera similar pero con un dominio más marcado de los holandeses. Nacional aguantaba y ellos iban en busca del empate. En Nacional entró Héctor Morán por Jorge Cardaccio. Casi enseguida viene un lateral sobre el lado izquierdo de la defensa de Nacional, lo tira Eric Gerets, capitán del equipo y de la selección de Bélgica, quien envía la pelota hasta el área chica, Seré resta con los puños pero le cae en la cabeza a Romario para marcar el empate faltando 15 minutos para terminar el partido. Los 90 minutos terminaron empatados y nos íbamos al alargue.

Alargue

El cansancio ya se veía en los dos equipos. El partido se volvió luchado en la primera parte y sin mayores emociones. Estas llegaron todas en la segunda parte. A los 5 minutos un pelotazo al área de Nacional, un jugador del PSV se mete entre Revelez y Tony Gómez, se deja caer y Díaz Palacios – a 40 metros- cobra un penal que solo él vio. Ronald Koeman convierte el penal en gol y a falta de 10 minutos la Intercontinental viajaba para Holanda. Fleitas reacciona y manda el último cambio: Daniel Carreño por Ernesto Vargas. Nacional, con amor propio pero con poco fútbol se va al ataque en busca del empate que nos lleve a los penales.

En el último minuto el “Pato” Castro intenta desbordar por izquierda, logra mandar el centro que rebota y cuando la toma el arquero Van Breukelen el juez dice que la pelota estaba afuera marcando el córner. Es la última, el último centro, está cayendo el invicto en Finales del Mundo de Nacional. Todo el Uruguay paralizado, mi viejo parado sin poder mirar y yo tratando de entender que ese centro era mucho más que una pelota que iba a caer en el área. Va Yubert Lemos a levantar el tiro de esquina, lo tira pasado, otra vez Van Breukelen que sale mal y otra vez esta la cabeza del “Vasco” Ostolaza para mandar la pelota al arco. Lo que pasó después no lo puedo explicar. Explotó el país, un grito de gol que resonó en todas las casas, abrazos, gritos y llanto. Nacional empataba en la hora y nos íbamos a los penales. Después de 120 minutos todo se iba a definir desde los once pasos.

Los penales

Nacional tenía algunos especialistas para este tipo de definición y un arquero cuya mejor característica eran sus reflejos. Con estas armas nos íbamos a jugar el todo por el todo.

Empieza pateando el PSV por parte de Koeman que convierte. Es el turno de Nacional con Yubert Lemos quien le pega cruzado para empatar. Va Kieft y Seré ataja sobre su derecha. La serie se pone a pedir de boca para Nacional. Va Daniel Carreño para pasar adelante pero el penal lo ataja Van Breukelen. Convierte Gillhaus y por el bolso va Héctor Morán. El Indio le quiso romper el arco y la tiró por arriba del travesaño. Es el cuarto penal del PSV y Romario lo convierte en gol. Ahora sí, quedan dos penales para Nacional y uno para los holandeses. Va William Castro para mantener la ilusión, le pega cruzado y es gol. Va el danés Lerby, si lo convierte el PSV es campeón del Mundo. Seré conversa, lo trata de poner nervioso. Le pega fuerte arriba a la izquierda de “Superman” quien la toca y pega en el travesaño. Nacional salvaba el segundo match point en contra, quedaba el último pero quien se para detrás de la pelota es Hugo De León. El Hugo con toda su categoría la tocó suave al otro palo donde se tiró el arquero.

Igual que en el partido Nacional se salvaba “in extremis” y nos íbamos a la definición de uno y uno. Convierte Ellerman y empata Juan Carlos De Lima. Vuelve a convertir el PSV por Valckx quien la pone en un ángulo. Por Nacional va Felipe Revelez, nadie puede olvidarse de la manera que el “Zorro” agarró la pelota y la puso en el punto penal, Felipe le pegó con el alma y seguimos en carrera. Es el octavo penal, va Gerets a patear, le pega fuerte apenas a la derecha de Seré que la saca. Ahora sí, por primera vez Nacional tiene en los pies del “Chango” Pintos Saldanha la posibilidad de ser campeón. El “Chango” le pegó con ese corazón divino que tiene y la pelota reventó el travesaño.

La final ya no es apta para cardíacos. Koot convierte y otra vez, si Nacional no convierte el PSV es campeón. El problema que el que va a patear es el “Vasco” Ostolaza, el héroe de los 120 minutos, convierte y llegamos al décimo penal.

Va Van Aerle. A mi viejo ya no le quedan cábalas. Seré se le acerca, le habla vaya a saber uno en qué idioma, tira y otra vez “Superman” va sobre su derecha para atajar el penal. Jorge se para y pide el penal pero el que va caminando desde la mitad de la cancha es Tony Gómez. Es este. Papá se arrodilla, reza, le pide vaya a saber a quién, Carlitos Muñoz no mira, yo me erizo, como me erizo ahora escribiendo estas líneas.

Son las 4 y 5 de la mañana en Uruguay, Tony se para detrás de la pelota, mira el arco, corre, abre el pie derecho y la pone arriba a la izquierda del arquero. Es gol, es Copa, es locura, es el Tricampeonato Invicto del Mundo, es Uruguay que explota. Mi hermano que se despierta por los gritos míos, de mi viejo, de los vecinos, de todo un país.

Un pueblo sale de sus casas y se va para 8 de octubre, para 18 de julio, para las plazas de todas las ciudades y pueblos del Uruguay. Esa noche nadie duerme, nos encontró la madrugada abrazados gritando por el viejo Nacional, el club de Los Céspedes, de Abdón, de Atilio y de tantos más. Es el club de mi bisabuela, de mi abuelo, de mi viejo, de mi hermano y ahora de mi hija. Nacional era Campeón del Mundo. Por tercera vez. E invicto.

Un grupo de jugadores que nunca creyeron en él “no se puede” y siempre fueron por más. Yo viví el sueño de ver Campeón del Mundo a Nacional y hace 29 años que sueño con volver a verlo y hace 2 que espero que mi hija pueda vivir todo lo que yo sentí esa madrugada del 11 de diciembre de 1988.

Pablo Fascioli

Bibliografía consultada

Nacional 88 - Valentin Trujillo y Elena Risso

Gigante tricampeon- Jorge Barraza


Pablo Fascioli

Ex Integrante de la Comisión de Historia y Estadística del Club Nacional de Football.




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