Mi Precioso

Finalmente Daniel Fonseca solucionó la situación contractual de su representado Rodrigo Amaral. Otra batalla dada y un paréntesis que se abre, pero que dista mucho de dar un cierre.

El pasado martes, en diálogo con Claudio Puig acerca de las negociaciones por la firma del contrato de Rodrigo Amaral, éste nos manifestaba que se estaba buscando una solución. “Creo que vamos a terminar ganando la pulseada”  comentó el Secretario General del club. En la noche del mismo día, se cerraba el acuerdo y el juvenil tricolor comprometía su vínculo con Nacional hasta el 2018.

Hoy, el “Anillo Único”, el “Precioso” por el que pujaron Nacional por un lado y un contratista –en este caso Daniel Fonseca- por otro es Rodrigo Amaral. Mañana otro será el convocado y la batalla será la misma.

Con esta afirmación estamos muy lejos de suponer que la batalla por Rodrigo Amaral llegó a su fin. Lo que se ha conseguido, como exponemos al inicio, es una pausa. Pausa que significa un descanso para Nacional, aunque no le evita el tener que dormir con un ojo abierto. En cualquier momento la lucha puede pasar de las condiciones contractuales, extensión, cláusula de salida y remuneración, a un tire y afloje por porcentajes de ventas y el creciente temor de la marcha del futbolista de un momento a otro para “no cortarle la carrera”.

Las disputas por los futbolistas juveniles se dan cada vez más abajo y, al parecer, con más bajeza. El señor Fonseca realizó declaraciones que fueron –al menos- desafortunadas. Según el contratista: “Me molestan los que hablan y no se preocupan por Amaral, por llamarlo y decirle, ¿Amaral, te falta algo? ¿Tenés la heladera llena? Es lo que hago yo. Los dirigentes que salen a hablar tendrían que preocuparse de llamar a la familia Amaral para ver si tiene la heladera grande”.

Con estas declaraciones deja en evidencia dos cosas: su creencia de que todo se soluciona con dinero y su absoluto desconocimiento de la preocupación que tiene Nacional por sus jugadores, para quienes pone a su disposición un equipo conformado por dos sicólogos, dos asistentes sociales y una podóloga, además de los cuerpos técnicos y médicos que conforman cada categoría. También sería bueno que el Sr. Fonseca tomara conciencia de que las obligaciones de Nacional no se limitan a ocho o diez futbolistas, y mucho menos a los que puedan explotar en primera división, sino que atiende y se preocupa de igual manera por los doscientos botijas que conforman nuestras formativas. Las necesidades de la gente no pasan exclusivamente por lo económico, y no es obligación de los adolescentes la manutención de su familia.

Dentro de las divisiones juveniles de Nacional hay un puñado de personas que dedican horas de su tiempo y lo mejor de su humanidad para atender y apoyar a cada uno de los chicos. En la mayoría de los casos, sin llevarse nada a cambio.

Las declaraciones de Daniel Fonseca fueron más allá, y agregó que “vos tenés que cuidar a tú diamante. Por eso hablo con el dueño del circo que es Eduardo Ache”. Señor Fonseca, Eduardo Ache no es “el dueño del circo”, los dueños somos los socios e hinchas de este club del cual usted se dice hincha también y que ha contribuido enormemente en proyectarlo como futbolista primero y en ayudarle a acrecentar sus ingresos abriéndole la puerta de su/nuestra casa para que usted pueda acceder a aquellos jugadores que con el tiempo, se transformarán en “sus” diamantes.

Para finalizar Sr. Fonseca, lo invitamos a que anónimamente, contribuya de forma económica para sustentar y hacer crecer el Complejo Los Céspedes, ése que tantos buenos dividendos le ha generado. Tómelo como una inversión y un resguardo de la ambición. No sea cosa que vaya a terminar como Gollum.

Ernesto Flores

decano.com